El cuerpo de marines de Estados Unidos instó ayer a la "vigilancia" entre su personal después de que el grupo Estado Islámico (EI) difundiera los nombres y direcciones de cien soldados estadounidenses e instara a sus partidarios a asesinarlos. De acuerdo al centro estadounidense de vigilancia de los sitios islamistas (SITE), un grupo que se presenta como la "División de piratas del EI" difundió en Internet los supuestos nombres y direcciones de cien miembros del ejército estadounidense, acompañados de fotos.
El grupo de hackers afirma haber pirateado esta información en servidores del Pentágono, bases de datos y correos electrónicos del gobierno. Sin embargo, según una fuente de defensa, la mayor parte de la información publicada está disponible en los registros públicos y no parece haber sido pirateada de los servidores del gobierno. "Entre la enorme cantidad de información que tenemos de varios servidores y bases de datos, hemos decidido filtrar 100 direcciones para que nuestros hermanos en EEUU puedan encargarse de ustedes", amenazó el grupo pirata leal a EI. "Ahora que hemos facilitado las cosas para ustedes al darles las direcciones, todo lo que tienen que hacer es dar el paso final. ¿Qué están esperando?", dijo la organización.
Maniobra de distracción. El comandante de las tropas de la Otán en Europa, Philip Breedlove, tildó a la lista divulgada por el grupo como una maniobra de distracción. "Hemos visto estos últimos meses que, cada vez que registran una derrota en el campo de batalla, o que están bajo presión en el campo de batalla, sacan otro gran truco para causar sensación", dijo en Bruselas. Los autoproclamados ciberpiratas afirman que los cien militares estadounidenses en cuestión participaron en la guerra contra el grupo EI en Siria, Irak y Yemen. Pero, de acuerdo a fuentes militares, algunos miembros del personal que constan en la lista no participaron en los bombardeos contra EI. EEUU lidera una coalición internacional contra EI en Irak y Siria, donde esta organización islamista se ha apoderado de grandes extensiones del territorio.
No es la primera vez que hackers ligados al EI comprometen servidores estadounidenses. En enero, las cuentas de Twitter y YouTube del comando militar central de Estados Unidos (Centcom) fueron hackeadas. El poderoso Centcom, cuya base está en Tampa (Florida), controla la guerra aérea liderada por EEUU contra EI en Irak y Siria, así como a otras fuerzas de EEUU en Medio Oriente.
EI lleva a cabo una campaña en Internet de propaganda y reclutamiento. Ha instado a sus partidarios a llegar a cabo ataques en países miembros de la coalición, entre ellos EEUU, Canadá, Japón e Italia.
Afganistán sepultó a la mujer golpeada hasta la muerte por una turba
Un grupo de activistas por los derechos de las mujeres llevó al hombro el féretro de una joven afgana que fue linchada por una multitud supuestamente por haber quemado un Corán, durante su entierro ayer en Kabul. Cientos de personas se congregaron ayer en el norte de Kabul para el funeral de Farkhunda, de 27 años y que, como muchos afganos, es conocida solo por su nombre. La joven fue asesinada el jueves por una multitud formada en su mayoría por hombres que la golpearon y quemaron viva antes de arrojar su cuerpo al río Kabul.
El presidente Ashraf Ghani condenó el asesinato, calificándolo de "ataque atroz" y ordenó una investigación sobre lo sucedido.
Impunidad. En Afganistán, las mujeres suelen estar consideradas como inferiores a los hombres, a pesar de que la constitución garantiza la igualdad. La violencia contra la mujer suele quedar impune. Algunos funcionarios y líderes religiosos intentaron justificar el ataque diciendo que Farkhunda quemó un libro sagrado del Corán.
Pero ante su tumba, el responsable del departamento de investigaciones criminales, Mohammad Zahir, dijo que no había pruebas que respaldasen esas alegaciones. Trece personas fueron arrestadas en relación al asesinato, agregó.
Cientos de personas se reunieron en el cementerio en el suburbio de clase media de Jair Jana, cerca de la casa de Farkhunda, para su último adiós. En un acto inusual en el país, mujeres activistas vestidas de luto y con el permiso del padre de Farkhunda, cargaron a hombros con el féretro de la joven desde una ambulancia a una mezquita para las oraciones, y luego de allí a su tumba.