En los últimos dos años, del santuario tecnológico de Industrial Light and Magic (ILM), el hombre que creó una jungla para la más reciente película de "Indiana Jones" y presentó aliens de 45 metros de alto para "La guerra de los mundos", intentó hacer su tarea más difícil hasta el momento: crear una versión digital de las adoradas Tortugas Ninja que pudieran interactuar de manera realista con Megan Fox. Finalmente los entrañables personajes de los 80 vuelven a escena en "Tortugas Ninja", que se estrena hoy en Rosario.
Para esta tarea Pablo Helman, el supervisor de efectos visuales responsable del relanzamiento junto al director Jonathan Liebesman, necesitó algo más que poder de las tortugas de origen alienígena. En esta película que reinagura la exitosa serie, los aliens invaden la Tierra y, sin darse cuenta, engendran un cuarteto de seres mutantes y guerreros, las Tortugas Ninja, que se enfrentarán a ellos para defender el mundo.
Liebesman es un especialista en acción y ciencia ficción, autor "Furia de titanes 2" y "Invasión del mundo. Batalla: Los Angeles", entre otras.
"Para mí en los 19 años que llevo en ILM este es uno de los proyectos más difíciles en los que he trabajado", dijo Helman en una entrevista reciente en su oficina. "Tecnológicamente es muy difícil capturar la actuación de alguien, ponerla en un personaje y hacerla creíble. En este caso tuvimos que diseñar una manera de mezclar actuaciones que fueron grabadas en momentos muy diferentes".
En "Tortugas Ninja", la nueva versión con actores del cómic que cumple 30 años, los superhéroes salidos de la alcantarilla son totalmente computarizados, un estilo más parecido al Gollum de "El señor de los anillos" o César de las cintas más recientes de "El planta de los simios" que las tortugas con vestuario de plástico de las versiones cinematográficas de la década de 1990.
Los nuevos reptiles se crearon en ILM mezclando imágenes creadas en computadora con diferentes actuaciones de cuatro actores registradas con la técnica de captura de movimiento.
Es bastante diferente a la trilogía de los 90 en la que Creature Shop, de Jim Henson, creó trajes para los actores que interpretaron a los héroes con caparazón.
Para la creación digital los actores que interpretaban a cada tortuga usaron trajes entallados de color gris y mochilas con forma de caparazón, mientras que tenían unos cascos equipados con cámaras para capturar sus expresiones faciales. Los cuerpos de los actores fueron reemplazados en pantalla con sus contrapartes, unas tortugas enormes que saben kung fu, y sus expresiones faciales fueron colocadas en el rostro verde de las tortugas.
A pesar del esfuerzo por crear las Tortugas Ninja para la era digital, algunos admiradores más radicales no recibieron bien la nueva versión de Leonardo, Miguel Angel, Rafael y Donatello. Muchos se sintieron en shock cuando vieron en los adelantos que los cineastas agregaron fosas nasales y labios a los rostros de las tortugas, una anatomía diferente a la de los cómics, caricaturas, juguetes y películas anteriores.
Expresividad. Helman defendió los rostros con rasgos humanos, porque permite que los personajes generados por computadora, que dijo que aparecen en la mayoría de las escenas, sean más expresivos.
"Nunca podés complacer a todos porque luchás contra ese momento mágico en el que, en este caso, alguien descubrió por primera vez a las Tortugas Ninja", dijo el gurú de efectos visuales nominado al Oscar. "No es posible convencer a todos de que esas son las Tortugas Ninja de las que se enamoraron hace 30 años. La idea es que hay que tomar la intención original y hacer tu propia versión".
El director Liebesman señaló que el productor Michael Bay, el hombre que le dio nueva vida a los "Transformers", pidió originalmente tres cosas para las Tortugas Ninja: debían ser encantadoras, intimidantes y con características individuales muy claras.
No es la primera crítica contra Bay y el equipo en su compañía de producción Platinum Dunes, encargada de "Tortugas Ninja". Cuando el cineasta presentó su versión computarizada de Transformers los admiradores más profundos se enfurecieron porque Bay le puso llamas a la pintura de Optimus Prime. Al final la serie de películas sumó más de 3.500 millones de dólares. "Me parece que una vez que la gente ve la película entenderá por qué tomamos esas decisiones", dijo el director. "Las tratamos de hacer más vivas y reales. No creo que eso sacrifique el amor de los fans cuando van a ver la película. Creo que odiar un diseño es parte de la devoción, lo cual está bien. Hay mucho valor en lo que dicen los fans".