La reforma previsional de Brasil, clave para desbloquear la gestión del presidente Jair Bolsonaro y estimular una economía estancada, tendrá esta semana su prueba de fuego en el Congreso. En vísperas de la votación en el pleno de la Cámara de Diputados, la propuesta que modifica las normas para la jubilación cuenta con el apoyo de 247 diputados, 61 menos de los 308 necesarios para adoptar una norma que es una enmienda constitucional y por tanto exige mayorías especiales. La estimación de los votos que tendría hoy el oficialismo pertenece al diario O Estado de Sao Paulo y este apoyo es el más alto registrado por los sondeos que semanalmente hace el diario paulista.
El jueves pasado, una comisión especial parlamentaria aprobó por 36 votos a 13 un texto presentado por el presidente Jair Bolsonaro. El proyecto aprobado en la comisión debe ser sometido ahora al voto del plenario de la Cámara de Diputados y posteriormente del Senado. En ambos casos, tendrá que ser votado dos veces y obtener una mayoría cualificada de tres quintos de los escaños, por ser una reforma de carácter constitucional. El gobierno acentúa la presión para que se vote en el plenario antes del receso parlamentario de dos semanas que empieza el 18 de julio.
Sobre los 247 votos estimados por O Estado de Sao Paulo, 229 afirman que darían el sí a la reforma con el mismo contenido que se aprobó en la comisión especial la semana pasada, mientras 18 condicionaron la aprobación a ajustes del texto. Se necesitarían otros 61 votos para alcanzar los 308 necesarios para adoptar una propuesta de enmienda de la Constitución. Este apoyo es el nivel más alto registrado por los sondeos que semanalmente hace el diario paulista.
En las cuentas del titular de la Camara baja, Rodrigo Maia, la reforma ya cuenta con el apoyo de más de 308 diputados (sobre un toal de 513). Según él, este quórum es el resultado de los votantes, que han llegado a entender que el "sacrificio" de la Seguridad Social vale la pena para que las próximas generaciones tengan un futuro mejor. "La Cámara es un reflejo de la sociedad", asegura Maia.
El sábado, el presidente de la Cámara se reunió con los líderes de los partidos, con el ministro de la Secretaría de Gobierno, Luiz Eduardo Ramos, y con el secretario especial de Seguridad Social y Trabajo del Ministerio de Economía, Rogério Marinho, para intentar llegar a un acuerdo para votar el proyecto incluso antes del receso parlamentario, el 18 de julio. Al final, Maia dijo que cree que la propuesta será aprobada "por un buen margen". "Hoy, el clima es favorable", dijo Marinho. "Confiamos en que la cuestión haya madurado con la sociedad y se haya incorporado al Parlamento.
El diario paulista sondeó a los 513 diputados en las últimas dos semanas por teléfono, correo electrónico u oficina de prensa. De los 446 que respondieron (87 por ciento del total de la Cámara), 97 dijeron que votarían en contra, incluso si hay cambios, 26 se declararon indecisos, 75 no quisieron responder y un diputado dijo que estará ausente por licencia médica. Otros 66 no respondieron a las preguntas.El PSL, el partido del presidente Bolsonaro, garantiza 35 votos de una bancada de 54 diputados. El partido DEM de Rodrigo Maia, por otro lado, tiene 23 votos a favor de un total de 28 diputados.
Aspectos del proyecto
Considerada la principal apuesta del equipo económico para equilibrar las cuentas públicas, la reforma jubilatoria modifica las normas de jubilación de los empleados del sector privado y de los del sector público. La reforma provoca fuertes resistencias de sectores que se verán perjudicados. Categorías como profesores, agentes de la policía federal y agentes penitenciarios tendrán reglas diferentes. Además, las nuevas normas no serán válidas para los empleados de los Estados y municipales, con su propio régimen previsional. Los nuevos criterios sólo serán válidos para los que aún no han empezado a trabajar. Los que ya están trabajando tendrán que elegir entre cuatro normas de transición.
Estatales vs privados
El gobierno argumenta que la reforma reducirá desigualdades que favorecen a los estatales. Estos gozan de jubilaciones hasta por ocho veces más altas que las del sector privado. También propone que los hombres sólo puedan jubilarse a los 65 años y las mujeres a los 62, con aportes de 20 años y 15 años. El régimen actual requiere 35 años para hombres y 30 para las mujeres, pero muchos logran jubilarse sin ese requisito.