Roma. — La aerolínea de bandera Alitalia enfrenta la quiebra y liquidación,
luego de que el grupo empresario que se postulaba para gestionarla retiró su oferta de compra, al
no haber podido convencer a los sindicatos aeronáuticos de aceptarla. Ahora se abren dos
perspectivas: la quiebra o la venta a otra aerolínea que la redimensionaría drásticamente. Las
centrales gremiales que habían apoyado el plan de rescate se mostraban muy pesimistas y hablaron de
una "catástrofe social". Ayer Alitalia continuaba volando, pero la operatividad irá disminuyendo a
medida que la empresa se vaya quedando sin dinero (pierde dos millones diarios de euros), al tiempo
que los clientes escapan en masa.
Veinte mil puestos de trabajo y una de las grandes líneas aéreas europeas quedan
así al borde de la desaparición, lo que significa un duro golpe político para el gobierno de Silvio
Berlusconi, quien en campaña electoral se había comprometido a rescatar la aerolínea.
Los miembros del consorcio empresario CAI votaron por unanimidad el retiro de la
oferta hecha por Alitalia y rechazada por los gremios aeronáuticos más duros. Berlusconi había usad
sus conexiones y gran poder político para persuadir a 16 inversores de salvar la aerolínea y
mantenerla en manos italianas, creando la CAI. Ayer los optimistas interpretaban que había aún un
pequeño margen de negociación, dado que esa sigla, formada ad hoc para adquirir Alitalia, no se
había disuelto.
"La situación es dramática y podríamos caer al abismo", dijo Berlusconi. Al ser
consultado sobre si eso significaba la quiebra de la aerolínea, se limitó a contestar: "veremos",
dando así a entender que seguiría haciendo gestiones en las próximas horas y días. Augusto
Fantozzi, interventor nombrado por el gobierno, había advertido varias veces que comenzaría el
proceso de liquidación de la aerolínea si caía la oferta de CAI. Pero ayer diversos medios
italianos aseguraban que había un margen de negociación hasta el lunes.
El consorcio de inversionistas italianos dijo que había retirado su oferta luego
que seis de los nueve sindicatos involucrados en la negociación se rehusaron a firmar el plan de
rescate, que estaba dirigido a salvar sólo las partes rentables de la aerolínea. La propuesta
implicaba un recorte de 3250 puestos de trabajo, para lo que se ofrecían "amortizadores sociales"
especiales.
Alitalia pierde 2 millones de euros (2,9 millones de dólares) diarios. Todas las
mañanas debe girar alrededor de 1,5 millón de euros sólo para comprar el combustible de sus
aviones, un rubro que se fue a las nubes con la suba del petróleo.
"La dramática situación de Alitalia y de los mercados internacionales no permite
prolongar más una oferta que se ha profundizado y que ha llevado a numerosas concesiones", dijo en
un comunicado el grupo de 16 empresarios, encabezados por Roberto Colaninno, número uno de la
fábrica Piaggio. Este había dicho el día anterior: "Ya no hay un euro más".
Caída en serie. El ministro de Trabajo, Maurizio Sacconi, comentó que el retiro
"pavimenta el camino para la caída de todas las compañías del grupo Alitalia" y calificó como
"absurda" la posición de los sindicatos que rechazaron el plan. La propuesta no entusiasmaba a los
pilotos y auxiliares de vuelo, los gremios más intransigentes en la tratativa. Luigi Angeletti,
titular de la UIL, uno de las tres mayores centrales sindicales, dijo que el retiro de CAI traerá
"una catástrofe social. La compañía está muerta".
Uno de los dos sindicatos de pilotos, Anpac, opuesto al plan de CAI, dijo que
seguir con las negociaciones podría haber llevado a un arreglo. "Es una vergüenza. En mi opinión
las condiciones estaban para un acuerdo. Ahora, ellos (CAI) están afuera y nosotros todavía
adentro, con nuestros problemas extremadamente serios", sostuvo Fabio Berti, de Anpac.
Partes rentables. CAI proponía quedarse con las partes rentables de la firma
antes de relanzarla como una aerolínea más chica. Además de los 3.250 despidos sobre 20.000
empleados, planteaba eliminar unos cien aviones sobre 250 y fusionar Alitalia con la línea de bajo
costo Air One. La CAI afirma que se respetaban los salarios, pero los gremios disidentes dicen lo
contrario. Según la empresa se exigía a los empleados un aumento de productividad, y de ahí la
eventual baja en el salario de bolsillo. Los gremios de azafatas y pilotos aseguran que la oferta
implicaba cambiar el convenio laboral por el vigente en Air One.
Fuentes cercanas al interventor Fantozzi dijeron que continuaba en contacto con
Lufthansa, Air France-KLM y British Airways, y que todas expresaron interés en comprar una
participación minoritaria de Alitalia si fracasaba la oferta de CAI. Pero Alitalia, tal como se la
conoció hasta ahora, ya dejó de existir. En el mejor de los casos será absorbida y reestructurada
drásticamente por una de estas aerolíneas u otro interesado. Italia ya no tendrá aerolínea de
bandera.