Nicolás Distefano se mudó del centro al barrio Hostal del Sol hace 11 meses. Desde noviembre de 2014 vive con su mujer y sus dos pequeños hijos (de 4 y 2 años) en las inmediaciones de Newbery al 9100. “Fue un proyecto familiar, buscábamos un cambio de vida”, contó. “Queríamos vivir en un espacio más grande para los chicos, con verde, menor ruido y también interactuar con los vecinos del barrio”, enumeró. El cambio de barrio les permitió a los Distefano conseguir gran parte de lo que pretendían. Pero no todas fueron buenas. La zona carece de servicios básicos, está alejada del área central y la inseguridad golpea como en todo Rosario.
“Habernos mudado a Hostal del Sol nos generó muchas ventajas, pero también tiene muchas desventajas la zona”, remarcó Nicolás, un joven empresario, que ahora trabaja en la zona sur.
Para empezar, Nicolás hace 30 kilómetros diarios para ir a trabajar. “Son 15 kilómetros de ida y otros tanto de vida que por lo menos son 40 minutos en auto porque agarro avenidas rápidas como Circunvalación y Perón, pero es un trecho largo para una ciudad como Rosario.”, precisó.
“La verdad —continuó Nicolás— es que se hace tedioso hacer este recorrido, cuando antes estaba a diez cuadras el trabajo de mi casa”, admitió.
“El año pasado vinimos a vivir acá en busca de un espacio amplio, con verde, alejado del ruido para que lo pudieran disfrutar los chicos. Además, mis padres viven acá cerca desde hace unos años y es un plus tenerlos cerca”, agregó.
Según Distefano “conseguir un terreno amplio en el centro es muy difícil, los valores son muy altos y la zona ya está muy congestionada. Acá es todo más tranquilo”.
“Vivir rodeado de verde, andar en bicicleta por las calles del barrio, que los chicos vayan a lo de los vecinos es impagable para nosotros”, sumó Nicolás.
Pero la zona noroeste tampoco es el paraíso terrenal. “Carecemos de muchos servicios básicos. No tenemos cloacas y ni siquiera agua potable. Faltan pavimentar muchas cuadras y más transporte público”, mencionó, tras lo cual apuntó que junto a otros vecinos se están juntando para gestionar ante el municipio una serie de obras dentro del Presupuesto Participativo.
“El único servicio de cable que llega a la zona —siguió— es satelital y para conseguir internet hay que apelar a una repetidora de los grandes proveedores”.
La oferta sanitaria mejoró recientemente con la inauguración del primer centro de salud privado (Sanatorio de la Mujer) en el shopping de Fisherton. “Igual cuando hace falta una internación de alta complejidad no queda otra que ir al centro, pero esto fue un gran avance porque estamos cerca y conectados por un acceso rápido”, reconoció.
Falta de seguridad. Lo que más preocupa a Nicolás es la inseguridad. “La zona noroeste en general y Hostal del Sol en particular no escapan a este problema que tiene todo Rosario. La zona está complicada, mi hermano que vive en el barrio desde hace diez años nos cuenta siempre que antes se dejaban las casas casi sin llaves, ahora todos tienen rejas”, describió.
En los últimos tiempos la zona vivió varios hechos violentos que preocuparon a los vecinos, quienes profundizaron su reclamo ante las autoridades del gobierno provincial para que haya más presencia y patrullaje policial en el noroeste.