Cuauhtémoc Cárdenas es una institución viviente de la izquierda democrática latinoamericana. En 1989 fundó el Partido de la Revolución Democrática (PRD), en plena hegemonía del PRI (Partido de la Revolución Institucional). El año anterior había sido candidato presidencial por un frente de partidos y sufrió un fraude evidente a manos del PRI, que le robó la presidencia del país. Igualmente, Cárdenas y el PRD fueron un ariete fundamental en el camino de México hacia la democracia y una de sus condiciones esenciales: la alternancia en el poder, algo que llegaría mucho más tarde, en el 2000, y en beneficio de los conservadores del Partido de Acción Nacional (PAN). En 2014 Cárdenas abandonó el PRD y ahora impulsa un nuevo movimiento, "Por México Hoy", pero se declara fuera de competencia electoral. Invitado a una conferencia sobre reforma constitucional que organizó el gobierno santafesino en la Facultad de Derecho de la UNR, el mexicano paseó su distinguida figura por los pasillos del enorme edificio para hablar sobre la reciente renovación de la Carta Magna de la Ciudad de México. En medio de ese trajín, se hizo un tiempo para conversar con La Capital.
— Usted es un crítico frontal del presidente Trump y de su actitud contra México, pero también del presidente Enrique Peña Nieto. ¿Qué balance hace hoy de esta crisis abierta entre los dos países?
—Considero que no se esperaba que hubiese estas actitudes tan agresivas de Trump desde que fue candidato, pero desde mi punto de vista ha faltado que el gobierno de México asuma una posición firme de rechazo a estas actitudes agresivas y de reclamo contra las amenazas ya cumplidas, que produjeron un daño, como ciertas inversiones que no llegaron a México. Ante esto, hemos visto a un México sumiso, plegado, complaciente, a lo que se está dictando desde el otro lado.
—¿Hay margen para esto que plantea, teniendo en cuenta que EEUU es el "grandote" en esta relación?
—Habría sin duda margen, porque una actitud firme de rechazo del gobierno de México lograría amplio respaldo popular, del que hoy no cuenta, lo que lo coloca en condiciones de debilidad. Si tuviese un fuerte respaldo popular, entonces se podría hablar de tú a tú con el "grandote". En estas condiciones no se puede hacer. Peña nieto está sumamente debilitado, hay un gobierno y un titular del Ejecutivo sumamente desacreditados.
—En este contexto, Trump replantea el Nafta, que se renegociará próximamente. Usted es un histórico crítico del Nafta.
—En primer lugar, el gobierno de México, antes que preparar sus propias demandas, que no conocemos, tendría que haber conocido las posturas de Trump sobre el Nafta, que tampoco conocemos. Por lo que ha dicho Trump, el tratado ha sido desfavorable para EEUU. Habrá que esperar una actitud agresiva de su parte en las próximas negociaciones y contraria a los intereses de México, y eventualmente de Canadá. Pero habría que haber esperado a ver qué propone el gobierno norteamericano. Siempre hay que prepararse para lo peor en este tipo de negociaciones.
—¿Hay que irse del Nafta, darlo de baja? Usted lo llama "modelo maquilador".
—Es la economía que se ha impulsado desde que el Nafta está en vigor, de maquila (industria de mano de obra intensiva y barata que exporta toda su producción sin aranceles) y ensamblaje. México debería buscar un modelo real de crecimiento, fomentando las cadenas productivas, la industrialización, y recuperar las capacidades productivas del campo, que ha estado sumamente abandonado. Hay que recuperar al campo mexicano con crédito, asistencia técnica; hoy gran parte de la población rural está sin respaldo alguno del gobierno, desprotegida. Esa protección se desmontó con el Nafta y antes, con las políticas neoliberales desde los años 80.
—Esto lleva al tema del petróleo y la reforma de Pemex (la estatal mexicana) que impulsó Peña Nieto, con apertura al sector privado. Para él es una modernización inevitable de una empresa estancada,con asociaciones para la exploración, porque Pemex no la puede hacer por sí sola (Nota: el padre de Cárdenas, el presidente Lázaro Cárdenas, nacionalizó el petróleo en 1938).
—Difiero totalmente, porque lo que los gobiernos mexicanos han logrado es concluir el desmantelamiento de Pemex, restando recursos y oportunidades de desarrollo y modificando incluso nuestra Constitución, perdiendo el Estado el control de los recursos del subsuelo. Esto puede llevar, con la baja de la inversión en explotación y por las nuevas condiciones que se conceden a los privados, a que estos vendan el petróleo a su elección, con riesgo cierto de desabastecimiento del país.
—Algún periodista lo menciona como posible candidato en las presidenciales de 2018, tiene un nuevo movimiento, "Por México Hoy"...
—(Se ríe) Estoy fuera de buscar un cargo electivo. "Por México Hoy" es un movimiento político y social con un proyecto distinto de país contrario al neoliberal, con prioridad para las cuestiones de orden social, para el trabajo formal protegido, el combate a fondo contra la corrupción, la delincuencia y el narcotráfico, que no estamos viendo. Existe la necesidad de dar a esta propuesta el más amplio respaldo social y político y que a partir de las últimas reformas constitucionales (en los Estados mexicanos) podamos llegar a tener un nuevo proyecto de Constitución nacional.
—Esto conecta con el motivo de su visita a Rosario, las jornadas sobre reforma constitucional de Santa Fe.
—Conecta porque esta visita tiene que ver con la Constitución de la Ciudad de México recién aprobada y que entrará en vigor en septiembre de 2018. Tendrá repercusiones, está aún en conflicto con el gobierno federal, porque han impugnado buena parte de esta nueva Constitución, pero por la forma como reconoce derechos y estructura el poder judicial podría presentar incentivos para otras reformas de constituciones locales, incluso para la de la Constitución federal.
—Una pregunta obligada para todo dirigente mexicano: el fenómeno del narco, que ha dañado enormemente la imagen de su país. ¿Cómo lo interpreta?
—Ante todo, con una exigencia al gobierno federal de que retire a las FFAA de esta función policial, no corresponde por mandato constitucional esta tarea, aunque entendemos que en las condiciones actuales no se las puede retirar a las fuerzas armadas de un día para otro. Deben ser sustituidos gradualmente por un cuerpo especializado. Pero los fenómenos del narco no son autónomos, tienen que ver con la falta de trabajo, la caída del ingreso familiar, con la pobreza que hoy afecta a más de la mitad de la población, con la falta de oportunidades para los jóvenes. no se ha vinculado el combate al narco con políticas de empleo y educación, con otros enfoques a la atención de la salud, y otra tipo de relación con EEUU, donde esta el más importante mercado de todo tipo de drogas. Si no hay buena coordinaciones, difícilmente se podrá atacar a los grupos que desarrollan esta actividad.
—Usted es un referente de la izquierda democrática latinoamericana. ¿Cómo ve la crisis de Venezuela?
—Ante todo, deberán ser los propios venezolanos los que resuelvan sus problemas, no será con intervención del exterior. Segundo, me parece una gran desgracia que el país esté dividido prácticamente por la mitad. Y considero una torpeza que quienes están detenidos por motivos políticos no sean liberados de manera inmediata.
—Es particularmente grave la intervención de tribunales militares en el arresto de manifestantes.
—Así es.