“Es necesario reconstruir el sentido de la escuela, plantear otros modos de habitarla y planificar un futuro diferente para las infancias del siglo XXI. Esperanzadamente tenemos la oportunidad histórica de dar un gran salto cualitativo y de superar la encerrona de volver como si nada hubiese ocurrido. Cambiar las reglas de juego, empezar a dudar de las certezas normalizadoras donde todos los niños y niñas son iguales, con trayectorias escolares esperables, para dar lugar a lo nuevo, a lo inédito y lo imprevisible”. Así escriben Fernando Avendaño y Susana Copertari en la introducción de ¿Qué escuela para la pospandemia?, publicado por Homo Sapiens Ediciones.
Con entrada libre y gratuita, el libro se presentará el próximo miércoles 13 de abril a las 18.30 en el auditorio de la librería de Sarmiento al 800. Además de Avendaño y Copertari —coordinadores de la obra— participarán de forma virtual Isabelino Siede, Catalina Opazo Bunster (Chile), Celsa Puente Negreira (Uruguay) y Miguel Ángel Santos Guerra (España). También se transmitirá a través del perfil de Facebook de la editorial.
“Una pantalla no es una escuela”, del pedagogo español Miguel Ángel Santos Guerra, es el primer texto que abre el libro, donde si bien destaca el trabajo realizado por educadores durante la pandemia, plantea que una educación pospandemia exige comunicación y encuentro. Y afirma: “No hay educación a distancia. Puede haber instrucción, eso sí. No existe socialización desde la soledad y el aislamiento social. El mundo virtual no nos permite relacionarnos intensamente, no nos enseña a convivir. El aprendizaje de la ciudadanía no se puede hacer a través de la pantalla porque a convivir se aprende conviviendo”.
Cuidado y solidaridad
Otra de las reflexiones corresponde a Isabelino Siede —profesor para la enseñanza primaria y docente e investigador en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP)— quien sostiene que hay tres tópicos de la formación escolar donde las mutaciones provocadas por el Covid dejarán su huella: en la articulación entre autonomía y cuidado, en la inclusión de la solidaridad como valor de la vida social y en la tensión entre identidades particulares e interés de la especie. “Se trata de enfatizar nuevos matices y repasar cuánto de lo que la escuela ha propiciado hasta ahora se volvió piedra contra el propio rostro en estas circunstancias”, dice en el texto “Lo que el virus nos dejó: desafíos para la educación ciudadana del siglo XXI”.
En “Tensiones y controversias en las nuevas formas de vinculación educativa y continuidad de las trayectorias de aprendizaje, en el contexto de la pandemia de la Covid-19”, Catalina Opazo Bunster —trabajadora social y doctora en ciencias de la educación— analiza las oportunidades de transformación que se abren en los sistemas escolares a partir del reto de reconstruir vínculos y facilitar la continuidad de las trayectorias educativas reales, en un contexto de crisis. “La necesidad e inevitabilidad de transformación de la escuela —dice la autora—, se ha vuelto hoy un acuerdo transversal”.
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El libro editado por Homo Sapiens.
Aprovechar de lo aprendido
Carola Nin en “Qué escuela queremos para la postpandemia” revisa los escenarios educativos prepandémicos y propone desde qué lugar pensar los pospandémicos. La exministra de Educación de Santa Fe reconoce que antes de la irrupción del Covid-19 ya se discutían las potencialidades de la incorporación de los dispositivos tecnológicos y cómo aprovechar sus potencialidades. Y propone “no buscar en el pasado un ideal que solo está en la imaginación”, y por el contrario, aprovechar los avances relacionados con la incorporación de entornos virtuales de aprendizajes. “Se trata de encontrar los modelos pedagógicos capaces de aprovechar la potencialidad de las tecnologías de la información y la comunicación y hacerlo realidad para todos”, afirma.
El libro coordinado por Avendaño y Copertari se completa con los aportes de María Teresa Lugo, Florencia Loiácono, Carina Lion, Pablo Martinis, Celsa Puente Negreira, Luis Garibaldi y Cora Steinberg. Citando al pensador francés Edgar Morin, los autores invitan a aprender a “navegar en un océano de incertidumbres a través de archipiélagos de certezas”.