Atenas.— El Banco Central Europeo (BCE) dijo ayer que Grecia no debe perder tiempo tratando de renegociar su rescate internacional, en momentos en que el gobierno discute un plan para aliviar sus condiciones antes de una revisión que realizarán prestamistas en el país.
El formulador de políticas del BCE, Joerg Asmussen, replicando los llamados hechos por los socios de Grecia en la zona euro, señaló que es poco probable que el primer ministro griego, Antonis Samaras, tenga mucho margen de acción para cambiar las medidas de ajuste exigidas por la Unión Europea (UE) y el FMI en virtud de su programa de rescate.
"La primera prioridad para el nuevo gobierno griego tiene que ser poner nuevamente el programa (de rescate) en marcha", dijo Asmussen, un miembro del Consejo Ejecutivo del BCE, en un discurso en Atenas. "El nuevo gobierno no debe perder un tiempo precioso tratando de evitar o flexibilizar el programa", agregó.
Frente a la enorme presión pública, Samaras quiere más tiempo para cumplir con los objetivos del déficit y diluir las duras medidas de austeridad que han ayudado a condenar a Grecia a un quinto año de recesión.
Los ministros de la coalición liderada por los conservadores realizaban ayer conversaciones para elaborar el plan antes de que los inspectores de la "troika" —conformada por la UE, el BCE y el FMI— comiencen a supervisar los avances de Grecia en cuanto a ajustes fiscales y reformas. Fuentes griegas y de la troika dijeron que los inspectores iniciarán sus trabajos mañana mismo. El proceso podría llevar varias semanas.
El gobierno de Samaras afirma que los severos ajustes sólo han asfixiado la economía griega. La zona euro sostiene que el programa puede ser ajustado para tener en cuenta las semanas de parálisis política que se vivieron en el país por las elecciones realizadas durante mayo y junio.
Sin embargo, los prestamistas, encabezados por Alemania, el mayor contribuyente al plan de rescate, han descartado cualquier cambio radical al programa de ajustes.
Riesgo español. Mientras tanto, la crisis del euro sigue golpeando fuerte a España. Parece que duró muy poco la euforia de los mercados tras el Consejo Europeo de la semana pasada. Por primera vez en esta crisis, el riesgo país español superó ayer al de Irlanda, después de que Finlandia amenazara con vetar una de las medidas acordadas en el consejo, la compra de deuda soberana con cargo al fondo europeo de rescate.
El riesgo país, que mide la diferencia entre la rentabilidad del bono español a 10 años y su homólogo alemán, considerado el más seguro, terminó ayer la jornada en 486 puntos básicos, frente a los 483 de Irlanda, cuya economía fue rescatada por sus socios del euro.