Además de ubicar los países en el mapa y bucear sobre las distintas geografías y culturas, el Mundial de Qatar es una buena oportunidad para reflexionar y debatir desde la mirada de la educación sexual integral (ESI). Esta es la propuesta del equipo ESI de Ministerio de Educación de Santa Fe, que ofrece a los y las docentes una serie de materiales para trabajar el mundial con perspectiva de derechos, género y diversidad.
El exitismo, las pasiones, los cuerpos hegemónicos y los estereotipos. Las legislaciones vigentes en los distintos países, el rol de la mujer en el deporte, lo que muestran los medios de comunicación y lo que no se ve, constituyen contenidos que permiten que este acontecimiento deportivo se meta de lleno en la currícula escolar.
En diálogo con La Capital, la docente Carmiña Schiarratta —integrante del equipo provincial— destaca que la ESI es transversal a todos los espacios curriculares y que cualquiera de ellos puede recoger el guante y trabajar lo que ofrece el Mundial desde esta mirada. “Hay una cita de Graciela Morgade que dice que toda educación es sexual, pero no toda educación sexual es integral. Esto quiere decir que si vamos a trabajar esa I de la ESI ya no vamos a hacerlo desde una mirada biologicista y fisiológica, sino entendiendo que ese cuerpo, que es necesario conocer y cuidar, también siente, se enamora, le vulneran derechos o los gana, es político. La sexualidad es todo lo que somos, no solamente sexo y genitalidad”, sostiene.
En la charla, Schiarratta repasa cuáles son aquellos temas relacionados al mundial que pueden abordarse desde la ESI, y cuenta de qué se trata el material disponible en el campus educativo provincial y en las redes sociales del equipo ESI, pensado como una herramienta útil para docentes de todos los niveles y modalidades del sistema educativo. “Se propone historizar el campeonato, el contexto del Mundial 78 en la Argentina, la propaganda mundialista y la relación con lo político, algo que puede relacionarse claramente con este Mundial en Qatar”, cuenta la docente sobre la propuesta, que avanza en pistas sobre cómo abordar estas temáticas desde la ESI. En el repositorio —de acceso libre y gratuito— hay notas periodísticas, canciones y producciones audiovisuales para primaria y secundaria. Las fuentes son de ESI Nación, Educ.ar, Pakapaka para los más chicos, y documentos oficiales como ESI a la cancha, del Ministerio de Educación de la Nación.
—Si hablar de ESI es hablar de derechos, ¿pensar sobre la situación de las mujeres y las diversidades en el país donde se desarrolla el Mundial es un tema a tratar?
—Pensamos el Mundial como una puerta de entrada, como un acontecimiento que irrumpe en la escuela. Desde las ciencias sociales una estrategia puede ser poner en valor nuestro marco normativo, nuestros plexo de derechos, en comparación con las normativas de Qatar, siempre teniendo en cuenta la no estigmatización de la cultura islámica. Nuestro desafío fue pensar que hay que visibilizar cuáles son los derechos que se vulneran en ese país, sin demonizar a esa cultura ni desconocer lo que sucede en occidente, pero sin justificar las violaciones a los derechos humanos desde la tradición. Desde este punto invitamos a pensar a la docencia y a posicionarse políticamente. Si vamos a trabajar sobre el tema derechos, entonces es una oportunidad inmensa para dar a conocer el marco normativo que tenemos en el país y abordar la lucha de los movimientos sociales por la ampliación de esos derechos.
—También puede ser una oportunidad para pensar sobre los cuerpos hegemónicos, la construcción de la imagen masculina y los estereotipos.
—Sí, absolutamente, y también para reflexionar sobre la mirada del deporte en relación a las personas con discapacidad. Desde la mirada de la ESI, es fundamental un deporte con perspectiva de género y que nos sea capacitista. Ver esos cuerpos musculosos, aguerridos, que están a la vista como modelos, ¿cuántos y cuántas podemos alcanzar ese modelo hegemónico? Sobre los estereotipos se puede trabajar en el nivel inicial y primario. Otro tema que está bueno para pensar es la afectividad, lo que tiene que ver con los sentires, con las emociones y pasiones que genera el Mundial. Acá está la mirada que se tiene del éxito, del triunfo y la rivalidad.
—¿Y qué decir de la sexualización de la derrota y la victoria?
—Es terrible, porque allí se ve instalada una cultura de la violación. Está buenísimo trabajar en la desnaturalización de los cantitos de la hinchada. Fijate que siempre el perder está asociado a una penetración, a veces con una relación sexual homosexual. El tema es que muchas veces estas expresiones están amparadas en el folclore y la tradición popular.
—Hay que avanzar en la desnaturalización de esa forma de expresar la pasión.
—Exacto, y eso tiene que ver con detenernos a pensar qué es lo que se juega en esas palabras que estoy diciendo en relación a quien juega un partido de fútbol contra mi equipo, y qué significan esas canciones con las que aliento a mi equipo.
—Hablemos de festejos y violencia, ¿es buen momento para poner en cuestión aquellas canciones con contenidos homofóbicos y racistas?
—Sí, absolutamente, hay canciones que son un combo patriarcal que conjugan todas las discriminaciones. Cuando hablamos de interseccionalidad, el género, la orientación sexual, el color de piel, la clase social, todo ese abanico se une en una canción de cancha. Con esto no se trata de desconocer que el fútbol es en escena popular y que despierta pasiones.
—¿El tema sería cómo disfrutar de esa pasión sin violencia?
—Totalmente, y quizás solo tiene que ver con tomarnos el tiempo de pensarnos, pensar qué es lo que atraviesa al fútbol, qué es lo que nos moviliza, qué es esa pasión que despierta, y por qué está vehiculizada por la violencia y las discriminaciones. Creo que por ahí debe surfear la docencia de acuerdo al nivel donde trabaja, considerando las edades de sus estudiantes.
—El equipo también propone el abordaje de datos en el deporte como un recurso para el aula. Preguntarse por ejemplo: ¿Cuántas directoras técnicas y dirigentes mujeres hay, o con cuánto dinero se premia a los deportistas varones y con cuánto a las mujeres?
—Esos datos son disparadores de un montón de actividades. Si hay que hacer un trabajo en matemática sobre estadísticas, qué mejor que tener esos datos. Entre las infografías que armamos vemos que, por ejemplo, a Las Leonas (selección argentina de hockey sobre césped) nunca las dirigió una mujer. Ese dato lo sabemos porque conocemos la historia de Las Leonas, pero si no está escrito queda naturalizado, lo incorporamos.