El Partido Conservador del primer ministro británico Boris Johnson ganó de manera arrasadora las elecciones, según todos los bocas de urna conocidos anoche, y obtuvo 368 bancas, 177 más que su principal rival, el Laborismo de Jeremy Corbyn. Se garantizó así la mayoría parlamentaria absoluta que necesita para concretar su principal promesa de campaña: el Brexit, es decir, abandonar la Unión Europea (UE) el 31 de enero próximo. Es la mayor victoria de los conservadores desde los tiempos de Margaret Thatcher en los lejanos años 80. Además, el laborismo estaba sufriendo anoche una verdadera paliza en muchos colegios electorales que históricamente consideraba seguros.
El sistema electoral británico de colegio uninominal y las particularidades del escrutinio, obligaban a esperar a la madrugada de hoy por resultados definitivos. Johnson, con una campaña exclusivamente centrada en lograr una mayoría para concretar el Brexit, logró una mayoría abrumadora en el Parlamento británico. El resultado también es una advertencia para los conservadores que enfrentaron a Johnson y que lo derrotaron junto con los laboristas y otros opositores en media docena de votaciones parlamentarias. Ante ese panorama, Johnson eligió ir a elecciones anticipadas.
El resultado del primer boca de urna de Ipsos Mori, realizada para la BBC y los canales ITV News y Sky News, le otorgó 368 bancas a los conservadores de Johnson, además de 177 al laborismo de Jeremy Corbyn, un líder muy cuestionado que ahora verá seguramente aún más debilitada su posición interna. También logró 55 bancas el independentista Partido Nacionalista Escocés (SNP) de Nicola Sturgeon, 13 los Liberales Demócratas, el tercer partido británico, tres se llevan los socialdemócratas galeses de Plaid Cymru, una los Verdes y ninguna el Partido del Brexit. Estos, claramente, se pasaron a Johnson.
El oficialismo conservador logró un margen de 43 bancas por encima del número necesario para alcanzar la mayoría absoluta en el Parlamento. Se trata de la mayor victoria conservadora desde la de Margareth Thatcher en 1987, cuando el oficialismo ganó 50 bancas y la peor derrota laborista desde la de Clement Attlee en 1935, cuando esa fuerza opositora perdió 71 bancas. Por eso, aun antes de conocerse los primeros resultados oficiales, Johnson tuiteó en tono celebratorio: "Gracias a todos los que, a lo largo del país, votaron, trabajaron como voluntarios y se candidatearon. Vivimos en la mejor democracia del mundo."
El programa socialista extremo de los laboristas ha asustado al electorado, que tampoco quería seguir debatien el Brexit con una oferta de un nuevo referéndum, tal como proponían los laboristas de Corbyn. El Brexit Party de Nigel Farage se queda fuera del Parlamento, pagando su decisión táctica de retirarse de varias circunscripciones para apoyar a los tories de Johnson. Durante toda la campaña, el primer ministro trabajó a fondo las circunscripciones tradicionalmente laboristas que votaron a favor del Brexit ("Leave") en el referéndum de 2016 y le ha salido bien. Parte del histórico "Muro Rojo" laborista cayó anoche, para incredulidad de muchos observadores y no pocos periodistas, que jamás pensaron que en lugares donde la lucha sindical era casi una religión algún día se votaría al partido de Johnson. El nuevo sentimiento creado por el Brexit lo ha cambiado todo.
Johnson ejecutará el Brexit el próximo 31 de enero y quiere tener toda la negociación de salida finalizada para diciembre del año que viene. Con las manos libres por fin en el Parlamento, el primer ministro podrá ir muy rápido.
El otro resultado destacable de la noche fue el crecimiento de los independentistas escoceses del SNP. Ganaron 20 bancas más y se quedaron con 50 de los 59 escaños disponibles para esa región, lo que probablemente reforzará su reclamo por un segundo referendo independentista en los próximos meses.
La jornada electoral transcurrió en un clima de total tranquilidad, con imágenes de largas colas en varios distritos del país, especialmente en Londres, que generaron la expectativa de una importante alza de la participación con el correr de las horas.
Después de más de tres años de parálisis política por el Brexit, la campaña electoral previa a estas elecciones anticipadas estuvo marcada por un clima constante de tensión y una convicción que lo que se dirime en las urnas es un cambio estructural para el país, nada menos que la salida de la UE.