Bruselas.- La Unión Europea (UE) aumentó la presión sobre Grecia después de que Atenas anunciara que celebrará un referendo sobre el segundo rescate financiero del país. Un posible "no" de los griegos podría llevar al país a la bancarrota, con consecuencias devastadoras para la zona euro. Por este motivo, la UE anunció ayer que no entregará a Grecia el sexto tramo de ayudas internacionales, por 8.000 millones de euros, si el gobierno heleno no aporta claridad sobre su intención de convocar a una consulta popular.
El primer ministro griego, George Papandreu, debió rendir explicaciones anoche en una reunión en la que participaron el presidente francés, Nicolas Sarkozy; la canciller alemana, Angela Merkel; la directora del FMI, Christine Lagarde, y los presidentes de la Comisión y el Consejo Europeo, José Manuel Durao Barroso y Herman Van Rompuy.
Valorar los resultados. Tras el encuentro, Sarkozy aseguró que "no se entregará la ayuda a Grecia hasta que no clarifique su posición". Merkel agregó que los líderes de la UE quieren que Grecia "siga en la zona euro", pero también afirmó que los últimos 8.000 millones de ayuda a Atenas se suspenden hasta poder valorar los resultados del referendo. Según Sarkozy, Papandreu adelantó que la consulta popular podría ser el 4 ó 5 de diciembre.
Atenas aseguró hace días que sólo dispone de dinero suficiente para pagar sueldos a estatales y jubilados hasta noviembre. En principio, el desembolso del sexto tramo de ayudas estaba previsto para mitad de este mes, después de que la "troika" internacional integrada por Bruselas, el FMI y el Banco Central Europeo (BCE) dieran hace dos semanas luz verde a los nuevos planes de ajuste helenos.
No obstante, fuentes del Ministerio griego de Finanzas aseguraron ayer que Grecia no está en peligro inmediato de bancarrota en caso de no recibir la ayuda prevista. "Tenemos dinero hasta mediados de diciembre", señalaron. Por eso no hay "peligro agudo" de impago, subrayó un portavoz.
¿Sí al euro? Francia y Alemania también exigieron ayer a Papandreu que diga abiertamente si desea que su país siga o no en el euro. Aunque el enojo de Merkel era patente, las palabras más duras vinieron desde Francia.
Al tiempo que lamentaba la decisión de Atenas de convocar el referendo "sin consultar a nadie", el primer ministro francés, François Fillon, conminó a Papandreu a que diga "rápido y sin ambigüedad si quiere conservar su lugar en la zona euro". "Ese referendo puede tener consecuencias muy graves para Grecia y el resto de Europa", opinó Fillon.
En una iniciativa que sorprendió a la UE y cayó muy mal en Berlín y París -promotores de las últimas medidas de rescate a Atenas- Papandreu aseguraba este lunes que someterá a consulta popular las condiciones de un segundo rescate, que contemplan duros ajustes a cambio de la asistencia financiera de la UE y del FMI para evitar la quiebra.
Un casi seguro rechazo de los griegos al rescate podría significar la bancarrota del país. También tiraría por la borda todos los esfuerzos de la cumbre de Bruselas de la semana pasada, en donde se acordó el perdón del 50 por ciento de la deuda helena en manos de los bancos.
"Consecuencias dolorosas". Ante el temor a que el tren de la eurozona vuelva a descarrilar en la estación griega, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, advirtió ayer de las "dolorosas" consecuencias que se podrían derivar para Grecia en caso de que la población rechazara este segundo rescate.
"Sin el acuerdo de Grecia al (programa) de rescate, las condiciones (de vida) para los ciudadanos griegos serán mucho más penosas, en especial para los más vulnerables", comentó Barroso en un comunicado.
Mientras tanto, ayer se informó que Sarkozy convocó a sus pares europeos a una urgente reunión para hoy, con el objetivo de fijar una posición común antes del inicio de la Cumbre del Grupo de los 20 (G-20) en Cannes.
En esa "mini-cumbre" de primera hora de la mañana estarán, además de Sarkozy y Merkel, el jefe de gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, y el premier italiano, Silvio Berlusconi. También se sumarán al cónclave Durao Barroso, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y representantes del FMI y del BCE.
“Maxienmienda” en Italia
El gobierno italiano aprobó algunas de las reformas económicas que el primer ministro, Silvio Berlusconi, se comprometió a adoptar ante sus socios comunitarios la semana pasada ante las exigencias de la Unión Europea para garantizar su estabilidad financiera. En un Consejo de Ministros extraordinario convocado ayer en Roma, el Ejecutivo aprobó estas medidas en la forma de una «maxienmienda» al proyecto de ley de presupuestos para el año que viene, reformas con las que Berlusconi pretende acudir hoy a la cumbre del G-20 en Cannes, Francia.
La sorprendente decisión de Grecia de convocar a un referéndum sobre las medidas de austeridad que le exige la UE ha aumentado los temores sobre la estabilidad de otras economías muy endeudadas como Italia, que es el tercer mayor país de la zona euro, detrás de Alemania y Francia. Al extenderse la turbulencia bursátil, acercando la posibilidad de una crisis más amplia en la eurozona, Berlusconi, acosado por escándalos, ha sido criticado por su gestión e incapacidad para aprobar reformas clave.
Napolitano pidió premura. El presidente Giorgio Napolitano, en una intervención muy infrecuente a última hora del martes, pidió al premier que apruebe sin más retrasos las medidas prometidas hace tiempo. Napolitano indicó que estaba comprobando qué apoyo recibirían las medidas fuera de la coalición gubernamental de centroderecha. El presidente no puede cesar a Berlusconi mientras tenga una mayoría, pero si aumentan las disensiones en la coalición y provocan una crisis parlamentaria en la que el gobierno perdiera una moción de confianza, tendría competencias para nombrar un nuevo gabinete.
Berlusconi prometió a sus socios europeos reformas como facilitar los despidos -también para los funcionarios- y retrasar la edad de jubilación, aunque las medidas no entrarían en vigor hasta dentro de varios meses.
La pregunta
El referendo anunciado por el primer ministro de Grecia consultará a los ciudadanos griegos sobre las medidas de rescate acordadas con la Unión Europea, y no sobre la permanencia del país en la zona euro. Así lo aclaró ayer un portavoz del Ejecutivo heleno. Según las encuestas, la mayoría de los griegos estaría en contra del plan de rescate.