El cuento del matrimonio. A las incautas muchachas jóvenes que caen rápidamente embriagadas por las palabras de amor que un desconocido les susurra al oído con fin premeditado e indigno; a aquellas niñas que se confían en las promesas de cualquiera que la casualidad les presenta en el camino de la vida, a ésas les conviene conocer un nuevo caso de "el cuento del matrimonio" ocurrido últimamente en la capital federal. Se trata de lo siguiente: la joven Claudia Castro es una apuesta españolita que llegó a Buenos Aires en 1904 con la intención de trabajar honradamente en nuestro país. En el trayecto del viaje de Europa a América conoció a un tal Francisco Alvarez y Gutiérrez, hombre de doble apellido y compatriota suyo que se presentó de maneras muy agradables. Este la requirió de atenciones y le endulzó el oído hasta que consiguió hacerse corresponder, conviniendo que cuando tuvieran medios se casarían. Mientras tanto, desde entonces hasta la fecha, Claudia le fue entregando a Francisco lo poco que ganaba con la intención de tener más seguro su ahorro y a fin de realizar cuanto antes su matrimonio con él. Según los cálculos de Claudia, estima que contaba con alrededor de mil pesos ahorrados, suma que consideró suficiente y le animó a expresar a Alvarez que ya era tiempo de unirse; pero éste, con todo descaro, le manifestó que había desistido de su primitivo propósito de casarse con ella, agregando que la referida suma simplemente se había "esfumado". Claudia, en el colmo de la desesperación, se presentó anteayer a la comisaría de investigaciones para exponer el caso y para pedir la detención de su galán. Así se ha hecho y se trata ahora de averiguar el paradero de los mil pesos, los cuales se suponen depositados en un banco a la orden del detenido de doble apellido. Comprobado el hecho, se le enjuiciará por defraudación, aplicándosele la pena respectiva. (1909)