Cuando va por la calle, a Bautista le gusta escuchar música de distintas épocas. Se coloca los auriculares y pone playa esos sonidos que lo transportan al piano, al que considera su casa, su refugio donde puede expresar lo que siente.
Por Matías Loja
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
Bautista (13 años), frente al piano que se encuentra en la entrada a su escuela.
Cuando va por la calle, a Bautista le gusta escuchar música de distintas épocas. Se coloca los auriculares y pone playa esos sonidos que lo transportan al piano, al que considera su casa, su refugio donde puede expresar lo que siente.
Bautista Almirón tiene 13 años y entró al mundo de la música a los 5 años, cuando su mamá lo llevó a un conservatorio de Concordia (Entre Ríos) donde la profesora era su amiga. “Yo me quedé fascinado con un piano y le pregunté si podía ir a tocar”, recuerda el adolescente. Su mamá convino con la docente un horario y así arrancó.
Hasta los once años Bautista estudió solo música clásica, un género que reconoce como “bastante difícil” y que implicó que tenga a pasar varias horas al día sentado frente al piano. Pero ese esfuerzo —dice— le permitió que al salir de su “zona de confort”, le fue más sencillo aprender otros géneros que interpreta hoy en día, como el jazz, el rock, el blues o el pop. “Me gusta interpretar y escuchar absolutamente todo, me gusta estar en varios lugares de la música y escuchar cosas muy variadas, no tengo un género específico”, dice.
De los pianistas históricos dice que le gustan las obras de Liszt, Chopin, Mozart y Beethoven. De los contemporáneos sus preferidos son los argentinos Daniel Baremboim y Martha Argerich. Bautista es también alumno de la Escuela Provincial de Música Nº 5.030 y además de piano sabe tocar violín y cello.
El piano, su casa
La entrevista del joven músico con La Capital se realizó poco antes del inicio de la cuarentena en la Escuela Nº 432 Bernardino Rivadavia, donde empezó a cursar primer año del secundario. En el hall de entrada de la histórica institución de Oroño al 1100 hay un piano de cola. Bautista se sentó frente al instrumento para las fotos e improvisó una melodía. Concentrado y perdido en el sonido. “Para ser viejo y de cola —dice—, el piano de esta escuela es bastante bueno, es muy suave, como que te relaja”.
Sin embargo, poco pudo disfrutar por ahora del piano escolar, ya que después de los cursillos de ingreso, Bautista alcanzó a tener solo un día de clases presencial antes de que se suspendan y comience la cuarentena. “No tuvimos tiempo de formar vínculos ni nada”, cuenta el joven músico.
Durante estos meses, Bautista tuvo mayoritariamente clases a través de la plataforma Meet, una herramienta que encuentra cómoda para poder seguir avanzando en sus estudios en medio de la pandemia. De las materias que más le gustaron nombra a biología —“me encanta”, dice—. En el otro extremo ubica a matemática como la que le costó un poco más, “pero tampoco tanto”.
En el caso de la Escuela Provincial de Música, donde cursa en segundo inicial con alumnos de su edad, los docentes subieron estos meses ejercicios a la página de la institución y las devolución fue enviada por correo electrónico. Igual nunca dejó de practicar en el piano electrónico de su casa, “porque sino se pierde la constancia”.
Tiene algunas ideas escritas en pentagramas, pero dice que en concreto no tiene ninguna composición terminada. Igual ese no es su anhelo. Dice que su mayor sueño es algún día salir de gira por Europa y tocar un piano de cola en un teatro “gigante” del Viejo Continente. “Cuando toco el piano —dice— siento que me libero, porque el piano es como mi casa. Es como que todo lo malo y lo bueno del día va al piano. Es un espacio para expresar lo que siento”.
Un sitio con la voz de las infancias
Desde hace años el suplemento Educación de La Capital propone distintas secciones para sumar la voz de las infancias y las adolescencias. En años anteriores supo contar con el espacio semanal “Yo opino”, “Yo Leo” (destinada a lectores) y “Yo escribo” (escritores). Este año la propuesta se llama “Me gusta”, para que sean ellas y ellos los que cuenten de primera mano qué disfrutan hacer: tocar un instrumento, cantar, leer, etcétera. Para participar, escribir a educacion@lacapital.com.ar
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