David Bisbal, José Luis Perales y Carlos Baute fueron las figuras que reunió el Festival Internacional de Peñas en la tercera noche del Festival de Villa María. Luciano Pereyra y Valeria Lynch completaron la importante grilla del sábado.
David Bisbal, José Luis Perales y Carlos Baute fueron las figuras que reunió el Festival Internacional de Peñas en la tercera noche del Festival de Villa María. Luciano Pereyra y Valeria Lynch completaron la importante grilla del sábado.
El encuentro, recibía anoche en el escenario Hernán Figueroa Reyes más propuestas internacionales, como es el caso de la banda española La Oreja de Van Gogh, el cantautor dominicano Juan Luis Guerra y la baladista canaria Rosana, que se sumaron al atractivo pop de Lali Espósito. El festival culmina hoy con propuestas de cuarteto y cumbia, en la que se la considera la noche más popular, hoy tocarán Tru-La-Lá, Damián Córdoba, Chébere, Chipote, Ulises Bueno y Agapornis.
El sábado, con entradas agotadísimas desde hace un par de semanas, el Anfiteatro Municipal de Villa María ofreció un marco imponente.
La puesta técnica y la escenografía estuvieron acordes a la impronta internacional que intenta mostrar el festival, en una noche más fresca después del respiro que trajo la lluvia de la tarde. De todas maneras, se trata de un espacio cubierto, lo cual no hacía peligrar la continuidad del tradicional encuentro cordobés.
Valeria Lynch abrió la más esperada de las cinco noches. De impecable vestuario rojo intenso, entró al escenario como a su casa, así la hicieron sentir recordando su paso por este festival como animadora.
Hits de los setenta, sus clásicos eternos y un homenaje a Estela Raval, con la presencia de sus compañeros Latinos, formaron parte de su repertorio.
Se quedó con ganas de ofrecer su show completo, pero anunció su regreso a la conducción el año que viene y donó una capa y un vestido para el museo del festival. Se mostró eufórica dando más anuncios: la apertura de su escuela en Miami y su concierto sinfónico en el Colón, previstos para este año.
José Luis Perales volvía a Villa María luego de nueve años de ausencia. Mucho público adulto vino por él.
Apeló a la nostalgia con sus canciones románticas y agradeció la ovación de la noche y también el homenaje que se le realizó el viernes en el Teatro Verdi. Llegó desde Chile el día anterior y el domingo partió a España para preparar una gira de quince conciertos en México. Recordó, entre otras, "Celos de mi guitarra", el éxito de su primer disco (1973).
Después de la elección de la reina, virreina, embajadora de la ciudad y reina del festival, entró a escena David Bisbal que, con nuevo look, encantó a sus fanáticas.
Antes de subir, ofreció una brevísima conferencia de prensa en la que no aceptó preguntas de índole personal. Trajo su potente banda (algunos artistas cantan con la orquesta del festival), aunque no sonó bien y su voz estuvo inentendible.
Las fans explotaron (y cantaron) con "Dígale",el tema que más le difunden las radios argentinas al español nacido en Almería y surgido del reality "Operación Triunfo", en su edición ibérica, en 2001.
Luciano Pereyra arrancó con repertorio folclórico (zamba y chacarera) y rápidamente se instaló en la balada. Antes del final le tributó un homenaje a Horacio Guarany, su padrino artístico, y también invitó a su amigo David Bisbal para "Sólo le pido a Dios", en uno de los momentos más celebrados del festival.
El venezolano Carlos Baute cerró la noche con un show bailable con ritmos latinos. Con este concierto, completó una serie de treinta y dos presentaciones en Argentina desde octubre.
Estuvo en Villa María por segundo año consecutivo y fue el artista más pedido en las redes sociales, según manifestaron los programadores del festival.
El público, todas las noches, se muestra entusiasta, efusivo, se expresa todo el tiempo y se siente dueño del festival.
"Un festival que se jacta de ser ecléctico, de ser internacional, dejó claro su origen folclórico", afirmó el presentador Miguel Borsatto, rescatando lo sucedido en la noche del viernes con el suceso de Los Manseros Santiagueños, que terminaron cantando a capella con el sonido ya desarmado, luego de poner en aprietos a Cacho Buenaventura, el presentador de ese tramo del festival que intentaba despedirlos.
Los distintos espacios alternativos que ofrece el evento contienen a miles de villamarienses que no logran acceder a una entrada. Allí ofrecen su patio de comidas algunas peñas y emprendimientos más económicos, en los cuales también hay espectáculos. El sábado se calculó que más de sesenta mil personas disfrutaron de estas ofertas en la costanera que incluyen pantallas gigantes para poder ver lo que sucede dentro del anfiteatro cordobés.
"Hoy pensamos que estamos un pasito adelante de Viña del Mar", expresó el intendente Acastello. Y agregó "el ochenta por ciento de la inversión se recupera con la venta de entradas y el festival logra autofinanciarse con el sponsoreo privado".
Aunque reconoció que es necesario que los privados aumenten la inversión en hotelería, ya que muchos turistas, e incluso staffs de artistas y técnicos, deben alojarse en localidades vecinas.
Cita popular y para todos los gustos
Luis Fonsi y Sergio Dalma, que se presentaron en la primera velada del festival, y Franco de Vita, en la segunda, fueron otras de las figuras internacionales que engalanaron el encuentro. Fue tanta la algarabía de los fans por los ídolos de la cantión latina que pocos lamentaron la ausencia de Alejandro Sanz, que canceló su show en la apertura debido a que sufrió una factura. Con todo, Villa María se afirma cada vez más como un festival de convivencia de estilos.
Por Claudio Berón