Al menos seis personas murieron el jueves y más de 30 resultaron heridas cuando estalló un intenso tiroteo durante una manifestación en Beirut que pedía la destitución de un juez que dirigía una investigación sobre la mortal explosión del puerto de agosto de 2020. La confratación se produce entre las facciones islámicas shiítas, Hezbolá y Amal, y un partido cristiano que es su histórico adversario. Los choques incluyeron intercambios de fuego con fusiles automáticos, rifles de fracontirador y hasta cohetes antitanque. Los combates duraron más de cuatro horas y sumieron a Beirut en un clima que recuerda a la terrible guerra civil de 1975-90.
La Cruz Roja Libanesa informó de seis muertes durante los enfrentamientos armados en la capital. El ministro del Interior de Líbano, Bassam Mawlawi, dijo a los reporteros que francotiradores y hombres armados "dispararon a la gente en la cabeza", mientras que cuatro cohetes B7 fueron disparados al aire, en la peor ola de violencia que la capital libanesa en más de 10 años.
Cientos de militantes del partido-milicia shiíta Hezbolá, respaldado por Irán, y su principal aliado, Amal, marchaban hacia el Palacio de Justicia de la ciudad cuando francotiradores dispararon contra los manifestantes desde las terrazas de los edificios altos, lo que obligó a manifestantes y periodistas a ponerse a cubierto, detalló el ministro del Interior del país en un comunicado del ejército y emisoras locales. El ejército libanès intervino con sus unidades de elite para tratar de dar fin a los combates y sobre todo proteger a los civiles que quedaron atrapados entre dos fuegos.
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El ejército libanés intervino para dar fin a los combates y tratar de proteger a los civiles atrapados en el fuego cruzado.
Las imágenes de las redes sociales mostraban a hombres armados enmascarados, afiliados a Hezbolá, disparando sus fusiles de asalto AK-47 desde las calles, parapetados detrás de los contenedores de basura y las barreras que existen en muchas calles de Beirut. El retumbar de las armas automáticas se mezclaba con los gritos de terror de los civiles atrapados en el combate.
Los choques armados ocurrieron en el barrio de Tayouneh, en el sur de Beirut. Como resultado del tiroteo murieron al menos seis pesonas y unas 20 fueron heridas.
Se vio humo saliendo del interior de los edificios que habían recibido ráfagas de fusil. El epicentro de la violencia, el barrio de Tayouneh, está cerca del lugar de nacimiento de la guerra civil libanesa de 1975-1990, y por ello el choque armado revivió el espectro de una mayor violencia interna en el país, mientras Líbano es asolado por una gravísima crisis económica.
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Los disparos de fusil y cohetes parecieron detenerse alrededor de cuatro horas después de que comenzaran los enfrentamientos. Parte del tráfico regresó a las calles de la capital cuando los equipos de la Cruz Roja y la Defensa Civil del Líbano evacuaron a los residentes conmocionados por las explosiones en Tayouneh.
En una declaración conjunta, Hezbolá y Amal acusaron al partido cristiano de derecha Las Fuerzas Libanesas, de estar detrás de los ataques de francotiradores. El partido, que previamente había amenazado con enviar contramanifestantes a las protestas de este jueves, no respondió a las acusaciones.
"Está claro que quienes dispararon contra los manifestantes eran grupos armados organizados que han estado planeando este ataque", dijo a CNN un alto funcionario de Hezbolá. "No responderemos. Quieren arrastrarnos a una guerra civil y no queremos".
Hezbolá ha sido un acérrimo oponente de Tarek Bitar, el popular juez que lidera la investigación de la explosión de Beirut y ha buscado el enjuiciamiento de funcionarios de alto nivel. Esta semana, el juez emitió una orden de arresto contra el legislador Ali Hassan Khalil, un alto funcionario de Amal y exministro de Finanzas. Bitar también ha emitido órdenes de arresto contra el diputado Nouhad Machnouk, aliado del ex primer ministro sunita Saad Hariri y exministro del Interior.
Desde su nombramiento en febrero, Bitar, quien también dirige el tribunal penal de Beirut, ha buscado a los principales funcionarios políticos y de seguridad para ser interrogados en la investigación de la explosión de Beirut. Es el segundo investigador judicial que encabeza la investigación. El primer juez encargado fue destituido después de que dos exministros acusados en la investigación presentaron con éxito una moción para su destitución.
Varias peticiones legales de funcionarios para destituir a Bitar no han tenido éxito.
Durante un discurso televisado el pasado lunes, el jefe de Hezbolá, el jeque Hassan Nasrallah, reprendió al juez, acusándolo de estar "politizado".
Desde hace dos años, el Líbano se ha hundido en una depresión económica que provocó un aumento vertiginoso de la inflación, de las tasas de pobreza y el desempleo, así como un rápido deterioro de la infraestructura.