Mientras la crisis de refugiados no cesa en las fronteras orientales de Europa, así como la guerra en Siria, Alemania impulsó un acuerdo con Turquía para que esta nación acelere la repatriación de migrantes rechazados a cambio de más ayuda financiera y de visados para sus ciudadanos. Turquía tiene una extensa frontera con Siria y es país de tránsito obligado hacia Europa. La canciller alemana, Angela Merkel, viajó ayer a Estambul para negociar con las autoridades turcas este acuerdo, en el marco de la crisis de refugiados que afronta Europa.
Merkel viajó para reunirse con el primer ministro turco, Ahmed Davutoglu, y con el presidente, Recep Tayyip Erdogan. Consideró que Turquía ha recibido hasta ahora poco apoyo por su gran trabajo. “Por eso nos comprometemos más económicamente”, señaló Merkel. Davutoglu saludó la “valiente actuación” de Merkel en la crisis, con la que no puede terminar “ningún país en solitario”.Hasta ahora, a Turquía se la había dejado sola dijo el primer ministro, que consideró importante mostrar voluntad de repartir las cargas.
Las dos rutas. Turquía es el país de tránsito más importante que utilizan los refugiados en su camino de Siria, Irak o Afganistán hacia la Unión Europea. Algunos escogen la vía del Mediterráneo, en busca de Grecia. Es así como muchos se ahogan con sus niños en las aguas del Mar Egeo. Ayer se conocieron otros cinco casos, como mínimo. Otros siguen por la ruta del norte, para pasar a los países de Europa oriental. Pero el destino final que casi todos buscan es Alemania. Según datos oficiales, Turquía ha acogido a 2,5 millones de solicitantes de asilo de Siria e Irak y ha pedido 3.000 millones de euros en ayuda, el triple de lo que le ofreció hasta ahora la UE.
Merkel ofreció ayer a Turquía apoyar un proceso acelerado para la concesión de visados a ciudadanos turcos que quieran entrar en la “zona Schengen”, espacio de libre tránsito. La Unión Europa y Turquía iniciaron en 2012 un diálogo para liberalizar visados en el que Turquía debía comprometerse, a cambio a volver a acoger a las personas que entraran ilegalmente en la Unión Europea. Merkel se pronunció ayer en Estambul a favor de abrir otro capítulo sobre cuestiones económicas y judiciales en el proceso de adhesión de Turquía a la UE. Turquía, bajo un gobierno islamista cada vez más autoritario, como el de Erdogan, parece alejarse cada vez más de sus chances de ingresar alguna vez en la ONU.
Davutoglu declaró que se negocia la entrada de ciudadanos turcos en el espacio Schengen y el acuerdo de repatriación para ciudadanos de terceros países puedan entrar en vigor simultáneamente en julio de 2016, así como la reanudación de las negociaciones congeladas para la entrada de Turquía en la UE. Merkel se reunió después con el presidente Erdogan, durante una visita de un día en la que no se programó reunión alguna con la oposición. Merkel fue criticada por esta reunión, en momentos en que Erdogan es criticado en toda Europa por su autoritarismo.
Reclaman valla. En tanto, en Alemania la policía reclamó la construcción de una valla fronteriza ante el gran flujo de refugiados, que se espera que este año supere el millón. “Si queremos controlar las fronteras de verdad, debemos construir una valla a lo largo de la frontera”, afirmó el presidente del sindicato de la policía alemana Rainer Wendt. “Si cerramos nuestra frontera de este modo, Austria también cerrará la suya con Eslovenia. Exactamente este efecto es el que necesitamos”, explicó. Tampoco puede seguir mandándose la señal de “Vengan todos”, alertó. “Nuestro ordenamiento interno está en peligro. Nos enfrentamos a disturbios sociales. Alguien debería tirar el freno de emergencia y esa persona sólo puede ser Angela Merkel”, alertó Wendt.
Eslovenia. Eslovenia es desde este fin de semana el nuevo punto caliente en la crisis de refugiados: después de que Hungría cerrara sus fronteras con Croacia, miles de personas utilizan una nueva ruta por ese país, que ya está registrando las primeras aglomeraciones.
Mientras Budapest celebra una reducción del número de refugiados, se están formando las primeras aglomeraciones en la nueva ruta, pero Eslovenia ya ha dicho que sólo puede acoger 2.500 refugiados diarios. Hasta 40 autobuses esperaban ayer en Serbia en la frontera con Croacia para entrar a ese país. Otros 50 autobuses cargados con refugiados esperaban en un campamento de refugiados en Croacia, para partir a Eslovenia. Hungría cerró la madrugada del sábado la frontera con Croacia con un gran despliegue policial y anunció “castigos” al cruce ilegal de la frontera. Hace un mes cerró también la frontera con Serbia con una valla fronteriza de 175 kilómetros. El portavoz del gobierno húngaro, Zoltan Kovacs, y el asesor de seguridad, Gyorgy Bakondi, se mostraron satisfechos con el resultado del “sellado” de fronteras y señalaron que en las últimas 24 horas no se registraron sucesos excepcionales. Ambos alegaron que la fuerte presencia policial y militar sigue siendo necesaria. Sin embargo, en los ríos fronterizos Drau y Mur no se levantaron vallas. La zona limítrofe entre Eslovenia y Croacia es una frontera exterior al espacio de Schengen exento de visas, por lo que los refugiados que llegan a esa zona son registrados. Entre el sábado y el mediodía de ayer llegaron unos 5.000 refugiados a Eslovenia.