Bogotá. — Tras sobrevivir a casi 12 años de cautiverio en poder de las Farc y a un operativo de rescate bajo intenso fuego, cuatro uniformados, entre ellos un general, se reencontraron con sus familias entre besos y abrazos.
Bogotá. — Tras sobrevivir a casi 12 años de cautiverio en poder de las Farc y a un operativo de rescate bajo intenso fuego, cuatro uniformados, entre ellos un general, se reencontraron con sus familias entre besos y abrazos.
Un grupo comando del ejército rescató el domingo en el sur colombiano al general Luis Mendieta, al coronel Enrique Murillo, ambos de la policía, y al sargento de ejército Arbey Delgado. Más tarde, durante la madrugada del lunes, el ejército localizó al teniente coronel de policía William Donato.
El comandante de la fuerzas militares, general Freddy Padilla, dijo que el operativo comenzó a planearse luego de que el 11 de marzo pasado el ejército rescatara a un guerrillero herido, quien dio datos sobre el paradero de los cuatro secuestrados.
Un grupo de 12 militares entró al campamento, mientras al menos otros 200 estaban en los alrededores. El comando llevaba nueve días internado en la selva. "Los tomamos de sorpresa", comentó Padilla.
Los cuatro rescatados llegaron ayer al aeropuerto militar de Bogotá desde una base castrense en la selva. Fueron recibidos entre abrazos y besos por un tumulto de parientes. Mendieta, de 53 años, y Murillo, de 41, fueron secuestrados en noviembre de 1998. Delgado, de 40 años, y Donato, de 41, fueron capturados poco antes, en agosto de 1998.
Mendieta narró que el domingo a mediodía estaba junto a sus otros compañeros secuestrados y ocho guerrilleros. De pronto escucharon disparos y se tiraron al piso. Los guerrilleros “salieron corriendo hacia diferentes sitios”, aseguró Mendieta, que se ocultó y luego huyó. Murillo recordó que salió corriendo y se lanzó a un pequeño río, donde se refugió en un hueco del que apenas salía para respirar. “Vi que en un momento saltaron (al agua) unos señores, y al observarlos con el uniforme característico del ejército, levanté mi cadena y les dije que era uno de los secuestrados”, agregó. El teniente coronel William Donato, hallado horas más tarde, explicó que al huir de la balacera en el campamento corrió y se encontró de frente con uno de los guerrilleros, que le disparó. “Yo no sé nadar muy bien, pero entre una bala y el agua, preferí el agua”, contó Donato. Decidió ocultarse cavando un hueco y echándose tierra encima para camuflarse. Escuchó que lo llamaban, pero decidió desatender las voces pensando que podía ser la guerrilla. Luego sintió helicópteros, y pensó “me dejaron”. Pero a la madrugada oyó nuevamente a los helicópteros. “Dije: no han salido, no se han ido”, relató Donato, y decidió salir del escondite y probar suerte buscando al ejército, con el que se topó poco más tarde.
Por Carina Bazzoni