Desde el año 2015, la Unión Obrera Ladrillera de la República Argentina (Uolra), lleva adelante la campaña nacional contra el trabajo infantil, en articulación con el sector sindical: CGT y CTA y el Estado, a través de la Comisión Nacional para la Erradicación de Trabajo Infantil (Conaeti) y Comisión Provincial para la Prevención y Erradicación de Trabajo Infantil (Copreti), municipios, comunas, ministerios de trabajo de las distintas provincias y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La campaña denominada "Los únicos privilegiados son los niños" apunta a visibilizar la grave problemática que sufren los niños, niñas y adolescentes como una vulneración sus derechos. El trabajo infantil refiere a cualquier esfuerzo físico, mental, social o moral que sea perjudicial para los niños, niñas y adolescentes, que impida su desarrollo; lo que implica la escolaridad, el acceso a la salud y a herramientas lúdicas como ser el juego, la diversión y recreación.
Nuestro país cuenta con leyes que protegen los derechos de los niños, niñas y adolescentes y garantizan la prevención y erradicación del trabajo infantil. La ley nacional 26.390 sobre la prohibición de trabajo infantil y protección de trabajo adolescente (2008), eleva la edad mínima de admisión al empleo a 16 años, por lo que queda prohibido todo aquel trabajo en menores de esta edad establecida y, quien explotase a un menor, tiene la pena de hasta cuatro años de prisión.
Por otro lado, la ley 26.727 de régimen de trabajo agrario, establece la celebración de un contrato de trabajo desde los 16 años y hasta los 18 años con la autorización de padre, madre o tutor y quien los emplee deberá exigir certificado de aptitud física para el trabajo, certificados médicos expedidos por un ente de salud público y certificados de escolaridad, tal como establece la ley 26.206 de educación nacional.
Sin embargo, en la Argentina, hay alrededor de un millón de niños, niñas y adolescentes trabajando, participando de actividades económicas, productivas o domésticas intensivas. Según datos actuales de la Universidad Católica Argentina (UCA), el 50 por ciento de los niños en la Argentina son pobres, eso se traduce en carencias de salud, vivienda, saneamiento y educación.
Sucede que muchos niños, niñas y adolescentes viven junto a sus padres en los mismos lugares donde trabajan. Tal es el caso de las unidades de producción familiar o de economía popular, donde se encuentran enmarcadas las ladrillerías artesanales; producen ladrillos para la supervivencia y así poder pagar sus necesidades básicas. Allí donde el Estado está ausente, muchos niños y adolescentes trabajan apilando ladrillos o pisando barro, mientras que muchas niñas, además, trabajan en el cuidado doméstico atendiendo a sus familiares (hermanos pequeños, hijos, sobrinos y ancianos), limpiando, cocinando, etcétera.
"Allí donde el Estado está ausente, muchos niños y adolescentes trabajan apilando ladrillos o pisando barro las niñas trabajan en el cuidado doméstico"
Distinta es la situación de muchos dueños de ladrillerías que explotan a niños y adolescentes, por las necesidades económicas que estos traen. El patrón conoce las leyes, sabe que las está infringiendo, porque ante la presencia de una inspección del sindicato, los hace esconder. Pero a la vista quedan las condiciones deplorables en las que trabajan y el maltrato que padecen.
Esta situación de vulneración de derechos a los niños, niñas y adolescentes se vio agravada en el último tiempo por la profundización del modelo neoliberal. Las fuertes medidas económicas que instauró el gobierno nacional provocó como desencadenante la precarización laboral, el riesgo alimentario, la falta de vivienda digna, el difícil acceso a la salud, a la educación, entre otras. Estos niños deben salir a trabajar para poder sobrevivir, bajo las condiciones indignas que se les presentan.
En la provincia de Santa Fe, la Uolra, viene trabajando en conjunto con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Existe un compromiso por parte del Estado provincial en atender a esta problemática con, por ejemplo, la creación de centros de cuidados para niños; donde los papás y mamás pueden llevar a sus hijos cuando van a trabajar a las ladrilleras. Allí niños y niñas pueden aprender jugando y están al cuidado de personas especializadas, sin necesidad de acompañar a los padres al lugar de trabajo donde corre peligro su salud, su bienestar y hasta su vida.
Reconquista, Avellaneda, Monte Vera, Recreo y Esperanza, son algunas de las localidades donde se encontró trabajo infantil. Ante estas situaciones, la intervención del Ministerio de Trabajo fue fundamental para darle respuestas a las familias afectadas. En conjunto con el Ministerio de Educación, se gestionaron becas escolares y se compraron útiles para que los niños y adolescentes pudieran volver a las aulas.
La última situación que detectamos fue el año pasado en la localidad de Esperanza y actualmente estamos a la espera del juicio donde el Ministerio de Trabajo es querellante. Sin embargo, hace algunas semanas, se logró la primera condena a un patrón por explotación infantil en nuestra provincia, le dieron tres años de prisión en suspenso. Si bien sabemos que lo negociará con alguna probation, es un gran paso para la erradicación de trabajo infantil.
"El patrón conoce las leyes, sabe que las está infringiendo, porque ante la presencia de una inspección del sindicato, los hace esconder"
Cabe destacar que, si bien el sindicato trabaja en sintonía con el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la provincia, muchas veces, falta compromiso por parte de muchas comunas o municipios, tanto para detectar y denunciar trabajo infantil, como para controlar las condiciones de riesgo y seguridad a la que se ven expuestos muchos trabajadores.
Por último, dejamos expuestas algunas propuestas por parte del Sindicato de Ladrilleros, para la erradicación del trabajo infantil: creación de parques ladrilleros donde puedan trabajar los emprendedores de la economía popular; nuevos centros de cuidado infantil, porque sabemos que la experiencia en nuestra provincia es una realidad pero necesitamos más y en más localidades para todos aquellos padres y madres que trabajen muchas horas fuera de su casa; inspecciones articuladas entre el Ministerio de Trabajo, el de Salud y Educación para que, ante la presencia de trabajo infantil se puedan realizar controles médicos inmediatos y automáticamente el Ministerio de Educación sepa por qué ese niño, niña o adolescente no está yendo a la escuela.
Sabemos que queda mucho por trabajar y recorrer en nuestra provincia, pero estamos dispuestos a seguir adelante con nuestro lema "los únicos privilegiados son los niños". No al trabajo infantil.