El Fiscal General de Río de Janeiro investiga al senador Flavio Bolsonaro, hijo del presidente Jair Bolsonaro, por presuntas operaciones inmobiliarias para lavar dinero público de origen ilícito. El caso se conoció por medio de la revista Veja. A Flavio se le levantó el secreto bancario a pedido de la fiscalía, lo que permitió conocer una serie de operaciones sospechosas. La maniobra consistía en la subfacturación y sobrefacturación de compraventas de inmuebles para simular ganancias y así lavar el dinero ilícito, resultante de la desviación de fondos públicos en Río de Janeiro. La revista Veja destapó numerosos ilícitos bajo el gobierno del ex presidente Lula da Silva y su sucesora Dilma Rousseff.
La fiscalía de Río investiga si Flavio Bolsonaro lavó dinero que fue ilícitamente extraído del presupuesto de la Asamblea legislativa del Estado cuando él era legislador carioca. La causa investiga la compra-venta de 19 inmuebles entre 2010 y 2017, así como la contratación de "ñoquis" sospechados de ser testaferros de la familia presidencial. Así lo revela un documento divulgado por Veja sobre el pedido del levantamiento del secreto bancario del hoy senador federal. Entre esos empleados sospechosos de ser testaferros destaca el que fue su chofer y amigo, Fabricio Queiroz. Un cheque de Queiroz a Michelle Bolsonaro, la primera dama, se encuentra en el movimiento sospechoso de usar los salarios de empleados "ñoquis" para uso personal. El juez penal Flavio Nicolau autorizó el levantamiento del secreto bancario de Flavio Bolsonaro.
La punta del iceberg son esos 19 inmuebles comprados por Bolsonaro entre 2010 y 2017, por unos 3 millones de dólares. "Hay indicios de subfacturación en las compras y sobrefacturación en las ventas y constante uso de recursos en efectivo en los pagos por estos inmuebles", dice el Ministerio Público. La presunta ganancia por esta operatoria habría sido de un millón de dólares. Esta ganancia sería ficticia y permitiría lavar el dinero ilícito extraído de la Asamblea carioca a través de los testaferros.
Como es lógico, el senador e hijo del presidente niega las acusaciones y denunció la filtración de los detalles de la investigación como parte de una "intención política". Otras 95 personas y empresas vieron levantado su secreto bancario en este caso, entre ellas una firma con sede en Panamá. Un dato que promete más noticias resonantes. La investigación además se extiende a ex empleados parlamentarios del actual presidente Bolsonaro cuando era diputado federal (lo fue hasta el año pasado, durante 27 años).
Varios empleados del hoy presidente fueron también empleados de sus hijos, según el informe de la fiscalía, de 87 páginas. El informe investiga a una "organización criminal de alto grado de permanencia y estabilidad", que se hizo con millones de reales en las transacciones inmobiliarias sospechosas.
Las transacciones inmobiliarias de Flavio Bolsonaro fueron divulgadas por el periódico Folha de Sao Paulo en enero del año pasado, mucho antes de las elecciones que llevaron a su padre a la presidencia. La fiscalía cree que Flavio estaba cobrando parte del salario de los empleados, incluido el de Fabricio Queiroz, una práctica conocida popularmente como "crack" o "Rachid". El senador intentó sin éxito detener la investigación en el Tribunal Supremo Federal invocando sus fueros.
Ganancias llamativas
Los fiscales describen las valoraciones excesivas que tuvieron las propiedades vendidas por el hijo del presidente. Por ejemplo, el 27 de diciembre de 2012 compró un departamento en Copacabana, en la Avenida Prado Junior, por 140.000 reales. En febrero de 2014, sólo 15 meses después, se vendió por 550.000 reales, obteniendo un beneficio del 292 por ciento. En noviembre de 2012, Flavio compró otro departamento en Copacabana, en la calle Barata Ribeiro, por 170.000 reales. Un año más tarde, vendió esa propiedad en 573.000 reales, obteniendo un beneficio del 237 por ciento. En el mismo período, el valor de los bienes raíces en ese barrio subió apenas 11 por ciento, según el índice Fipezap. Los valores declarados para la compra fueron inferiores a los del mercado, mientras que las ventas fueron muy superiores. Entre las propiedades en la zona sur de Río hay también un departamento en Laranjeiras que, en sólo ocho meses logró una valoración enorme. Los fiscales cuestionan la afirmación del senador de que la negociación se habría realizado en efectivo, lo que explicaría los depósitos en su cuenta corriente.
Entre diciembre de 2008 y septiembre de 2010, el hijo del presidente adquirió diez locales comerciales en Barra da Tijuca por 2,662 millones de reales. En octubre de 2010, todos fueron vendidos a la empresa MCA por 3,167 millones de reales. El comprador tiene entre sus socios a Listel SA, con sede en Panamá, un paraíso fiscal. El Consejo de Control de Actividades Financieras (Coaf) indica como signos de blanqueo de capitales "la realización de operaciones inmobiliarias en las que participen personas jurídicas cuyos socios estén domiciliados en países con fiscalidad favorable".