Al aula radial también le faltaba el baño. "Si tenemos ganas de ir al baño, pedimos permiso y nos corremos hasta la casa", admitían los alumnos y alumnas entre risas. En ese momento la mayor aspiración era conseguir unas pocas chapas para el techo. Y claro, ya que está un poco de todo lo demás: materiales para el piso y acondicionar mejor el lugar.
Todos y todas quienes asistían a esta escuelita —y como pasa ahora también— lo hacían para darse una revancha en la vida. "Lo que más quiero es aprender a leer y a escribir", "Vengo para no olvidarme lo que aprendí". "Yo iba a la escuela pero me mudé y dejé, hasta que un día pasó el maestro y me invitó a venir". Se turnaban los testimonios para contar por qué estaban allí. Al aula la bautizaron "Claudio Pocho Lepratti", el militante social y muy querido en el barrio, asesinado por la policía de Reutemann en diciembre de 2001. Pocho Lepratti trabajaba en el comedor de la Primaria 756, que funciona en el mismo edificio de esta Nocturna.
Hoy Edgardo es el director de la Nocturna 2.565 de Las Flores y Guillermo Díaz es el nuevo maestro del aula radial. El aula ya tiene techo y por estos días esperan un subsidio para mejorar el espacio. Sigue siendo igual de humilde, sencilla y comprometida como siempre.