Roma.- El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, prometió ayer quedarse hasta el final de su mandato en 2013, luego de ganar una moción de confianza que fue su primer prueba en el Parlamento tras los dos reveses electorales sufridos en el último mes (en las elecciones municipales y en cuatro referendos). Berlusconi afirmó que el gobierno de centroderecha mantendrá su compromiso de controlar las finanzas públicas y que el plan de reformas impositivas no aumentará el déficit presupuestario.
En un mensaje pronunciado días después de que la agencia Moody’s dijera que podría recortar la calificación del país ante las dudas sobre su capacidad de reducir la deuda pública, el primer ministro aseguró que su gobierno es el único capaz de preservar la confianza de los mercados internacionales. “Si el gobierno cayera, inmediatamente veríamos un aumento del costo del financiamiento de nuestra deuda pública”, afirmó ante el Senado.
El gobierno obtuvo el apoyo a un paquete de medidas para impulsar el crecimiento económico en la Cámara baja del Parlamento con un margen de 24 votos. La medida fue aprobada con 317 votos a favor, 293 en contra y dos abstenciones.
La victoria dará seguramente un breve respiro a la coalición de centroderecha de Berlusconi, que sigue en una situación precaria por el frágil apoyo de la opinión pública, las luchas internas y la debilidad de la economía.
Analistas advirtieron que Italia, que en gran medida escapó a la crisis de la deuda de la zona euro gracias a un fuerte control del gasto público, altos ahorros privados y un conservador sistema bancario, podría pagar caro una demora en las reformas.
Las agencias calificadoras Standard & Poor’s y Moody’s bajaron su perspectiva en el país el mes pasado, citando dudas acerca de su capacidad para reducir la enorme deuda pública, equivalente al 120 por ciento de su Producto Bruto Interno.
Más desafíos. Entretanto, Berlusconi lucha por mantener unido a su gobierno, mientras sus socios de la Liga Norte, cada vez más frustrados, demandan recortes de impuestos y el fin de la costosa misión militar en Libia.
Hoy podría convocarse otra votación en la Cámara baja para comprobar si el gobierno tiene mayoría. De todas maneras, Berlusconi enfrentará una prueba de mayor envergadura en las próximas semanas, cuando impulse medidas de austeridad por un total de 40.000 millones de euros (57.000 millones de dólares) para reducir el déficit presupuestario para 2014, una tarea aún más ardua por la demanda de la Liga de bajar los impuestos.