La virtud no tiene premio. La Sociedad de Beneficencia tuvo la excelente idea de crear en nuestra ciudad los premios a la Virtud, proyecto que le valió a la presidenta de esa institución un sinnúmero de felicitaciones, pues se trataba de un acto que ninguna sociedad ha realizado todavía en el Rosario. Para dar forma práctica a esta idea, se nombró una comisión compuesta de diez señoras conocidas, las que prometieron cooperar eficazmente con tan laudable propósito. Muchos particulares hicieron donaciones para el fin propuesto por la Sociedad de Beneficencia, pero como no se ha encarado el proyecto en la forma debida, por la poca voluntad de la mayor parte de las damas de la comisión, el hecho es que se han suspendido las donaciones, la idea se ha echado al olvido y, como consecuencia, ya nadie piensa en los premios a la Virtud. Con tan poco entusiasmo, tan poca constancia y menos voluntad, no se realizará jamás propósito alguno, que bien podría servir de base para las hermosas fiestas sociales de las que está huérfana nuestra "haute". (1906)