Berlín. — Berlín celebró ayer la libertad adquirida el 9 de noviembre de
1989, cuando la presión popular obligó a la cúpula de la comunista República Democrática Alemana
(RDA) a derribar el “Muro de la vergüenza” que durante 28 años dividió a todo un país y
un continente. La celebración tuvo repercusión mundial.
“Ese fue uno de los momentos más felices de mi vida”, confesó la canciller Angela
Merkel durante la emocionante “Fiesta de la libertad” celebrada ante la Puerta de
Brandeburgo, otrora cercada y alambrada, con la presencia de cientos de huéspedes ilustres de todo
el mundo y decenas de miles de ciudadanos comunes de todo el continente. “La libertad no nace
por sí misma, hay que luchar por ella”, agregó visiblemente emocionada Merkel ante decenas de
miles de personas, que no se dejaron acobardar ni por el frío ni por la lluvia.
Al comienzo de la fiesta, Merkel, los representantes de los países que conformaban el bloque
occidental en 1989 y los jefes de Estado y gobierno de los 27 países de la actual Unión Europea
atravesaron la emblemática y renovada Puerta de Brandeburgo, de este a oeste, tal y como hicieron
las masas berlinesas hace 20 años.
La “Fiesta de la libertad” comenzó con un concierto de la orquesta de la Opera
Estatal de Berlín bajo la batuta del argentino-israelí Daniel Barenboim. Más ritmo ofreció el tenor
español Plácido Domingo, que entonó el “Berliner Luft” (Aire berlinés), una marcha
popular que recibió fortísimos aplausos.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, fue el primero en tomar la palabra tras el alcalde
berlinés, Klaus Wowereit. “Los hombres y las mujeres que lucharon contra el Muro de Berlín
tenían un sueño para Europa” que hoy se ve plasmado en países como Francia y Alemania,
naciones que lucharon en dos guerras mundiales y ahora son pacíficos vecinos.
“Ese muro dividió a toda Europa”, no sólo a Alemania, y a su caída contribuyeron
enormemente los acontecimientos en la Unión Soviética, manifestó después el jefe de Estado de
Rusia, Dmitri Medvedev. Este episodio sólo ha traído “avances y libertad a Europa”,
recalcó el ruso.
“Los berlineses demostraron que un pueblo que se mantiene unido puede lograrlo
todo”, dijo a su turno el premier británico, Gordon Brown. “Ahora los dos Berlín son
uno. Las dos Alemanias son una, las dos Europas son una”, agregó. También estaban presentes
el ex líder del sindicato clandestino polaco Solidaridad, Lech Walesa, y el ex presidente soviético
Mijail Gorbachov, quien fue aclamado por la multitud repetidamente, por su rol decisivo en la caída
del comunismo soviético en 1991.
Tras unas palabras por video de Barack Obama, se dio paso al momento más esperado de la noche:
el derribo del muro simbólico que dividía la capital alemana desde el sábado, compuesto por un
millar de piezas de dominó de 2,5 metros de altura decoradas por artistas y estudiantes de todo el
mundo.
Los bloques del simbólico Muro se extendían desde la plaza Potsdam hasta la cámara baja del
Parlamento, el Reichstag, y formaban la temida “franja de la muerte”. Walesa tuvo el
honor de dar un empujón a la primera pieza de ese dominó-muro, simbolizando la secuencia de
acontecimientos que comenzaron a principios de 1989 con las primeras elecciones libres en Polonia y
desembocaron en la caída del Muro de Berlín y el fin del comunismo en Europa del Este y en Rusia.
Una secuencia histórica que cambió para siempre la faz del mundo y cuyos efectos se sienten con
fuerza aún hoy, 20 años después.
136
Según estadísticas oficiales, 136 personas murieron tratando de cruzar
el Muro de Berlín entre 1961 y 1989. Los guardias tenían orden de tirar a matar.