El Partido Conservador ha cerrado filas con el Brexit impulsado por el premier Boris Johnson, que reiteró ante la BBC su determinación de salir de UE el 31 octubre sin un acuerdo con Bruselas.
El Partido Conservador ha cerrado filas con el Brexit impulsado por el premier Boris Johnson, que reiteró ante la BBC su determinación de salir de UE el 31 octubre sin un acuerdo con Bruselas.
El premier se enfrenta sin embargo a partir de hoy a una posible moción de censura, auspiciada por la oposición, y aprovechando la ausencia de decenas de diputados tories por la conferencia anual en Manchester. El cónclave del Partido Conservador arrancó con la presencia estelar de los defensores del Brexit duro, como el ultraconservador Jacob Rees-Mogg, que acusó al Parlamento de actuar "en desacato" de la voluntad popular. "Cuando la democracia habla, nuestro deber es obedecer", recalcó por su parte Michael Gove. "Ha llegado el momento de dejar de pedir perdón por el Brexit y abrazar las oportunidades que tenemos por delante", proclamó el ministro para la salida de la UE, Steven Barclay. Los tres "brexiteros" alabaron la "energía", el "optimismo" y la "valentía" de Johnson, frente al riesgo de ver al laborista radical Jeremy Corbyn en su lugar en Downing Street. El secretario de Exteriores, Dominic Raab, dijo a la oposición: "A los integrantes de la coalición antiBrexit les decimos: ‘la historia nunca os perdonará'.
Johnson negó que su uso reiterado de "metáforas bélicas" para impulsar el Brexit sea una incitación a la violencia. El premier se puso a sí mismo como "modelo de moderación" en el uso del lenguaje, y se negó a pedir disculpas por desacreditar como "patrañas" las amenazas de muerte recibidas por la parlamentaria Paula Sheriff. Entrevistado por la BBC, el premier dejó en el aire la posibilidad de ignorar la ley aprobada por el Parlamento que reclama una extensión de tres meses si no alcanza un acuerdo con Bruselas antes el 19 de octubre. Johnson volvió a referirse a ese texto como "la ley de la abyecta capitulación".
Keir Starmer, portavoz del Brexit del Partido Laborista, ha denunciado la retórica incendiaria usada por el premier y sus seguidores. "Todo esto obedece a un plan orquestado para provocar la ira de los partidarios de la salida y crear disturbios sociales", aseguró Starmer a The Observer. El ex fiscal general Dominic Grieve, recién expulsado del Partido Conservador por Johnson, ha advertido que el premier podría invocar en última instancia la Ley de Contingencias Civiles del 2004 y declarar una "emergencia nacional" si se producen disturbios callejeros al estilo de los "chalecos amarillos" en Francia, una posibilidad apuntada esta misma semana por algunos de los colaboradores directos de Johnson. La situación ha llegado a tal extremo que el presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, ha convocado una reunión especial con los líderes políticos para hoy para tratar de refrenar "el lenguaje inflamable" y la creciente acritud en Westminster. Hoy mismo, los partidos de oposición celebrarán un nuevo encuentro para decidir si impulsan una moción de censura contra Boris Johnson, tras el principio de acuerdo alcanzado entre laboristas y nacionalistas escoceses.