Un desafiante Jair Bolsonaro sostuvo ayer que los cuestionamientos a la política ambiental de Brasil, en particular sobre la Amazonía, constituyen una interferencia inaceptable en los asuntos internos de su país "disfrazada de buenas intenciones".

Un desafiante Jair Bolsonaro sostuvo ayer que los cuestionamientos a la política ambiental de Brasil, en particular sobre la Amazonía, constituyen una interferencia inaceptable en los asuntos internos de su país "disfrazada de buenas intenciones".
"Los ataques sensacionalistas de la prensa internacional debido a los focos de incendios en la Amazonía despertaron nuestro sentimiento patriótico", declaró el presidente brasileño al inaugurar la Asamblea General de las Naciones Unidas. "Es una falacia afirmar que la Amazonía es patrimonio de la humanidad y un error, como aseguran los científicos, decir que nuestros bosques son el pulmón del mundo", agregó el mandatario aludiendo a comentarios del presidente francés Emmanuel Macron.
Sostuvo que "apelando a esas falacias, en vez de ayudar, otro país se comportó en forma irrespetuosa, con espíritu colonialista. Cuestionaron lo que es más sagrado para nosotros: nuestra soberanía".
Bolsonaro insistió en que "cualquier iniciativa de apoyo a la preservación de la selva debe ser tratada respetando plenamente la soberanía brasileña".
El mandatario redujo el presupuesto destinado a la preservación del medio ambiente.
Ello le valió fuertes críticas internacionales, lo mismo que su defensa de las dictaduras militares de derecha, que hizo que la expresidenta de Chile, Michelle Bachelet, actualmente Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, dijese que le "da pena por Brasil".
En su discurso, Bolsonaro afirmó que su gobierno "está solemnemente comprometido con la preservación del medio ambiente", y planteó que en los incendios inciden factores como un clima seco, vientos y delincuentes. "Es importante también mencionar que las poblaciones indígenas y de la zona usan el fuego como parte de su cultura y para sobrevivir", acotó.
Amazon Wacht
Sus afirmaciones, no obstante, fueron duramente rebatidas por Amazon Watch, una organización sin fines de lucro que protege a la selva y los pueblos indígenas, cuyo director de programa Christian Poirier dijo que el discurso de Bolsonaro había sido "indignante, antidemocrático, racista y violento".
Poitier sostuvo que el mandatario "debe ser responsabilizado por la destrucción de la Amazonía y la deshumanización de los pueblos indígenas". Lo acusó de implementar "políticas tóxicas" en sus acuerdos comerciales y de proteger las "empresas agropecuarias que están detrás de la destrucción de la Amazonía".


