El barrio Itatí es un triángulo caprichoso que atraviesa parte del oeste de la ciudad. Delimitado por las calles Juan Canals, Mr. Ross, Callao, Lido, Flamarión y el ferrocarril Mitre, durante años el barrio fue conocido como “de las cuatro villas”. Muchas familias viven allí desde hace 50 años y en ese lapso se levantaron vecinales, clubes de fútbol, comedores infantiles y se peleó por planes para urbanizar la zona: Lote, Habitat, Promeba y cualquier programa nuevo que aparezca. Pero por estos días el barrio está jaqueado por una pandilla y los vecinos volvieron a la pelea. En fiscalía se presentaron al menos de 15 denuncias sobre esa banda, igual que en la seccional 15ª.
En el barrio afirman que en los últimos cinco años una gavilla conocida como “Los Cagatintas” se apropió de las calles. Usurparon terrenos y espacios destinados a plazas y los vecinos lo denunciaron, por ejemplo en el Concejo. Son muchos los que hablan, aún no perdieron el miedo.
Muchos. “Son muchos y andan en carros, porque dicen que trabajan de carreros. Pero todos en el barrio sabemos que viven del robo, incluso a los vecinos. Pasan con el carro, te marcan y después te roban”, cuenta una mujer cuya familia sufrió varias amenazas y agresiones.
En el barrio se repiten apodos como “Tete”, “Huevo”, “Chamí”, “Pachu”, “Leo”, “Tuerto” y “Chu”. Algunos son parientes y varios son hijos de Mónica E., a quien que si bien no se le conocen antecedentes penales se vincula con un vendedor de drogas que vive en una de las cortadas a quien llaman “Guasuncho” y que, según los vecinos, “les dio armas y balas a los Cagatintas”.
Los habitantes de Itatí cuentan historias casi increíbles sobre la pandilla. “Son locos. Venden lo que les roban a los vecinos en el mismo barrio, que no son más de cuatro manzanas, así que todos sabemos quién las compra. Roban zapatillas, ropa, plata, muebles y lo venden acá. Una mujer que se enteró de que habían vendido cosas suyas les fue a gritar y cuando fue a la comisaría estos fueron a la casa y la amenazaron con un revólver para retirara la denuncia. Y lo tuvo que hacer”, dijo indignada una mujer mayor.
Los vecinos llegaron a la concejala radical María Eugenia Shmuck quien entre otras gestiones pidió un móvil policial fijo en una esquina. Pero los vecinos sostienen que “a veces está, otras no, pero no es culpa del Concejo. La policía viene de noche y a veces ni aparece”. En tanto, la fiscal María Lagar inició investigaciones en resguardo de los vecinos que temen hablar.
También cuentan cobre una plaza que un plan urbanístico definió en Juan Canals y Santiago, pero el destino fue otro. “Usurparon y pusieron ranchos de sus amigos y de ellos. Además construyeron tres casas por medio de un plan. No sabemos por qué no saltó que eso era para una plaza”, cuenta un vecino.
Entre los temores suman que les roben, que los maten o que les quiten su casa. En el medio del barrio hay una canchita donde los vecinos quieren hacer un club infantil. “Estos ladrones la usan para los caballos. No sabemos cómo va a seguir esto pero hoy en villa Itatí no se puede vivir. ¿Qué se espera?, ¿que muera alguien?”, se preguntan.