Chile comienza a escribir este sábado un nuevo capítulo de su historia, con la celebración de las elecciones para designar a los 155 constituyentes que elaborarán su nueva Constitución, abriendo el camino para enterrar la Carta Magna heredada de la dictadura de Augusto Pinochet.
Casi 15 millones de chilenos están convocados a las urnas y más de 2.731 puntos de votación se distribuyeron para la jornada electoral del sábado y domingo. Los primeros que salieron a votar fueron principalmente adultos mayores y algunos grupos de jóvenes que expresaron su deseo de que Chile cambie hacia un país más justo.
"Sueño con un país que cuide el medioambiente'', destacó, por ejemplo, un joven a la televisión nacional al votar desde La Serena, en el norte del país, según narra la Associated Press.
Pasado el mediodía se comenzaban a registrar largas filas en varios locales de votación en Santiago, que recordaban a las filas que se produjeron durante el plebiscito del 25 de octubre cuando se optó por una nueva Constitución.
El presidente Sebastián Piñera emitió su voto por la mañana en un colegio del barrio de Las Condes donde reside.
"Son una de las elecciones más importantes de nuestra historia'', afirmó el mandatario a la salida de las urnas, al tiempo en que llamó a los chilenos a participar, sobre todo a los más jóvenes, con el fin de que hagan "un aporte al futuro de Chile''.
En estas elecciones, además de elegir a los constituyentes, se escogerán a alcaldes, concejales y gobernadores entre un número récord de candidatos (16.730) para 2.768 puestos. Los comicios estaban previstos en abril pero fueron postergados debido a un recrudecimiento de los contagios del Covid que obligó a férreas cuarentenas en el país.
La presencia paritaria de mujeres y de 17 escaños reservados a los diez pueblos originarios chilenos procuran un texto constitucional distinto al que ha regido al país hasta ahora.
Los críticos señalan que la nueva Constitución, fruto de las protestas violentas de octubre-noviembre de 2019, podrían quebrar el modelo chileno, que ha dado al país un bienestar sin antecedentes en su historia, y estándares de vida y calidad de la gestión pública muy por encima de los de la región.
Por esto, partidos de derecha tradicionales que se presentan unidos podrían lograr más representación que las fuerzas de izquierda, que llegan dispersas en más de ocho listas, según alerta la AP.
"El efecto que va a tener en el sistema proporcional de la lista más votadas'', seguramente la derecha va a estar "sobrerrepresentada" en la Convención, dijo a The Associated Press el analista político de la Universidad Diego Portales, Claudio Fuentes.
El 79% de los chilenos aprobó cambiar la Constitución legada por la dictadura de Pinochet (1973-1990) en un plebiscito el 25 de octubre del año pasado, cuando también decidieron que la nueva Carta Magna sea escrita en una inédita convención constitucional integrada por un número similar de hombres y mujeres. Según la Constitución aún vigente, esta se modifica mediante enmiendas con mayorías especiales en el Parlamento. De esta forma, la Constitución pinochetista recibió importantes reformas, las más profundas, de parte del presidente Ricardo Lagos y la presidenta Michele Bachelet, ambos socialistas. Esta última terminó con el sistema electoral "binominal" que favorecía a las dos grandes coaliciones. Sus críticos señalan que a partir de allí se fragmentó el sistema político chileno.
El referéndum fue la respuesta institucional del Congreso para frenar las multitudinarias protestas que siguieron a un violento estallido social en octubre de 2019. Los chilenos respondieron con una participación de apenas un 51% en el plebiscito y ahora deben concretar la elección de la convención constitucional.