El intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, descartó de plano ir por un tercer mandato en la Municipalidad al expresar: "Ya definí que mi futuro político no está en Rosario".
El intendente de Rosario, Miguel Lifschitz, descartó de plano ir por un tercer mandato en la Municipalidad al expresar: "Ya definí que mi futuro político no está en Rosario".
Lo hizo en momentos en que un sector importante del binnerismo especula con que Lifschitz vuelva a postularse en la ciudad y acompañe en la boleta al ministro Antonio Bonfatti para la Gobernación. "Puede ser que piensen eso, pero yo ya definí que mi futuro político no está en Rosario", dijo Lifschitz.
Además de rechazar la posibilidad de buscar una tercera gestión, el intendente dio pistas de que tiene serias aspiraciones de desembarcar en la Casa Gris al señalar que "la Gobernación es un destino posible". "Habrá que decidirlo, y aspiramos al consenso", manifestó.
El socialismo santafesino, con cuna y desarrollo en Rosario, se encuentra inmerso en un cabildeo para definir su futuro. Por un lado, debe tratar de definir su aspirante a suceder a Hermes Binner entre dos líneas internas que pujan desde hace tiempo (el binnerismo y la que orienta el senador Rubén Giustiniani) y una tercera que trata de reafirmar su vuelo propio y que lo reconoce a Miguel Lifschitz como referente.
En el medio de ese tironeo y mensajes cruzados que se han venido dando en las últimas horas, aparece esta vez —para complicar un poco más el cuadro— el rearmado del radicalismo con un dirigente que blanquea su deseo y convicción de ir por la provincia y enfrentar la elección interna abierta.
Los movimientos de Mario Barletta, el intendente radical de Santa Fe, inquietan cada vez más al elenco socialista, consciente de que detrás de él existe un partido histórico centenario y la presencia de más de cien presidentes de comuna e intendentes.
Un termómetro de esa disposición se tendrá el sábado en la "convención radical" convocada en la vecina ciudad de San Lorenzo y a la que asistirá el propio Barletta. Se extenderá durante casi toda la tarde con un homenaje incluido frente al pino histórico.
Las aspiraciones de Bonfatti en el socialismo de ir por la provincia, aparentemente apoyadas por Hermes Binner, chocan con el sueño de Rubén Giustiniani, quien goza aún del empuje de la elección nacional de 2009, cuando perdió por escaso punto y medio frente al justicialista Carlos Reutemann.
Una votación on line organizada por lacapital.com.ar, según se publicó en la edición impresa de este diario ayer, dio que el 69,5 por ciento prefirió a Giustiniani como candidato frente al 15,4 por ciento para Lifschitz y 15,1 por ciento para Bonfatti.
Para el ámbito local, la Intendencia de Rosario, chocan el binnerista Raúl Lamberto y el titular del Concejo municipal, Miguel Zamarini, recostado en el sector de Giustiniani.
El brete socialista compromete al elenco un poco más por un dilema de difícil resolución: la inconveniencia y hasta virtual imposibilidad de saldar las disputas Bonfatti-Giustiniani y Lamberto-Zamarini en el marco de la interna abierta del año que viene porque se les filtraría más fácil Barletta, y hasta Jorge Boasso a nivel local.