Wiiza es un extraterrestre que llega a la Tierra con la misión de investigar qué pasa en este planeta. El personaje y la historia que lo acompaña son una excusa para mirar con otros ojos qué hacen los humanos con el cuidado del ambiente. La idea la desarrollan los periodistas Cecilia Blanco y Luis Pavesio en el libro, editado por Uranito, "Un planeta lejano llamado Tierra. Ecología y naturaleza explicadas para niños". Es para chicos y chicas, pero también para todos los que quieran asomarse a ver qué se puede hacer desde lo cotidiano por el planeta que habitamos. Las ilustraciones son de Javier Rovella.
Cecilia Blanco es una de las autoras de "Un planeta...". En charla con LaCapital, admite que el libro infantil fue pensado para que los chicos y chicas encuentren información, se diviertan y se pregunten qué hacer por el ambiente, por la naturaleza, por los animales, por el cuidado del planeta desde lo más cercano. "Es un libro de divulgación. Un libro que ofrece un panorama del tema medioambiental orientado para los chicos", define. Blanco es licenciada en periodismo, escritora y editora. Creadora y editora general de la revista La Valijita y colaboradora en diversos medios gráficos y radiales. Autora de libros para niños: ¿Qué es esto?, Mi familia es de otro mundo, El dragón Zipo, Una flor para Monet, entre otros. Sus libros se publican en Argentina, Colombia, México y España.
Qué puede hacer un chico sobre lo cotidiano, lo más cercano, cómo se pueden involucrar activamente son las preguntas que fueron diseñando el tratamiento de los temas y las propuestas para los pequeños lectores. Blanco trae a la conversación algunos ejemplos, como el de la noción de consumo responsable. Se habla de cómo separar y reciclar los residuos, pero también qué representa para la naturaleza ese pedido de "comprame, comprame, comprame..." que suelen repetir los más chicos. O bien el tema de los animales, donde el libro propone hablar sobre qué es una mascota y qué no, si se puede tener una en la casa o no, qué pasa con el maltrato animal.
"No podemos hablar de toda la problemática ambiental, si de algunos temas, ofrecer pequeños tips para que los chicos sigan preguntando, averiguando si les interesa. También en cada capítulo hay un apartado, «Yo también puedo hacerlo», con ideas posibles como recoger la caca del perro o hacer un compost en el balcón, en el patio o en el jardín", describe y agrega: "Estamos todos en el mismo barco, el planeta necesita que se tomen decisiones a nivel macro pero también en la cotidianeidad".
La autora reconoce un potencial especial en las nuevas generaciones, una mirada más fresca sobre las problemáticas ambientales. Son estas generaciones las que cuando llegan a la casa suelen interpelar a los adultos con preguntas como "¿por qué no pagás la luz? o ¿por qué no reciclamos?".
El relato del libro lo sostiene el personaje de Wiiza. La idea del extraterrestre busca —dice Blanco— no poner el foco en qué hacen bien o mal los chicos, más bien salir de esa cosa dual. A partir de esa mirada inocente, casi desde el desconocimiento que tiene, aparecen, siempre a través del humor, las preguntas: "Por ejemplo, Wiiza se confunde una bolsa con un animal porque está en el agua o ante tanta cantidad de basura dice que los humanos van a tener que tener otro planeta para guardarla".
La escritora destaca la participación del ilustrador, Javier Rovella, un humorista que viene de la historieta. También que el libro es informativo, con distintas ideas de diseño para atraer diferentes intereses lectores y edades, ya sea través del personaje principal, los dibujos, las propuestas o los datos ofrecidos. El libro incluye un glosario.
"Lo importante es instalar la problemática en los chicos, más allá de lo escolar. Es una problemática que atraviesa a todos los partidos políticos, a todas las personas. Nadie está exento", opina Blanco sobre la responsabilidad que contempla el tema abordado y suma: "Hay chicos que viven en donde la soja ha hecho estragos, que están en estado de emergencia; en lugares donde la minería contamina muchísimo el agua, y donde no se baja información o no se promueve el debate. En el libro hacemos como un paneo, pero en cada zona hay una problemática especifica. A veces los chicos saben más de jirafas, osos panda o gorilas en peligro y desconocen que los pájaros de su zona se mueren porque los están fumigando", reflexiona y asegura que el libro es un disparador, una contribución a pensar en estas problemáticas.