La consigna inspiradora
Frente al desánimo y la apatía de los chicos sobrevino una propuesta. El punto de partida estuvo a cargo del profesor de lengua y literatura Hernán Federico, que a través de una consigna disparó en los alumnos la motivación necesaria para expresarse a través de la escritura. Y el inicio de un proceso creativo que dio sus frutos. “Comenzamos el año trabajando la autobiografía y cuando empezó la pandemia los chicos estaban leyendo el Diario de Ana Frank. Otro contexto de encierro y otro momento histórico, pero lo relacionamos con esta nueva situación que empezábamos a vivir. En una charla se planteó que Ana encontraba consuelo en la expresión cuanto el mundo se le ponía oscuro y se escurrían sus sueños. A partir de esta charla surgió la idea de escribir un diario”, recuerda Federico, que les propuso a sus alumnos que comenzaran a llevar un registro diario de cómo estaban viviendo los días de cuarentena.
La consigna de la clase de lengua era simple, personal y no obligatoria. Se trataba de expresar a través de la escritura las emociones y los sentimientos experimentados. Poner en palabras las propias vivencias para que de este modo, la escritura sirviera de válvula de escape ante el encierro y la incertidumbre. La consigna de trabajo no era de entrega obligatoria, porque justamente se trataba de la expresión de sus emociones personales. “Traté de sacarles la obligatoriedad de arriba, que lo hicieran si tenían ganas en ese momento, luego si querían leerlo en las clases virtuales lo hacían y si no quedaba para ellos”, resume el docente.
Como si la necesidad empujara, los chicos y las chicas empezaron a expresarse y también a compartir sus relatos. “Lo que noté fue un sube y baja de emociones”, cuenta el profesor, que a medida que recibía los escritos de los chicos podía apreciar cómo pasaban de la alegría a la tristeza de un día al otro. Felicidad por haber podido visitar a la abuela después de mucho tiempo, desolación por el cumpleaños de quince suspendido y tristeza por los proyecto cancelados, como el viaje al cerro Champaquí, un acontecimiento esperado todos los años y que ese 2020 no se iba a poder concretar.
“Creo que el diario logró su cometido, ellos hicieron como una especie de catarsis sobre todo lo vivido durante esos meses de encierro” dice el profesor.
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La obra colectiva ofrece textos e ilustraciones que expresan el sentir de los chicos y las chicas frente al aislamiento.
Un proyecto interdisciplinario
Los chicos empezaron a engancharse y a responder con sus relatos. Ranea cree que respondieron increíblemente bien porque la escuela tiene terminalidad humanística y muchos de sus estudiantes tienen gusto y facilidad por la escritura. Pero el entusiasmo trajo cola y se sumaron otros condimentos a la consigna inicial. La que decidió subirse al tren de los relatos fue Micaela Mancini, la profesora de física. Ahora la consigna para los chicos era escribir cuentos donde aparezcan evidenciadas las leyes de Newton. Desde ese momento la física y la literatura se hicieron potencia y los estudiantes se dispusieron a expresar literariamente todo lo que estaban aprendiendo en las clases de física.
Para los que no les gustaba escribir había otras opciones, porque la profesora Laura Oyarzábal del área de artística también se sumó al proyecto con la propuesta de ilustrar los cuentos y relatos. De este modo, los chicos sumaban sus dibujos con las técnicas aprendidas en la materia durante el año. El proyecto crecía cada día más y lo mejor fue que todos encontraron su forma de expresión.
“Todo fue fluyendo y el trabajo adquirió un carácter interdisciplinario”, cuenta la directora y afirma orgullosa que ese fue el punto de partida de una idea mayor. El profe Federico se encontró con una gran producción y comenzó a recopilar las creaciones realizadas por los estudiantes en las distintas áreas. El material reunido era positivo y suficiente para editar un libro. Así nació Relatos en pandemia: atando textos de encierro, una obra literaria que refleja las vivencias de un grupo de estudiantes de Pérez, y un trabajo que Ranea define como “colectivo e interdisciplinar”.
Federico recuerda que cuando le propuso a los chicos la idea de hacer un libro con lo que habían producido, todos aceptaron con mucho entusiasmo. El proceso de trabajo comenzó en junio y terminó en diciembre y participaron unos 24 estudiantes que hoy cursan 4º año en la escuela. El libro ofrece variedades para todos los gustos: cuentos realistas producidos en el área de lengua y literatura, una sección de relatos de física que se llama “Basta de inercia: te contamos cuentos con mucha fuerza”, un diario de cuarentena donde pudieron expresar sus emociones, y bellas ilustraciones producidas en el área de artística.
La directora fue la socia capitalista del proyecto que presentó virtualmente su edición impresa en diciembre de 2020, y que en marzo de este año tuvo su presentación oficial en la Sociedad Italiana de Pérez frente a todas las instituciones educativas de la ciudad. “Los mismos chicos organizaron la presentación, estaban realmente felices”, recuerda Ranea. Federico coincide con la directora en el compromiso asumido y la alegría puesta por los estudiantes. “Fue una actividad con ganas”, concluye el docente.
