Miles de chilenos celebraron hoy con flores, cantos y banderas rojas la postergada romería para
dar el último adiós al cantautor Víctor Jara, enterrado en clandestinidad hace 36 años, luego de
recibir 44 balazos en los albores de la dictadura militar, en septiembre de 1973.
El homenaje mayor lo recibió el artista cuando su féretro arribó a la Pérgola de las Flores, a
un costado del río Mapocho, donde un millar de personas, tras horas de espera, le lanzó claveles
rojos a su paso, en un acto de honor sólo reservado a los grandes chilenos.
Desde unos parlantes, y entre los aplausos espontáneos, la voz de Jara volvió a surgir en ese
instante, entonando que “el canto sólo tiene sentido cuando palpita en las venas”.
La caravana, que abarcaba una quincena de cuadras, siguió luego hacia el Cementerio General,
animada por diablas andinas, carromatos multicolores provenientes de regiones y parejas
abrazadas.
“Víctor, eres de los que nunca mueres”, rezaba uno de los carteles presentes en la
multitud, donde destacaban vestidos de naranja los ex estudiantes de la Universidad Técnica del
Estado.
Ellos eran los sobrevivientes de la resistencia al golpe militar de 1973 en esa casa de
estudios, lugar al que acudió también Víctor Jara antes de ser apresado, torturado y ultimado.
En las esquinas próximas al cementerio, hombres y mujeres con sus hijos en hombros buscaban un
espacio entre la multitud, mientras la guardia de honor de la carroza fúnebre gritaba “¡abran
paso, abran paso, viene Víctor!”.
Entre toda la diversidad, coronada por banderas de Venezuela, el pueblo mapuche y el mundo
homosexual, los lienzos rojos con el rostro de Jara constituían el principal manto de unión.
El acto fúnebre, que comenzó el jueves con un extenso velorio, ocurre cuando la Justicia aún no
logra identificar a “El Príncipe”, el oficial del Ejército que jugando a la ruleta
rusa, encabezó el acribillamiento del artista junto a otros uniformados.
Víctor Jara fue un intelectual comunista que apoyó el gobierno socialista de Salvador Allende
(1970-1973), derrocado por el golpe militar liderado por el general Augusto Pinochet, fallecido en
2006.
Entre sus creaciones destacan “Te recuerdo Amanda”, “Plegaria del
Labrador” y “El cigarrito”, inmortalizadas en diferentes versiones por el músico
cubano Silvio Rodríguez, la fallecida Mercedes Sosa y los españoles Joan Manuel Serrat y Ana
Belén.
Pero también realizó coregrafías y trabajos teatrales, convirtiéndose junto a Violeta Parra en
el más destacado músico popular chileno.
Tras resistir el golpe militar de 1973, fue apresado y encarcelado junto con otros 5.000
chilenos en un estadio que hoy lleva su nombre.
Su cuerpo fue sacado subrepticiamente de la morgue y enterrado en secreto, pero con la presencia
de su esposa, quien se enteró gracias a una cadena de acciones de personas anónimas. Una de ellas
reveló la historia este año. (DPA)