Grecia tendrá que recurrir a todas sus reservas de dinero del sector público, unos 2.000 millones de euros, para pagar los salarios de los empleados públicos y las jubilaciones a fines de este mes. Lo reveló la agencia Reuters en base a funcionarios del Ministerio de Finanzas griego. Si no alcanza un acuerdo de último minuto con sus acreedores, no tendrá dinero para pagar al Fondo Monetario Internacional (FMI) los casi 1.000 millones de euros que debe desembolsar en la primera mitad de mayo. En tanto, el presidente de EEUU Barack Obama recomendó a Grecia “tomar decisiones duras” e “iniciar reformas, reducir la burocracia y tener prácticas laborales más flexibles”.
Acreedores alerta. La lucha de Atenas para lograr fondos frescos muestra lo extremas que son las restricciones financieras para el primer ministro griego, Alexis Tsipras, en su intento de convencer a los acreedores extranjeros de que concedan más ayuda financiera a su país. Tsipras tiene enfrente a un viejo conocido: la “troika”, conformada por el FMI, la Comisión Europea (brazo ejecutivo de la Unión Europea) y el Banco Central Europeo (BCE), que desde 2010 han prestado a Atenas casi 240.000 millones de euros a cambio de sucesivos y drásticos programas de ajuste presupuestario y profundas reformas. Ahora, la “troika” —que ya no se llama así a pedido de Tsipras— exige al gobierno griego que implemente nuevas privatizaciones y recortes a cambio del último tramo de este megarrescate, 7.200 millones de euros que aún están pendientes de aprobación. Son vitales para que Atenas no caiga en default. Pero ocurre que Tsipras y su partido de izquierda Syriza ganaron las últimas elecciones en enero pasado justamente con la promesa de no acatar más las exigencias de la “troika”.
Funcionarios de Grecia y sus prestamistas se reunirán hoy en Bruselas para una nueva ronda de negociaciones antes del encuentro clave de ministros de Finanzas de la zona euro que se celebrará el 24 de abril en Riga. Este club, el Eurogrupo, tiene la llave de futuros préstamos europeos para Atenas. Pero hasta ahora ha dejado saber que las reformas implementadas por Tsipras y Syriza van demasiado lento y son muy limitadas.
“Es el último dinero que le queda al Estado griego”, señaló a Reuters un alto cargo del Ministerio de Finanzas bajo anonimato, en referencia a los 2.000 millones de euros que tiene Atenas en su caja. Funcionarios de la zona euro ya mostraron su escepticismo ante anteriores advertencias griegas acerca de sus arcas vacías, aunque reconocen que ahora el momento de la verdad se acerca. Desde hace meses, el gobierno griego tomó fondos prestados de muchas cuentas de la administración, incluido el metro de Atenas, para pagar sueldos y jubilaciones. Pero el final de esta práctica está próximo.
Funcionarios del Ministerio de Finanzas en Atenas aseguran que el balance del Estado será negativo a partir del 20 de abril —o sea, del próximo lunes— si el gobierno no obtiene 2.000 millones de euros de los depósitos restantes en varios organismos públicos, incluido un puñado de fondos de pensiones y administraciones regionales. Sin este dinero, al Estado le faltarán 1.600 millones de euros para hacer sus pagos a fines de abril. La recaudación de impuestos, de unos 4.000 millones de euros mensuales, debería ayudar, pero Atenas enfrentará vencimientos de deuda el 12 de mayo, cuando debe abonar 950 millones de euros al FMI.
Tsipras confía en convencer a sus acreedores para que liberen los fondos necesarios para evitar un default y una consecuente salida del euro. Pero debe presentar planes detallados de reforma, incluidos el mercado laboral y el sistema de jubilaciones. Hasta el momento, los prestamistas han considerado inadecuadas las ofertas atenienses. El jueves, tanto el FMI como fuentes de la Comisión Europea y del Eurogrupo señalaron que la agenda de reformas de Tsipras no es suficiente para extenderle el crédito a un país que ya consumió 240.000 millones de euros de fondos. Si no logra un acuerdo político con la zona euro la próxima semana, Atenas deberá elegir entre pagar salarios y jubilaciones o cumplir con el FMI.
Obama y Renzi. Para el presidente de EEUU Barack Obama, “Grecia debe iniciar reformas, tiene que recaudar impuestos, reducir su burocracia, tener prácticas laborales más flexibles”. El presidente demócrata recomendó que Grecia debe “iniciar reformas” estructurales, reducir su burocracia y demostrar a sus acreedores que está adoptando “decisiones duras”, y puso a Italia como ejemplo del tipo de medidas que debería emprender el Ejecutivo griego. “Grecia debe iniciar reformas, tiene que recaudar impuestos, reducir su burocracia, tener prácticas laborales más flexibles”, afirmó Obama en una conferencia de prensa junto al primer ministro italiano, Matteo Renzi.
Obama recordó que habló por teléfono con el primer ministro griego Alexis Tsipras, cuando llegó al poder en enero pasado y le dijo que entendía que “tenía que demostrar a su pueblo que había esperanza y que podían crecer. Le dije que nosotros apoyaremos algún grado de flexibilidad en términos de cómo avanzar para poder hacer inversiones, y que no se trate solo de exprimir de donde no hay”, indicó Obama.
“Pero tienes que demostrar a aquellos que te están extendiendo crédito, aquellos que están apoyando tu sistema financiero, que estás intentando ayudarte, y eso implica tomar tipo de decisiones duras que creo que Matteo Renzi está comenzando a tomar”, añadió el mandatario. El presidente estadounidense opinó que el gobierno de Renzi “está en el camino correcto para iniciar los tipos de reformas estructurales que (la canciller alemana), Angela Merkel, y otros economistas han pedido durante mucho tiempo”. Renzi, por su parte, aseguró que es “absolutamente” necesario “trabajar duro para lograr un acuerdo” entre Grecia y sus socios europeos sobre las reformas, de ser posible antes de que acabe abril. “Para lograr este acuerdo, es importante que el gobierno griego respete un marco de acuerdos con las instituciones europeas”, opinó el líder italiano.