Madrid. - "Tomaré las decisiones que España necesita aunque sean difíciles. Voy a seguir ese camino cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste". Corría julio de 2010 cuando José Luis Rodríguez Zapatero pronunció estas palabras. Al final, la factura a pagar ha sido muy alta. El jefe del Ejecutivo español se despide de la primera línea política tras las elecciones de mañana, arrollado por la peor crisis económica que ha vivido España.
Poco tiene que ver el final de la era Zapatero con su comienzo, en 2004. El líder de las reformas sociales se ha convertido en el presidente de unas duras reformas económicas que no han logrado sacar al país de la grave crisis, aquella que él negó en un primer momento y a la que con el tiempo ha admitido haber reaccionado tarde.
Hace tiempo que está en mínimos la valoración que de él hacen los ciudadanos y que se disparó durante su primera legislatura, la que comenzó con la retirada de las tropas españolas de Irak y siguió con la aprobación del matrimonio homosexual y el fomento de la igualdad entre hombres y mujeres. Su Ejecutivo fue el primero paritario de la Unión Europea. Y la primera ley que aprobó fue contra la violencia machista.
Zapatero, a los 51 años, es hoy en el imaginario español el presidente del gobierno que ha llevado a cabo el mayor recorte social de la historia de la democracia española, el jefe del Ejecutivo de una España con casi cinco millones de desempleados, el 21,52 por ciento de su población activa.
El hombre invicto -no ha perdido nunca una elección a la que se haya presentado- ha sido un lastre en la campaña de Alfredo Pérez Rubalcaba, su sucesor como candidato a La Moncloa en las elecciones generales de mañana.
La crisis económica no sólo ha pasado factura a la imagen política de Zapatero, sino también a su físico: su rostro de ojos azules y cejas arqueadas se ha ido deteriorando poco a poco desde su segunda victoria electoral, en 2008. Hace mucho tiempo que no se le ve sin ojeras. Sus arrugas son más y más profundas. Su estado anímico también ha sufrido.
Un trago amargo. La decisión de emprender un plan de ajustes y su anuncio, en mayo de 2010, fueron un trago muy difícil para él. "He pasado ratos muy malos, la verdad, sobre todo a la hora de decidir las medidas de recorte ante el shock económico", dijo en una entrevista. "La noche del 9 al 10 de mayo la pasé en blanco", indicó sobre el día en el que la vicepresidenta económica, Elena Salgado, se comprometió con la UE a un recorte adicional del gasto de 15.000 millones de euros para contener el déficit y frenar el asedio de los mercados. Más de un año después de aquello, estos vuelven a acosar a España, que está viendo cómo su prima de riesgo y los intereses de su deuda se disparan hacia la zona de rescate justo antes de las elecciones.
El Partido Socialista (Psoe) se encuentra en su peor momento desde que él asumió el liderazgo, en 2000, y sacó a la formación de la grave crisis interna en la que se hallaba. Quedó claro en las elecciones municipales y autonómicas de mayo, cuando los socialistas, castigados por los ciudadanos por la gestión de la crisis, perdieron prácticamente todo su poder territorial. Todas las encuestas apuntan a un descalabro similar en los comicios generales de mañana.
Nacido en Valladolid en el seno de una familia de clase media e ideales progresistas y nieto de un capitán republicano fusilado al inicio de la Guerra Civil, la pasión por la política se apoderó de Zapatero cuando con 16 años asistió a un mitin de Felipe González. La dictadura había terminado apenas nueve meses antes y González, que se convertiría después en su referente, aún estaba lejos de llegar a la presidencia del gobierno. Con 18 años se afilió al Psoe.
Licenciado en derecho por la Universidad de León, donde conoció a Sonsoles Espinosa, su mujer desde hace más de 20 años y con la que tiene dos hijas, durante un tiempo trabajó como profesor universitario. Pero fue ascendiendo en las filas socialistas de esa ciudad del norte de España donde creció, y a los 26 años se convirtió en el parlamentario más joven del país.
Quizá con el tiempo. En 2000 fue elegido secretario general del partido, con sólo nueve votos de ventaja sobre el veterano José Bono, entonces presidente del gobierno regional de Castilla-La Mancha. El 14 de marzo de 2004, el Psoe ganó las elecciones legislativas, en la estela de la matanza terrorista que tres días antes costó la vida en Madrid a 191 personas e hirió a otras 1.800. "Me gustaría pasar a la historia de España como el presidente que, además de hacer frente a la crisis, transformó la economía y llevó a cabo la tercera gran transición económica de la democracia", dijo en alguna ocasión. Ahora mismo no parece posible, pero algunos analistas cercanos al Psoe sostienen que quizá con el tiempo se reconozcan los esfuerzos que hizo por sacar a España de este apuro.