Cuando comenzaban a crecer los temores en Washington por un nuevo cierre del gobierno por falta de ampliación de fondos, los líderes del oficialismo y la oposición en el Senado anunciaron un acuerdo para aprobar una ley de presupuesto hasta septiembre de 2019, que incrementará el gasto público en 300.000 millones de dólares.
Parte de ese gasto extra será para el área militar: 80.000 millones en este año fiscal y 85.000 millones en 2019. La ampliación tornará de imposible cumplimiento la promesa de Donald Trump de bajar el déficit y también el compromiso opositor demócrata de legalizar a cientos de miles de jóvenes inmigrantes, cuestión que estuvo en las negociaciones.
"Por primera vez en años, nuestro ejército tendrá los recursos necesarios para mantenernos a salvo. Esta financiación ayudará a servir a los veteranos que han servido valientemente, y garantizará esfuerzos tales como el alivio de desastres, la infraestructura y la construcción de nuestra lucha contra el abuso de opiáceos y la drogadicción", celebró el líder republicano Mitch McConnell en el pleno del Senado.
De esta manera, la espada de Damocles que ha amenazado el funcionamiento de la administración Trump quedaría guardada en su funda durante dos años. Es el periodo consensuado por la mayoría y la minoría legislativas.
Las concesiones republicanas en materia social y educativa, a cambio de un respaldo demócrata al aumento del presupuesto militar, han encauzado el entendimiento. Ni siquiera el futuro de los 800.000 "dreamers" (soñadores), los indocumentados que entraron en el país siendo menores, que se mantiene incierto, pareció capaz de hacer volcar un pacto que deja fuera la inmigración.
El "gran acuerdo bipartidista" fue anunciado por el líder de la mayoría republicana del Senado, McConnell, que indicó que cuenta con el consentimiento de la Casa Blanca.
Pese a que los detalles de procedimiento en el Senado aún no se conocen, el líder de la minoría demócrata, Chuck Schumer, ratificó el anuncio y lo calificó como lo "mejor" para la clase media y la economía.
"Alcanzamos un acuerdo presupuestario que no le encanta a ninguno de los dos lados, pero con el que ambos podemos estar orgullosos", explicó el senador opositor y dejó para más adelante la que hasta ahora era la principal condición que ponían los demócratas, al menos públicamente, a un acuerdo: la inclusión de una reforma migratoria.
Esta decisión sumo tensión en el Congreso. Poco antes de anunciaran su acuerdo en el Senado, la jefa de la bancada demócrata en la cámara baja, Nancy Pelosi, había advertido que no aceptaría un acuerdo presupuestario que no incluyera la promesa de votar una reforma migratoria, una promesa similar a la que hizo McConnell en el Senado.
"Sin el compromiso de (el presidente de la cámara baja Paul) Ryan, comparable al compromiso de McConnell este paquete (de leyes) no tiene mi apoyo ni el apoyo de un gran número de miembros de nuestro caucus", aseguró Pelosi durante su comparecencia en la cámara baja, en la que se concentró en la situación de los llamados soñadores, jóvenes que llegaron al país como menores y se quedaron de manera ilegal.
Hace menos de tres semanas, cuando el gobierno enfrentó su primer cierre parcial por falta de fondos, la oposición demócrata finalmente cedió ante la presión de la Casa Blanca y los republicanos aceptaron dar los votos necesarios en el Senado para aprobar una nueva partida presupuestaria a cambio de que el oficialismo se comprometiera a acordar y aprobar una reforma migratoria.
Mara Salvatrucha
Donald Trump siguió con su hábito de retratar a los inmigrantes como delincuentes. Señaló que la pandilla violenta Mara Salvatrucha, MS-13, podría estar detrás de 25 asesinatos cometidos en Long Island, Nueva York, en los dos últimos años, y que el combate a la misma se ha convertido en un objetivo principal de su gobierno.