De los 15 casos de dengue que se notificaron hasta ahora en Santa Fe, 11 corresponden a Rosario. Y de ellos 10, todos con antecedentes de viaje, ya cursan la enfermedad en forma ambulatoria. Hay un caso, sin embargo, el de una mujer de 52 años que vive en la zona noroeste y permanece internada, al que todavía le resta un análisis para confirmar que tiene el virus: si ese último estudio también le da positivo, será el primer cuadro de dengue "autóctono" en la ciudad, ya que asegura que nunca salió de Rosario. Lo grave es que Santa Fe está rodeada de provincias con brotes y ni qué decir de los países vecinos. Sólo en Brasil, durante el 2015, un millón y medio de personas cursaron la enfermedad. Si se ratifica que la mujer internada está infectada, se verificará que el virus posee circulación local, algo que no ocurría desde el 2010.
El mayor brote de dengue que tuvo Rosario se registró hace ya siete años: en el 2009, hubo 109 casos locales. Al verano siguiente los cuadros autóctonos se redujeron a sólo diez y desde entonces todas las personas que cursaron la enfermedad se contagiaron durante un viaje a alguna zona endémica.
Ahora, después de seis años, vuelve el temor a que se dé un nuevo brote a partir de la circulación local del virus, es decir, que haya mosquitos de la especie Aedes aegypti contagiados y por ende retransmitiendo la enfermedad.
Esa posibilidad se confirmará o descartará según el resultado del análisis que se le practicó a la paciente internada el fin de semana pasado en un hospital provincial con un cuadro febril, dolores musculares y una neutropenia (descenso significativo de glóbulos blancos), y a quien un primer laboratorio le arrojó la posibilidad de estar cursando la enfermedad, contó ayer a LaCapital la directora de Epidemiología municipal, Analía Chumpitaz.
La mujer internada, detalló la funcionaria, muestra ahora "un mucho mejor estado de salud" que al ingresar al hospital.
En lo que va de este año, en Rosario se notificaron 11 casos (incluido el que aún espera su confirmación formal). La mayoría, dijo Chumpitaz, corresponden a personas que habitan en el distrito centro.
Y de hecho, recordó, las 13 personas infectadas con el virus el año pasado también vivían en ese sector de la ciudad.
Los pacientes que sufrieron dengue en Rosario (a excepción de la mujer del noroeste) habían viajado a lugares donde pudieron infectarse. Todos recibieron tratamiento ambulatorio, obviamente con la estricta recomendación de cubrirse de repelente para impedir que un mosquito Aedes aegypti los picara nuevamente y así propagara la enfermedad.
Protocolo. Cuando se presume un caso de dengue EM_DASHy de hecho cuando se confirmaEM_DASH se procede a un trabajo de bloqueo en las nueve manzanas que rodean el domicilio del paciente que se encuentra en situación de estudio y evaluación.
Eso incluye tareas de descacharrado casa por casa y fumigación intradomiciliaria y aérea, a cargo del área de Vectores del municipio (ver aparte).
"Es imprescindible bajar la cantidad de posible reservorios del mosquito Aedes en los patios", afirmó ayer el director de la repartición, Guillermo Palombo.
Justamente, la prioridad que también se trazó en su momento la propia Secretaría de Salud al advertir que los índices larvarios daban "bastante bien", pero a la vez se había relajado la eliminación de recipientes con agua en fondos, terrazas, patios y otros lugares.
El desafío es doble: por un lado, evitar que se multipliquen los posibles criaderos del mosquito; por otro, impedir que los Aedes que viven en recipientes dentro o cerca de los hogares (porque son insectos de hábitos peridomiciliarios) puedan picar a una persona infectada y pasar así a transmitir ellos mismos la enfermedad, propagando la cadena. Porque, encima, el mosquito puede contagiar también otros virus, como el zika y la fiebre chikunguña,
De hecho, eso ocurrió en las provincias que en la actualidad registran brotes, muy cercanas o directamente vecinas a Santa Fe. Chumpitaz recordó que "Buenos Aires, Córdoba, Corrientes, Misiones y Formosa" ya tienen circulación local del virus.
Sin contar la "grave situación que también viven localidades fronterizas con Argentina, como Ciudad del Este (Paraguay) y Foz de Iguazú (Brasil), donde incluso hubo muertes", señaló. Sólo en Brasil, durante el 2015 se notificaron 1,5 millón de infectados.
Y lo que empeora el panorama, dijo la epidemióloga, es que esos brotes se están dando en "pleno enero", debido al verano lluvioso producto del fenómeno del Niño, cuando años atrás se registraban recién entre abril y mayo.