El acto en Brasilia estuvo financiado por empresarios del agronegocio de los estados sojeros del centro del país, que llevaron a miles de militantes hacia la Explanada de los Ministerios.
Bolsonaro dijo que hay que convencer a los indecisos y en ese marco pidió comparar a su esposa, que se ha convertido en una líder de la derecha evangélica del país, con la de su rival electoral, Luiz Inácio Lula da Silva, la socióloga Janja Silva, en una parte machista de su discurso en la que sostuvo que no tiene problemas de erección.
“A mi lado hay una mujer de Dios y activa en mi vida, a mi lado no, delante de mi. Les digo a los solteros que busquen a una mujer, a una princesa, cásense y sean felices”, dijo Bolsonaro, que aseguró que es “imbrochavel” (palabra en portugués que significa que siempre su miembro está erecto para el acto sexual).
El público se animó y le gritó lo mismo, tras lo cual besó a su esposa ante el público, en un supuesto gesto en busca del voto femenino, que es clave para su recuperación en las encuestas, ya que según todos los estudios de opinión pública este segmento está decidido a apoyar a Lula.
El año pasado, para el Día de la Independencia, Bolsonaro había anunciado que no cumpliría los fallos del juez de la corte Alexandre de Moraes, que lo investiga a él y a sus seguidores por divulgar “fake news”, utilizar las redes para discursos de odio y alentar el quiebre constitucional.
Ayer, antes del desfile, Bolsonaro afirmó que “la historia puede repetirse” en 2022, al citar momentos de tensión o de ruptura democrática, como el golpe militar de 1964 o la destitución de Dilma Rousseff en 2016, durante el desayuno de honor a sus ministros por los festejos del Bicentenario en el Palacio de la Alvorada, el palacio presidencial.
“Los brasileños pasamos por momentos difíciles que la historia muestra. 1822, 1865, 1964, 2016 y 2018 y ahora 2022. La historia pueda repetirse, el bien siempre venció al mal”, dijo Bolsonaro ante sus ministros.
Bolsonaro niega que el 31 de marzo de 1964 haya habido un golpe militar y sí “una intervención contra el comunismo”, movimiento al que equipara al Partido de los Trabajadores (PT) de Lula.
De cara a su reelección el 2 de octubre, Bolsonaro dijo que “el pueblo cree en Dios” y también alentó el fantasma de un posible “régimen comunista” en caso de perder los comicios.
Más tarde, a la estatal TV Brasil, Bolsonaro dijo que su objetivo es “defender la libertad de Brasil a la luz de lo que vemos en América del Sur” en una supuesta crítica los gobiernos que no comparten su ideología.
El mandatario brasileño pidió a la multitud desconfiar de las encuestas del instituto Datafolha, que lo ubica en segundo lugar detrás de Lula.
“Yo le creo a Datapueblo, no a la mentirosa Datafolha”, afirmó.
Al lado del empresario sojero Luciano Hang
El presidente Jair Bolsonaro encabezó este miércoles en Brasilia el desfile oficial cívico militar del bicentenario de la independencia de Brasil al lado del empresario Luciano Hang, uno de los millonarios investigados por la Corte Suprema por alentar a desconocer las elecciones del 2 de octubre en caso de que gane el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El jefe del Estado habló en un escenario a la población en Brasilia, en un acto de campaña para su reelección, para luego participar de otro en Copacabana, Río de Janeiro.
En la tribuna de invitados del desfile oficial, seguidores del mandatario mostraron carteles y banderas con frases a favor de un autogolpe militar para eliminar la Corte Suprema.
“Presidente Bolsonaro, accione las fuerzas armadas para establecer el orden”, decía una bandera ubicada frente al palco oficial del desfile, que se realizó en la Explanada de los Ministerios, frente a los edificios oficiales de la capital federal brasileña.
En el escenario al lado de Bolsonaro, con un traje verde loro y corbata amarilla se encontraba el empresario Hang, dueño las tiendas Havan, uno de los millonarios bolsonaristas cuyos domicilios fueron allanados y sus celulares confiscados por el juez del Supremo Tribunal Federal por alentar un golpe de Estado en caso de una victoria de Lula, un procedimiento calificado como un ataque a la libertad de expresión en las redes sociales.
La presencia internacional es diminuta en el bicentenario de la independencia brasileña: en el palco estaban los presidentes de Portugal (antigua potencia ocupante hasta 1822), Marcelo Rebelo de Sousa; el de Cabo Verde, José Neves, y el de Guinea Bissau, Umaro Sissoco Embaló.
También ministros de Angola y Mozambique y el secretario ejecutivo de Países de Lengua Portuguesa.
El desfile contó con tractores con banderas de todos los estados de la federación, teniendo en cuenta que Bolsonaro considera a los empresarios del agroenegocio sus principales aliados.
Además de la demostración militar, desfilaron alumnos de escuelas cívico militares y un colectivo que sorprendió a la prensa local con alumnos del llamado 'homeschooling“, la educación en casa suprimiendo a la escuela, una idea del ultraliberal ministro de Economía Paulo Guedes, que no está reglamentada.
La locutora del evento destacó en el desfile a “alumnos de la Educación Cristiana Domiciliaria”, un proyecto de homeschooling incentivado por iglesias evangélicas, críticas de la educación laica regida por la Constitución.
La primera dama, Michelle Bolsonaro, es la principal activista de la derecha evangélica en el gobierno.
En San Pablo y otras capitales de estados se llevó adelante el desfile de fuerzas de seguridad y batallones en homenaje al bicentenario, la fecha en la cual el emperador portugués Pedro I declaró la independencia de Portugal y fundó el Imperio de Brasil, que duró hasta 1889, cuando se transformó en una República.
En San Pablo, el Museo de Ipiranga, uno de los lugares más importantes para la cultura y la arquitectura brasileñas, que es el lugar donde se declaró la independencia, reabrió ayer con espectáculos musicales para la población luego de que estuviera nueve años cerrado para refacciones.
El mandatario viajó a la tarde a Río de Janeiro para participar de un acto militar en Copacabana, donde se reunieron miles de manifestantes, ante quienes ofreció un discurso.