El ex presidente estadounidense George W Bush pidió ayer al gobierno de Donald Trump que abogue por la democracia en el mundo, que resista la tentación de aislarse del resto de las naciones y denunció "intolerancia" en el actual "clima político" local. Quien fuera el mandatario número 43 del país, nunca mencionó el nombre de Trump, pero atacó algunos de los principios que definen el estilo político de magnate. Se trata de una ruptura con la tradición presidencial norteamericana, donde los ex mandatarios no critican ni interfieren con las acciones de la administración en curso.
Bush habló durante una conferencia en Nueva York auspiciada por el instituto que lleva su nombre. Los comentarios significaron una crítica indirecta de un ex presidente republicano que había permanecido en silencio al ascenso de Trump a la Casa Blanca. "Hemos visto un nacionalismo distorsionado en nativismo, hemos olvidado el dinamismo que la inmigración siempre ha traído a Estados Unidos", afirmó. "Vemos el regreso de sentimientos de aislacionismo, olvidando que la seguridad de Estados Unidos está directamente amenazada por el caos y la miseria de lugares lejanos, donde tienden a surgir amenazas como el terrorismo, enfermedades infecciosas, bandas criminales y el narcotráfico", dijo.
Si bien no mencionó a Trump, las declaraciones del ex presidente fueron vistas como una abierta crítica a la política de "América primero" del jefe de Estado. El ex presidente dijo que nota un "regreso a los sentimientos de aislacionismo" en las amenazas de Washington por salirse de acuerdos internacionales, como el nuclear con Irán. De todas formas, luego del discurso, Bush le dijo al diario The New York Times que esperaba que sus palabras fueran escuchadas en la Casa Blanca. Consultado por periodistas, Trump aseguró que no pudo ver el discurso de uno de sus antecesores, también miembro del Partido Republicano. El actual mandatario fue muy crítico de las políticas de Bush, incluyendo la invasión a Irak en 2003.
Para el ex presidente, en el actual clima político "se incentiva la intolerancia". "Nuestra política parece ser más vulnerable a las teorías conspirativas", dijo en referencia a una serie de mitines de supremacistas blancos, que le valieron además críticas a Trump por no haber reaccionado con la suficiente dureza. "Las personas de cualquier raza, religión y etnia pueden ser totalmente iguales en EEUU. Esto significa que la intolerancia o la supremacía blanca, en cualquiera de sus formas, es una blasfemia en contra de nuestras creencias", afirmó Bush.
El tema migratorio
En ese sentido, el ex mandatario (2001-2009) agregó en el discurso: "Necesitamos recordar y redescubrir nuestra propia identidad. Los estadounidenses tenemos una gran ventaja: para renovar nuestro país, sólo debemos recordar nuestros valores". Denunció que el "patriotismo se deformó" a tal punto que puso en tensión la importancia de la inmigración en Estados Unidos. Trump ha intentado restringir la inmigración, además de pretender construir un muro en la frontera con México.
A su vez, el ex jefe de Estado retomó las críticas contra la interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales, la cual, sostuvo, fue "un sostenido intento, de parte de un poder hostil, que buscaba alimentar y explotar las divisiones". "Las agresiones extranjeras, como el ciberataque, la desinformación y la influencia financiera no deberían ser menospreciadas o toleradas", afirmó Bush, y pidió que el sistema de voto electrónico debe ser protegido de hackers.
indirectas. Bush saluda a asistentes al foro patrocinado por el instituto que lleva su nombre, en Nueva York.