Los cubanos eligieron ayer sus autoridades municipales, en unos comicios sin candidatos opositores y que conducirán en forma directa a la consagración del sucesor de Raúl Castro en 2018, en lo que sería el primer relevo generacional en casi seis décadas. Como las "elecciones" municipales de ayer, el candidato a suceder a Castro ya se conoce de sobra: es el actual vicepresidente Miguel Díaz Canel.
Más de ocho millones de cubanos mayores de 16 años (sobre una población de 11,2 millones), fueron convocados a elegir por voto directo y secreto a 12.515 concejales entre unos 30.000 candidatos propuestos a mano alzada en asambleas vecinales. Ninguno de ellos es miembro de la "disidencia", es decir, la oposición política ilegalizada y reprimida por el régimen.
Los comicios se celebraron un día después de la conmemoración del primer aniversario de la muerte de Fidel Castro, quien puso en vigor en 1976 el singular sistema político-electoral del denominado Poder Popular, que La Habana defiende como "el más democrático y transparente" y la disidencia y los analistas políticos extranjeros tachan de "farsa".
La figura "nueva"
"Estamos votando por la patria, por la revolución, por el socialismo", afirmó tras ejercer su voto en La Habana el vicepresidente primero, Miguel Díaz-Canel, inminente hombre fuerte de Cuba. Los comicios municipales son el primer paso del proceso que debe terminar en febrero —en fecha aún por fijar— con la elección del sustituto del presidente Raúl Castro, de 86 años, poniendo en marcha el primer relevo generacional en casi 60 años de régimen comunista.
Díaz-Canel no forma parte de la vieja guardia histórica de la "revolución". El régimen gusta llamarse a sí mismo "la revolución", pese a que esta ocurrió hace casi 60 años , en 1959. Díaz-Canel es un ingeniero de 57 años que, de la mano de Raúl, fue trepando en tres décadas por todos los escalones del poder. La renovación, para muchos, será más biológica que ideológica. Además, nada indica que el general-presidente Raúl dejará la jefatura del Partido Comunista (PCC, único), principal cargo político del país, antes de su próximo Congreso en 2021. Tendrá para entonces 90 años, si todavía vive. Cuba es, como toda nación comunista, un régimen de partido único.
El mecanismo electoral, diseñado para perpetuar el sistema socialista instaurado en 1959, establece elecciones cada dos años y medio para delegados municipales (concejales), y cada cinco para delegados provinciales (alcaldes) y diputados al Parlamento. Los concejales electos propondrán de entre ellos el 50 por ciento de los candidatos a las asambleas provinciales y al Parlamento, que a su vez elige al Consejo de Estado y su presidente.
El otro 50 por ciento de parlamentarios será propuesto por seis organizaciones sociales, todas de fidelidad probada al régimen castrista.
El Partido Comunista de Cuba no postula directamente, pero supervisa el proceso, sin dar tregua a la disidencia. El voto no es obligatorio, pero constituye un acto de "reafirmación revolucionaria" y el abstencionismo es mal visto políticamente.
Los medios de comunicación, todos bajo rígido control del Estado, desplegaron una intensa campaña convocando a las urnas, para lo cual emplearon sin tregua a la figura de Fidel. "Estamos ejerciendo este compromiso por Fidel, por la revolución y por Raúl" y también estamos enviando "un mensaje de unidad" y "de que este pueblo no se doblega ni por huracanes y mucho menos por presiones externas, ni por los anhelos que puedan tener otros de que cambie nuestros sistema", añadió Díaz-Canel.
El presidente del Parlamento, Esteban Lazo, llamó esta semana a acudir "masivamente a las urnas", en "respuesta a ese presidente que anda diciendo tantas cosas de nosotros por ahí", en referencia a Donald Trump. Las relaciones bilaterales empeoraron con Trump, en el poder desde enero pasado. Antes, con el demócrata Barack Obama se dio un proceso de apertura muy importante. Bajo ese impulso, Cuba y Estados restablecieron relaciones diplomáticas en 2015 tras medio siglo de ruptura y enfrentamiento político. Pero los nexos volvieron a tensarse con la llegada de Trump a la Casa Blanca.
En teoría, el sistema electoral permite que cualquier cubano propuesto en la base pueda llegar al Parlamento e incluso al Consejo de Estado. En las primarias de 2015 la oposición logró postular dos candidatos independientes, luego derrotados. Además fueron hostigados y amenazados continuamente por grupos enviados por el Estado y sus servicios de inteligencia.
Esta vez, tres organizaciones opositoras —OTRO18, Candidatos por el Cambio y el Partido Autónomo Pinero— fracasaron en su intento de nominar unos 550 candidatos a concejales. Manuel Cuesta, portavoz de OTRO18, explicó que el régimen desplegó "una batería de actos violatorios en todos los casos de la Ley Electoral y la Constitución", que incluyó, entre otras "artimañas", detenciones temporales y procesamientos judiciales por causas invenadas. Otro sector de la oposición, que La Habana tacha de "mercenaria", se niega a participar en el proceso electoral para no hacerle el juego al régimen.
hombre fuerte. El vicepresidente Díaz-Canel al votar. Con "sólo" 57 años, reemplazará a Raúl en febrero.