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El libro se presentó en marzo pasado en la Sociedad Italiana de Pérez.
La pandemia, en primera persona: extractos de diario de cuarentena.
1º de abril
Hasta ahora estuve pasando bien la cuarentena, en realidad mejor de lo que parece: tengo mas tiempo e convivir con mi familia y conmigo misma, estoy haciendo ejercicio, meditación, aprendiendo a cocinar, realizo rutinas faciales, y lo más importante, ¡estoy durmiendo más!. Mi vecina sigue un poco insoportable con la trompeta, pero es tolerable, aunque a veces practica el himno durante la siesta y no me deja dormir. (...) Estos días con mi mamá y mi papá solemos hacer videollamadas con toda mi familia, también cuando podemos vamos a visitar a mi abuela y le llevamos comida casera para que ella no tenga que salir y exponerse a la posibilidad de contraer el virus, pero sobre todo lo hago porque me gusta su cara de felicidad cuando le llevo las galletitas o tortas caseras que le preparo. Delfina Dochef.
5 de abril
“Hay días buenos y malos, no la estoy pasando tan mal, es mas, me gusta ? me organizo como yo quiero. Angela Cucco
7 de abril
El día de hoy tengo una mezcla de tristeza y rabia. Es el cumpleaños de mi abuela y la extraño demasiado, me encantaría poder verla, al igual que al resto de mi familia y amigos. Siempre me consideré una persona positiva, capaz de verle el lado bueno a las cosas, pero ya no se que pensar. Los días son tan monótonos que no me dan ganas de hacer nada. Es increíble pensar que en una semana se cumple un mes sin salir, un mes en el que la vida de todos nosotros cambió totalmente. Pilar Andrada Sales.
Hoy vi una publicación que decía que mientras nadie sale y todo está calmado, las aguas se cristalizan, los animales se liberan y el mundo se oxigena, no se, por lo menos a mi esa publicación me llegó al corazón y me hizo pensar que no todo esto es malo, hay una luz en la oscuridad, porque sin lo oscuro no puede existir lo claro. Delfina Docheff.
10 de abril
La verdad que la estoy pasando mal. No puedo salir, solo puedo estar en mi casa jugando a la play, en el celu o en la compu, jugar con mis hermanas dentro de todo no es tan malo, pero ya estoy extrañando el afuera. Santiago Denisi.
21 de abril
Con mi familia vamos bastante bien. Nos peleamos, pero nos vamos acostumbrando a convivir todo el tiempo con el otro. Angela Cucco.
2 de mayo
Hoy es uno de los días más felices de mi cuarentena, debido a que por fin después de un mes y tres semanas, voy a poder ir a Rosario a ver a mi papá, gracias a una autorización nueva que se decretó el día de hoy. Lo extraño demasiado y espero pronto poder ir viendo al resto de mi familia. Pilar Andrada Sales.
6 de junio
Esta cuarentena tiene lados positivos: empecé a cocinar más, hago postres, comidas y algunas tortas, a hacer ejercicios, practico saltos y trompos de patín, y también me enseñó a usar mas la tecnología. Lo negativo es que hoy sería mi fiesta de 15, la noche mas esperada. Con mucha lástima la tuve que reprogramar, pero eso no me va a quitar las ganas de hacerla. Ver que los negocios están cerrados y las personas no pueden trabajar. ¡Ahí está lo mas complicado para mi, sí!. Viki
Día 127 (fines de julio).
Hoy habló el presidente. Habilitó las reuniones: no mas de diez personas, por ahora. Lo feliz que me hace saber eso, ya que puedo ir a visitar a mis abuelos. Con mi mamá fuimos a verlos. Estaba muy feliz, mi mamá lloraba de alegría. Fueron dos meses sin verlos. Candela Salinas.
7 de agosto
Estas últimas semanas me he estado sintiendo extraña. No hay tristeza, miedo ni euforia. Es una sensación agradable para a la vez angustiante, es como si estuviera sobre el pico de una montaña observando el paisaje y sufriendo mucho a causa del frío, pero con ganas de quedarme y a la vez de huir en busca de refugio y calor. Son tiempos en los que me replanteé muchas cosas, en los que no estoy segura de nada. No se si estoy viviendo mi vida de la forma en la que quiero, si es correcto el camino presente o si el futuro que quiero es realmente lo que necesito para ser feliz y vivir plenamente, en paz. Estoy perdida, eso es seguro..., pero es raro, muy raro sentirme tan emocionada y cómoda cuando tengo más dudas que certezas. Julieta Ledesma.
7 de agosto
En cuanto a la pandemia, pienso que me ayudó a ver la importancia de relacionarme físicamente con los demás, aprendí a valorar el tiempo que comparto con la gente y a poder convivir conmigo misma. Descubrí nuevas formas de entretenimiento y aficiones. Personalmente deseo que esto se termine y poder volver a la normalidad, a compartir mas tiempo con mis compañeros y a vivir sin miedo. Juana Sánchez Ciarapica
La obra Relatos en pandemia: atando textos de encierro concluye con este mensaje: “Para muchos este 2020 será un año de grandes pérdidas, para los autores será el año en el que escribieron su primer libro”.