Los tiempos de bonanza se terminaron. Newell's supo ser el faro futbolístico del país de la mano del Tata Martino en 2013 y con título incluido retornó al plano internacional. Más acá en el tiempo, Central era una tromba guiado por el Chacho Coudet, también se le abrió el frente externo y el punto culminante fue la obtención de la Copa Argentina el año pasado en la gestión del Patón Bauza. Estos puntos altos ya no existe por estos lares. Este reposicionamiento del fútbol de la ciudad, siempre combinando momentos mejores y peores de ambas instituciones, ahora se hizo trizas, tanto en Arroyito como en el Parque. Porque el Canalla (58 unidades) como la Lepra (56 puntos) están absolutamente rezagados en la tabla de promedios para la próxima temporada y deberán esmerarse muchísimo para lograr el objetivo de lograr la permanencia. No es una situación condenatoria ni mucho menos, pero ambos necesitarán armar planteles que estén a la altura anímica y futbolística de jugar cada fin de semana con la calculadora en la mano. Un escenario muy triste, al menos en el arranque del segundo semestre del 2019, para dos entidades emblemáticas y referenciales del fútbol argentino y hasta reconocidas a nivel internacional por los grandes jugadores y entrenadores que promovieron a a todo el mundo.
Tanto Central como Newell's deberán hacer muy bien los deberes para lo que viene. En especial en el largo receso que habrá por la disputa de la Copa América en Brasil a mitad de año. Claro que canallas y leprosos tienen sus propias particularidades internas en cuanto al funcionamiento y la gestión, pero eso no quita que no haya puntos de encuentro en algunos requisitos que deberán cumplir para salir del pozo futbolístico en el que se encuentran. Y lo que hay que resaltar con mayúsculas es que ambos llegaron a este presente debido a groseros errores cometidos por sus respectivas dirigencias, principales responsables del paupérrimo momento deportivo que vive la ciudad en la que se juega el clásico más pasional del mundo.
En el fútbol nada se da por arte de magia, todo lo contrario. La planificación, el proyecto, la idea clara y el sostenimiento de los procesos son cualidades que en Newell's y Central en los últimos tiempos brillaron por su ausencia. En el Parque la última Superliga la arrancó dirigiendo Omar De Felippe y la culminó Héctor Bidoglio, que ya dejó de ser el entrenador leproso. Los rojinegros culminaron en el puesto 15º (29 puntos) sobre 26 equipos. Mientras que los canallas en la Superliga finalizaron en la 20º posición (26 puntos) y fueron dirigidos por Edgardo Bauza, Paulo Ferrari y ahora por Diego Cocca. Además ninguno de los clubes rosarinos logró clasificar a las próximas copa internacionales.
Pero hay más, ambos quedaron eliminados en el primer partido de la Copa Argentina. Central frente a Sol de Mayo de Viedma y Newell's ante Villa Mitre de Bahía Blanca, dos rivales modestos del Federal A. Y sigue la lista negra. En la Copa Superliga, en la primera ronda, Central quedó en el camino con Aldosivi y Newell's contra Gimnasia. Lo que refleja la impericia de ambos en todos los frentes en los que participaron.
Y Central además contó con el plus de haber quedado afuera de manera prematura de la actual Libertadores, tampoco tiene chances de meterse en la Sudamericana y además perdió la final de la Supercopa Argentina con Boca.Todas situaciones que no hacen más que poner arriba de la mesa el desastroso presente del fútbol rosarino.
La pelota, en la dirigencia
Y ahora, durante el largo receso, a la pelota la tendrán los dirigentes. Primero deberán hacer un pormenorizado diagnóstico del potencial con el que cuentan, pasar la zaranda convenientemente y luego, lo más importante, traer a los refuerzos de jerarquía que imperiosamente necesitan los dos clubes. Hoy tal vez la principal diferencia a considerar es que Central tiene a Diego Cocca como entrenador y Newell's todavía está en veremos. Sigue ilusionado con contratar al Gringo Heinze, pero el paso de los días lo único que hace es agigantar la incertidumbre sobre quién será el sucesor de Bidoglio.
Un dato que ambos clubes deberán tener en cuenta es el formato de la próxima temporada del fútbol argentino. En la que deberán abrazarse a los puntos como un cosechero lo hace a campo abierto a los capullos de algodón. El comienzo de la próxima Superliga será el viernes 26 de julio de 2019. Podría aplicarse la tecnología VAR para el arbitraje. El torneo tendrá 24 equipos y 23 fechas.
Y además se avanzó en el formato de la Copa Superliga 2020, que comenzará a jugarse el fin de semana posterior a la finalización de la Superliga. Se disputará con un sistema de dos zonas de 12 equipos cada una, divididas por rivales clásicos. Aún faltan determinarse dos cosas: si se juegan clásicos interzonales y la forma de juego de la etapa decisiva, si chocan los dos ganadores de cada una de las zonas en una gran final o si clasifican los dos primeros de cada zona y disputan un cuadrangular entre ellos. Se decidió que los puntos obtenidos en esta competencia antes de los partidos decisivos sean computados para la tabla de los promedios. Así serían entre 11 y 12 partidos (si se incluye el clásico) más para computar en la tabla de promedios, que se sumarán a los 23 de la Superliga (siendo 34 o 35 encuentros en total).
Newell's y Central ya saben a lo se expondrán en lo que viene. El foco de ambos estará prioritariamente en la tabla del miedo. Los tiempos en los que se codearon con buenas campañas y participaron de las copas internacionales, incluso Central se dio el gran gusto de dar la vuelta olímpica en 2018 en la Copa Argentina de la mano de Bauza, parece haber quedado muy atrás y es el momento de recalcular el norte de la brújula y posarla justamente en la tabla que más duele mirar: la del promedio. El fútbol rosarino tocó fondo.