Santiago. — La campaña presidencial chilena para la segunda vuelta entró en sus últimas
horas, con los dos candidatos cuestionándose fuertemente el uno al otro. El oficialista Eduardo
Frei y el opositor de derecha Sebastián Piñera se exhibieron ayer en paseos públicos para tratar de
captar los últimos y decisivos votos. Es que luego de semanas de cómodo liderazgo en todos los
sondeos por parte de Piñera, esta semana un último estudio de opinión dio a los dos postulantes
casi empatados, lo que otorgará especial dramatismo al voto de mañana. Será la elección más cerrada
en los últimos 40 años, según auguran todos los especialistas.
Enojo opositor. El candidato presidencial de la derecha, Piñera, acusó al gobierno de la
presidenta Michelle Bachelet de practicar un “abusivo” intervencionismo a favor de su
abanderado, el senador Frei. “Lo que más me ha dolido en esta campaña es la intervención
electoral. Es abusivo lo que ha hecho el gobierno: uso y abuso de los recursos públicos, uso y
abuso de las instituciones públicas, uso y abuso incluso de los funcionarios públicos”, se
quejó Piñera. La presidenta Bachelet multiplicó este jueves sus llamados a votar por el senador
Frei.
Durante un acto, Piñera ironizó: “Amigos de la Concertación: les haría muy bien, después
de 20 años, volver a vivir la vida normal y corriente que viven millones de chilenos. No es tan
malo levantarse temprano, trabajar en forma honesta, ganarse la vida”. Poco después, Frei le
respondió: “Le recomiendo al candidato de la derecha un Armonyl (un ansiolítico),
tranquilidad, que no siga insultando. Mucha prepotencia y arrogancia no es bueno y, por lo tanto,
mesura y tranquilidad”.
El senador Frei intenta llegar al poder por segunda vez, ya fue presidente entre 1994 y 2000.
Alegó que todo gobierno “tiene derecho a defender su obra”.
La polémica explotó luego que una prestigiosa encuesta vaticinara este miércoles un empate
técnico entre ambos aspirantes, con Piñera levemente por delante pero con un 7% de indecisos, en su
mayoría cercanos al oficialismo. Ante esto, la popular Bachelet, que tiene apoyos del 80%, señaló
que no “da lo mismo quién gobierne”, valorando el apoyo dado a Frei por el ex candidato
presidencial, Marco Enríquez Ominami, quien obtuvo un 20% en la primera vuelta.
La elección, la más reñida en 40 años, resolverá en segunda vuelta si los 8,2 millones de
chilenos habilitados para votar otorgan un quinto mandato consecutivo a la coalición de
centroizquierda Concertación y apoyan a Frei, o si respaldan a Piñera, el líder de una derecha
renovada, que se presenta como purgada de sus rémoras pinochetistas.
Congreso difícil. En el Congreso, elegido el 13 de diciembre junto con la primera vuelta,
ninguno de los dos bloques logró la mayoría y dependerán del apoyo de unos pocos independientes
para alcanzar mayorías y aprobar sus iniciativas legislativas.
“El nuevo presidente tendrá que continuar con la política de los acuerdos, como ha sido
hasta ahora. Creo que se va a encontrar con un Congreso en que ninguna de las fuerzas es mayoría y,
por lo tanto, va a estar obligado a negociar”, comentó a la agencia AP Claudio Fuentes, de la
Universidad Diego Portales.
Aunque el oficialismo mantuvo leves mayorías hasta hace dos años en ambas cámaras estuvo
obligado a negociar con la oposición e incluso a compartir las presidencias del Senado y la cámara
baja, sobre todo en proyectos que según la Constitución, heredada de la dictadura de Augusto
Pinochet, requieren un alto quórum.
En el Senado el oficialismo quedó con 19 senadores, contra 17 derechistas y 2 independientes. En
Diputados la coalición oficialista contará con 54 legisladores contra 58 derechistas. El
desequilibro lo aportarán los 3 comunistas, 3 ex demócratas cristianos y 2 independientes.
Si Piñera es elegido presidente, el analista Fuentes considera que podría llegar a acuerdo con
la Concertación, una coalición de cuatro partidos de centroizquierda que ha gobernado a Chile en
los últimos 20 años , al menos en caso de proyectos que a este grupo le interesen impulsar.