El caso Khashoggi volvió a poner en el centro del debate el tema de la venta de armas a Arabia Saudita. Pese a que la canciller alemana, Angela Merkel, anunció el domingo que su gobierno no autorizará la venta hasta que no se aclare el caso y sugirió que los países europeos hagan lo mismo, el Congreso de los Diputados de España rechazó ayer una propuesta en ese sentido. La muerte del periodista también afectó a una conferencia internacional de inversores de alto nivel que comenzó ayer en Riad, ya que muchos participantes cancelaron su asistencia.
Mientras tanto, el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, dijo ayer que Estados Unidos identificó a algunos responsables del asesinato del periodista disidente saudita. "Estamos tomando las medidas adecuadas", aseveró Pompeo ayer, indicando que esto incluye una eventual revocación de visados y la aplicación de sanciones individuales acorde a leyes de derechos humanos. Señaló que algunos de los identificados trabajan para ministerios y para la corte saudita. "Estos castigos no serán la última palabra en la materia", advirtió el jefe de la diplomacia estadounidense y dijo que Washington aún está aguardando conocer todos los hechos. "Estamos dejando muy claro que Estados Unidos no tolera este tipo de acción despiadada para silenciar al señor Khashoggi, un periodista, a través de la violencia", añadió Pompeo.
En Riad, el rey Salman y el príncipe heredero Mohamed bin Salman recibieron en el palacio real a los familiares del periodista desaparecido. El rey y el príncipe le ofrecieron sus condolencias al hermano del periodista disidente, Sahl bin Ahmed Khashoggi, y a su hijo, Salah Jamal Khashoggi.