El líder opositor Henrique Capriles, quien considera ilegítima la investidura de Nicolás Maduro como presidente, acusó a la Argentina de injerencia y le exigió el pago del dinero que supuestamente debe a Venezuela, en declaraciones ayer a la prensa. "El gobierno argentino le debe unos cuantos millones de dólares al pueblo venezolano", dijo Capriles a periodistas, luego de que su comando de campaña anunciara el equipo que participará en la auditoría de los sufragios del domingo pasado, en los que resultó ganador Maduro con una ventaja de 1,8 por ciento.
"Vienen aquí como si fueran parte del gobierno. Opinan, se meten en asuntos internos del país, califican... Eso para nosotros tiene que ser rechazado, porque somos un país soberano y no vamos a permitir injerencia", añadió el abogado de 40 años y gobernador del Estado de Miranda.
La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, formó parte de la veintena de gobernantes extranjeros que asistieron el viernes a la investidura de Maduro, en la cual el "hijo y apóstol" del fallecido Hugo Chávez prometió profundizar la revolución bolivariana e implementar más planes sociales.
Cristina recordó a Chávez. Cristina rindió ayer tributo a Chávez en su tumba en el Cuartel de la Montaña, en la barriada 23 de enero, un bastión chavista en el oeste de Caracas.
El 10 de abril, Capriles dijo en una entrevista al canal Televén que Argentina debe a Venezuela 13.000 millones de dólares: "De los bonos no, sino del petróleo. Estoy averiguando. (...) Argentina tiene unos convenios con Venezuela, hay que ver qué significa, estoy averiguando (...) Nada es gratis".
Durante la investidura de Maduro, Capriles escribió en Twitter: "Los que están de visita en Venezuela y le deben al pueblo venezolano, les pedimos que «paguen». Esos recursos son del pueblo". Poco antes, había señalado: "¿Será que la presidenta de la Argentina trajo el cheque de la deuda de millones de dólares que tiene con el pueblo venezolano?".
Al respecto, el ministro de Comunicación e Información, Ernesto Villegas, calificó de "grosera, descortés y deleznable" la petición de Capriles. Dijo que sus reclamos son una "ofensa" para algunos mandatarios latinoamericanos, además de la presidenta argentina. "Es una descortesía tremenda la que está haciendo este caballero al ofender de esta manera a nuestros huéspedes", dijo.