El candidato ultraderechista José Antonio Kast y el izquierdista apoyado por el Partido Comunista Gabriel Boric se imponían con amplitud en la primera vuelta electoral para elegir un nuevo presidente en Chile. Ambos disputarán el balotaje el próximo 19 de diciembre. Es la primera vez desde la recuperación de la democracia chilena en 1990 en que los candidatos más votados están alejados del centro y que en el balotaje no estarán los postulantes de centrozquierda y centroderecha, que ayer quedaron eliminados, lo que genera inquietud sobre el futuro político del país. Se eligieron además la totalidad de los diputados 155 y 27 de 50 senadores.
A más de cuatro horas del cierre de las mesa y con un 76,72% de los sufragios contabilizados, lideraba José Antonio Kast, 55 años, un abogado conservador que fue partidario de la dictadura militar, con 28,19% de votos, y seguía el izquierdista Gabriel Boric, de 35 años, un exdirigente estudiantil apoyado por los comunistas, con 25,24%. De los siete candidatos que postulaban a reemplazar al presidente Sebastián Piñera, solo estos dos superaron el umbral del 20% y por lo tanto se enfrentarán de nuevo en la segunda vuelta el 19 de diciembre.
Más abajo quedaron la democristiana de centroizquierda Yasna Provoste, con 11,93%, el postulante oficialista Sebastián Sichel, del sector del presidente Piñera, con solo 12,33%, y la sorpresa de la jornada, el ingeniero y profesor Franco Parisi, que hizo campaña desde EEUU, con 13,24% de votos. Parisi superó a los postulantes del oficialismo y de la centroizquierda sin estar en Chile, lo que le valió el apodo de "candidato remoto". Se lo caracteriza como un populista de derecha, de modo que sus votos favorecerían a Kast en el balotaje.
Kast —que compite por el Frente Social Cristiano, un pacto entre dos partidos conservadores— propuso durante la campaña electoral algunas controvertidas propuestas, como la de derogar la ley de aborto, vigente hace cuatro años, y cavar una zanja en la frontera con Bolivia para impedir la llegada de inmigrantes. “La zanja es para un control fronterizo’’, explicó, y dijo que los inmigrantes indocumentados van a ser invitados a salir o sino,”en algún momento les vamos a poner transporte’’, para que retornen a su país de origen. El abogado derechista, quien dice que no es un candidato “extremo’’, promete recuperar el orden público, achicar el Estado con el despido de 20.000 empleados y rebajar impuestos por 8.800 millones de dólares, entre ellos bajar de un 19% a un 17% el impuesto al valor agregado, el que más recauda; de un 27% a un 17% los gravámenes a las empresas; “impuesto cero” a las pequeñas empresas y rebajas impositivas a quienes ganen entre 400 y 800 dólares mensuales.
El 28% de Kast es la cifra más baja que obtiene el que triunfa en una primera vuelta, aunque varios analistas remarcan que aún así el que gana llega mejor a la definición. El portal emol.com destaca que el triunfo de Kast se solventó en La Araucanía, donde sacó un 42% de votos, el mayor porcentaje de un candidato en alguna región. También ganó en el oriente de la Región Metropolitana y las regiones del centro-sur. Sumado al voto del oficialista Sebastián Sichel, quien ya entregó su respaldo a Kast, obtendrían un 39%. Pero esta suma no es automática. El voto de los electores de Parisi podría definir la elección del 18 de diciembre.
Por su parte Boric, que representa a Apruebo Dignidad, una alianza entre el izquierdista Frente Amplio y el Partido Comunista, propone una reforma tributaria para recaudar 8 puntos del PIB con más impuestos a los que denomina “súper ricos”, pero también a los ingresos mensuales superiores a los 5.400 dólares, más “impuestos verdes’’ y elevar los tributos a la minería del cobre, entre otros, así como eliminar las Administradoras de Fondos de Pensiones, (AFP). También propuso crear un “Fondo Universal de Salud” para “evitar que Chile siga teniendo dos tipos de salud, una de las cuales discrimina por ingresos”. E impulsa una subvención al empleo femenino y la defensa de los derechos de la población LGBTQ.
Los otros candidatos fueron Yasna Provoste, de centroizquierda; el independiente oficialista Sebastián Sichel, el cineasta Marco Enríquez-Ominami, el izquierdista Eduardo Artés y el ingeniero y economista Franco Parisi, quien compitió desde Estados Unidos por redes sociales. Enríquez-Ominami, el creador del Grupo de Puebla que alientan el presidente argentino Alberto Fernández y el mexicano Andrés López Obrador, entre otros, recibió un exiguo respaldo en las urnas: apenas 7,59%.
Un escenario sin precedentes
Desde el retorno a la democracia, en Chile siempre se ha convertido en presidente el que obtuvo la mayor cantidad de votos en primera vuelta, pero la fragmentación del voto hace difícil predecir los resultados de diciembre próximo. Además de no saber a dónde irán los votos de los postulantes que quedaron en el camino, Kast y Boric quedaron muy lejos de los resultados anteriores de primera vuelta.
El 19 de noviembre de 2017, Sebastián Piñera lograba un amplio 36,64% de votos en la primera vuelta, seguido de lejos por el centroizquierdista Alejandro Guillier con 22,70%. Tercera se ubicó la candidata del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, con 20,77% y Kast sacó entonces solo7,93%. Como se observa, la disolución del centroizquierda ya se había producido, con un voto dividido entre dos postulantes con similar nivel de votaciones, Sánchez y Guillier. La elección del 2017 fue la tumba política de la extinta Concertación, que gobernó Chile desde 1990 salvo los dos períodos de Piñera. El experimento de la entonces presidenta Michelle Bachelet de dejar de lado la Concertación para ampliarla al Partido Comunista con la coalición Nueva Mayoría resultó finalmente fatal para la coalición que supo ganar cuatro veces la presidencia de Chile, entre 1990 y 2013. Desde entonces, la inestabilidad política fue creciendo, hasta estallar en las protestas masivas y violentas de octubre de 2019 que a su vez derivaron en el proceso de reforma constitucional (en curso) y en estas anómalas elecciones.
Cualquiera sea el nuevo presidente, el panorama económico para 2022 será complejo. Chile crecerá un 11,5% en 2021, un rango envidiable si se lo compara con otros países. Creció a un ritmo de 18% y 17% de PBI en los últimos dos trimestres. Pero se pronostica que caerá en torno al 2% el próximo año, y seguiría con una inflación que cerraría este año cerca del 6%, algo no visto en Chile desde hace 13 años. De los ahorros de los chilenos desaparecieron los 50.000 millones de dólares que retiraron de sus fondos de pensiones. Tampoco estarán el año próximo los abundantes subsidios estatales por la pandemia, que respaldaron la recuperación y el consumo. El padrón electoral lo integran 15 millones de personas. En Chile votar no es obligatorio, lo que hace bajar la participación en comparación con otros países sudamericanos donde el voto es obligatorio. Pese a esto, la participación este domingo superó largamente el 50%, más que el plebiscito constitucional y que cualquier otra elección desde que existe el voto voluntario, destacó el portal emol.com.