El sacerdote de San Rafael que fue procesado en agosto pasado por "
abuso sexual" a dos adolescentes que residían en un hogar de niños y adolescentes que él dirigía, admitió en un audio que trascendió hoy que "uno está con varones y necesita cariño".
Se trata de Fernando Yáñez, sancionado por la
Iglesia Católica y procesado en agosto pasado por abuso sexual a dos adolescentes en el hogar San Luis Gonzaga que él dirigía en la localidad de Monte Comán, en la ciudad sureña de San Rafael.
Según confirmaron autoridades de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (Dinaf) en el audio que trascendió hoy en los medios de comunicación "se escucha la voz del padre Yañez" y ese mismo audio "es una de las principales pruebas que tomó la justicia para el procesamiento".
"Desgraciadamente uno está acá con varones, antes del seminario me encamé mil veces
tuve novias. Pero ahora aquí uno los quiere y se desborda ese sentimiento", relata el sacerdote en un diálogo que mantiene con jóvenes del hogar y empleados del lugar.
"Puede ser que me haya dado vuelta, he llegado a una situación que no doy más, la tentación es más grande. Necesito cariño, yo no puedo más. Uno está saturado y revienta por algún lado", le responde el cura a un interlocutor que lo reprende al decir que se trata de "chicos" que están a su cuidado.
"Yo lo vi Padre cuando se sacó la ropa, yo vi que le tocaba el traste tuve que hablar porque la situación no da para más, nadie lo está juzgando pero si le pinta eso, si le gustan los hombres, usted deje los hábitos", le ruega uno de sus interlocutores que en la Dinaf informaron "eran empleados de él".
"Me encamé antes pero ahora no tengo contacto con mujeres", dice Yañez
y continúa "uno los quiere
vos cuando te encariñas con alguien no lo acaricias?", les pregunta quien estaba a cargo del hogar.
En agosto pasado, la jueza Paula Arana del primer Juzgado de Instrucción de San Rafael procesó a Yañez, lo inhibió y ordenó un embargo de 20.000 pesos y quedó libre y ahora en ese mismo hogar, pero sin ayuda oficial y conviviendo con jóvenes mayores de 18 años.
La tarea de Yañez era, antes del procesamiento, dar un hogar a chicos desamparados y judicializados, con problemas de adicciones para lo cual dependía de la Dinaf.
Al judicializarse el caso, el cura dijo que la denuncia "fue armada".