"Vivimos una grata experiencia en un lugar emblemático de nuestra cultura rosarina. Visitamos el legado del artista plástico Raúl Domínguez, con intenciones y deseos de extender la mirada de la niñez, más allá de la orilla del río e imaginar otro mundo, de agua, cielo y naturaleza", señala Mercedes Lattini, directora del Jardín de Infantes N° 63 Juana de Ibarbourou.
Un grupo de niños y niñas de cinco años de este establecimiento visitó el Museo de El Paraná y las Islas, ubicado en la Estación Fluvial de Rosario. "De regreso al jardín desconstruimos las obras, y creamos otras posibles. El arte se volvió juego, música y pinturas, y cada uno aportó su producción artística", explica la educadora.
Luego de recorrer el museo y sorprenderse con cada pintura y escultura del artista Raúl Domínguez, los chicos diseñaron maquetas, láminas y rompecabezas, hechos con papel, cartón, telas y material reciclado.
Las obras de arte ya no eran las que vieron en el museo de la Fluvial sino las suyas que decoraban el patio del jardín, tampoco eran las que había pintado el prestigioso artista sino sus pequeñas manos que imaginaron y crearon inspiradas en la naturaleza.
También simularon una laguna y algunos árboles de la región. "Esta reproducción nos llevó tiempo y mucha dedicación", agrega una de las seños del jardín situado en la zona Noroeste de la ciudad.
Durante la muestra que se extendió por varias semanas, los niños lograron exponer y reproducir todo aquello que vieron o que más llamó su atención, compartir algunas actividades con los padres, que también estuvieron sorprendidos y entusiasmados por el trabajo y relato infantil.
Experiencia emocionante
"Todos los años organizamos en el jardín este tipo de actividad pero con esta experiencia verdaderamente nos emocionamos, y por eso quisimos compartirla", aseguran a LA CAPITAL las docentes. El jardín que luce tan impecable como las producciones artísticas de los chicos, surge hace 34 años como proyecto educativo vinculado a la Escuela Gabriela Mistral Nº 1080, funciona desde hace quince en un edificio nuevo y cuenta con diez salas de cuatro y cinco años entre el turno mañana y tarde.
Esculturas y pinturas
En el museo, los alumnos de la sala de cinco observaron diferentes esculturas y pinturas, objetos de la flora y la fauna, y la Estación Fluvial, donde también se exponen cuadros del pintor de las islas Raúl Domínguez.
Al regresar al jardín, reflexionaron sobre lo que vieron, y así surgieron muchas preguntas: para qué sirven los cuadros, cómo se llaman las personas que los pintan, quienes tienen cuadros en su casa. También la diferencia entre una escultura y una pintura, su descripción y características, y otros aprendizajes donde siempre aparecen la matemática, el lenguaje, y las ciencias sociales y naturales.
"Este espacio también sirve para comenzar a trabajar el agua, por qué el río es marrón y cómo se potabiliza", agrega la directora, y señala otra de las maquetas también exhibidas al ingreso al jardín.
"Nuestra labor se llevó a cabo a partir de propuestas creativas con el cuerpo, el movimiento y espacio, donde se vieron comprometidos en una explosión de vivencias y emociones que posibilitaron en los niños actitudes de investigar, manipular y recrear.
Los trabajos se realizaron de manera colectiva, sostenido siempre por valores culturales, de solidaridad, democracia, participación y pluralismo", sostiene Lattani con respecto a estas prácticas. "Se trata de darles la posibilidad de encuentro con otros espacios significativos, al que a veces no tienen acceso por desconocimiento o lejanía, y que los padres también puedan ser parte de la experiencia", continúa.
En el marco del proyecto anual "Rosario, mi ciudad", atravesado por los cuatro elementos de la naturaleza (aire, fuego, agua y tierra), las docentes de salas de cinco focalizan sus actividades en el cuidado del medioambiente, la flora y la fauna.
Así fue como eligieron la temática del Paraná y las islas, y optaron por la visita al museo.
Muchas disciplinas
"Nuestro objetivo no ha sido sólo que ellos se acercaran y tomaran contacto con el lugar que habitan sino también que pudieran realizar un recorrido por otras disciplinas como el arte, la ecología, la música y la historia y las costumbres de nuestros antepasados y habitantes de las islas. indica
"De eso se trata nuestro jardín, de construir el territorio", remarca la educadora.
Por último, con la intencionalidad de pensar otros espacios, reflexiona también sobre la tarea docente. En ese sentido remarca que "cuando un niño crea, juega, explora, se involucra y emociona, es feliz, y ese es nuestro mayor anhelo". Y agrega que "siempre tienen que quedarse con ganas de jugar, y así luego quien volver contentos al día siguiente, algo que por estos días cuesta mucho, producto de las nuevas tecnología que nos atraviesa constantemente".
Agrega que "por eso tenemos que intentar que nuestros niños no pasen tantas horas frente a una computadora o play", remarca Mercedes Lattini.