Tres horas antes de que el buque zarpe del puerto de Brooklyn, el profesor Pierre Aronnax recibió una carta: "Muy señor nuestro: si desea usted unirse a la expedición del Abraham Lincoln, el gobierno de la Unión vería con agrado que Francia estuviese representada por usted. El comandante Farragut tiene un camarote a su disposición". El Abraham Lincoln era un buque de guerra de la marina norteamericana que se disponía a partir a los mares en busca de un narval (cetáceo con un cuerno largo como espada) que se sospechaba era el causante de graves daños a diversas embarcaciones. Pero en medio de la travesía, descubren que los ataques no eran de un narval sino de un submarino, el Nautilus del famoso capitán Nemo.