Luego de que el presidente norteamericano Donald Trump amenazara con patear el tablero de los acuerdos con China, el gobierno chino confirmó que su máxima autoridad económica viajará a Washington para participar de las negociaciones arancelarias.
Luego de que el presidente norteamericano Donald Trump amenazara con patear el tablero de los acuerdos con China, el gobierno chino confirmó que su máxima autoridad económica viajará a Washington para participar de las negociaciones arancelarias.
El anuncio sugirió que el gobierno de Xi Jinping estaba poniendo su deseo de acabar con un conflicto que ha afectado a los exportadores chinos por encima de cualquier necesidad de parecer firme ante la presión estadounidense.
La decisión de que el viceprimer ministro chino, Liu He, el principal asesor económico de Xi, participe en las negociaciones que comenzarán mañana podría mantener las esperanzas de que las dos mayores economías del mundo hagan las paces esta semana como pronto.
El gobierno de Trump está presionando a Beijing para que dé marcha atrás en sus planes para desarrollar empresas patrocinadas por el gobierno que puedan competir a nivel global en robótica y en otras tecnologías. Washington, Europa, Japón y otros socios comerciales sostienen que esto viola los compromisos de apertura de mercado de China y se basan en parte en tecnología robada.
El anuncio de Trump del domingo de que aumentará los aranceles sobre importaciones chinas valoradas en 200.000 millones de dólares provocó un desplome en las bolsas de todo el mundo. Los mercados se recuperaron luego de un vocero chino explicó el lunes que una delegación seguía preparando el viaje a Estados Unidos, aunque se desconocía si Liu formaría parte de ella.
El martes, el índice Composite de Shanghái ganó un 0,7 por ciento, una tendencia alcista que se repitió en otros mercados de la zona.
La delegación estadounidense estará comandada por el Representante Comercial, Robert Lighthizer, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin.
El comunicado del Ministerio de Comercio chino sobre los planes de Liu, de apenas una línea, no dio indicios de otros detalles como el tamaño de su representación.
Washington y Beijing elevaron los aranceles sobre multimillonarias importaciones mutuas, alterando el comercio en una amplia variedad de productos, desde soja a equipos médicos. Según las estimaciones, por el momento el conflicto ha frustrado ventas de 25.000 millones de dólares.
Ambos gobiernos dijeron que las negociaciones estaban realizando avances, pero el domingo Trump expresó su frustración por el ritmo que llevaban.
Mnuchin dijo el lunes que las autoridades chinas "estaban tratando de dar marcha atrás en parte del lenguaje" negociado en las 10 rondas de conversaciones anteriores.
En respuesta al secretario estadounidense del Tesoro, un vocero de Exteriores, Geng Shuang, apuntó que Beijing "es sincero acerca de seguir las consultas".
Preguntado por si China se tomó en serio la amenaza de Trump, Geng manifestó que situaciones similares ocurrieron "muchas veces antes".
"Esperamos que Estados Unidos pueda seguir trabajando con China", declaró Geng en una conferencia de prensa. "Sobre la base del respeto mutuo y la igualdad, resolveremos las preocupaciones legítimas del otro e intentaremos alcanzar un acuerdo para el beneficio mutuo".
El viaje de Liu a Washington muestra que China "espera alcanzar un acuerdo con urgencia", destacó Ma Hong, profesor de la Escuela de Economía y Gestión de la Universidad de Tsinghua.
"No pueden abandonarlo por un comentario en Twitter", añadió Ma.
El conflicto está poniendo a prueba lo lejos que está dispuesto a llegar Beijing en la modificación de un modelo económico liderado por el estado que considera como el camino a la prosperidad y la influencia global, y cuánto poder tendrá Washington para aplicar cualquier acuerdo.
Aprobación
El presidente Trump, alcanzó su más alto índice de popularidad desde que llegó a la Casa Blanca, con una aprobación del 46 por ciento según una encuesta de Gallup.
La aprobación del mandatario aumentó siete puntos porcentuales con respecto a marzo, lapso en el que se conocieron una serie de indicadores económicos positivos y que salió a la luz el informe del fiscal de la trama rusa, que eximió de culpa al presidente.
Los datos de desempleo, que alcanzó su tasa más baja en 50 años, explican en buena parte el apoyo al republicano, aunque la actual expansión haya empezado después de la crisis de 2008.
Por otro lado, el índice de desaprobación de Trump se mantiene en un 50 por ciento, según el sondeo efectuado en última semana de abril.