Un tribunal en China sentenció a muerte a un canadiense, en un repentino nuevo juicio por tráfico de drogas que agravó las ya malas relaciones entre los dos países. La relación bilateral entró en crisis por el arresto de la heredera del imperio tecnológico Huawei en Canadá el pasado 1º de diciembre. El condenado a muerte fue detenido hace cuatro años y condenado a 15 años de prisión en 2016.
El tribunal en la provincia nororiental de Liaoning condenó a Robert Lloyd Schellenberg a muerte tras rechazar su declaración de inocencia y declararlo culpable de complicidad en contrabando de drogas. La corte no dio indicio alguno de que la sentencia pueda ser conmutada, pero la suerte de Schellenberg casi seguramente será incluida en las negociaciones diplomáticas sobre la libertad de la ejecutiva china de Huawei. La heredera del imperio de comunicaciones chino, Meng Wanzhou, fue detenida a pedido de Estados Unidos, donde se la acusa de haber violados las leyes que prohíben hacer negocios con Irán.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo ayer en Ottawa que está profundamente preocupado por el hecho de que China decidió aplicarle arbitrariamente la pena de muerte a un ciudadano canadiense. China es la nación que más condenados ejecuta en el planeta. En su comentario más fuerte hasta contra China, Trudeau dijo que "todos los países del mundo" deberían estar preocupados porque Beijing esté actuando arbitrariamente.
Schellenberg fue detenido hace más de cuatro años y sentenciado inicialmente a 15 años de prisión en 2016, pero repentinamente el mes pasado un tribunal de apelaciones coincidió con fiscales que dijeron que la sentencia era demasiado indulgente y programó el nuevo juicio para ayer, con apenas cuatro días de aviso.
La prensa china comenzó a dar publicidad a la causa contra Schellenberg ya en diciembre, luego de que Canadá detuvo el 1 de diciembre a Meng Wanzhou.
Desde entonces, China ha arrestado a dos canadienses. Tanto Michael Kovrig, un ex diplomático, como Michael Spavor, un empresario, fueron detenidos bajo vagas acusaciones de delitos de seguridad nacional. Un maestro canadiense fue detenido, pero fue dejado en libertad posteriormente.
El abogado de Schellenberg, Zhang Dongshuo, dijo que su defendido tiene ahora 10 días para apelar. Pero claramente el carácter "relámpago" de la condena violó el principio universal de la debida defensa y el de no juzgar dos veces por el mismo delito. Zhang argumentó ayer que la evidencia era insuficiente para probar el involucramiento de su defendido en una red de narcotráfico. Añadió que los fiscales no presentaron evidencia nueva para justificar la sentencia de muerte, obviamente una pena mucho más severa que la anterior.