Ya todos conocemos esos informes de los noticieros donde la cámara sobrevuela los mapas como si
estuviese en un ultraliviano. ¿Y los reportes del tránsito en Buenos Aires? ¿Y el pronóstico del
clima de TN, cuando la imagen cae en picada como si fuese un halcón? Eso es Google Earth.
La semana pasada prometí que iba a hablar del GE, el Google Earth, el que probablemente sea mi
programa favorito. Se trata de fotos satelitales, en una definición increíble (impensada para el
común de los usuarios, al menos hasta hace unos pocos años), provistas en un entorno en tres
dimensiones que simula un vuelo de pájaro y que también reproduce las elevaciones del terreno.
Sólo se necesita una conexión a internet y el GE (gratuito) para empezar a recorrer el planeta.
Me sirvió para
conocer las calles del mundo que jamás voy a caminar, planificar mis viajes al detalle y
también para descubrir mi ciudad desde el cielo, mi barrio e incluso la terraza de mi casa, ahora
que Rosario al 100% en alta definición.
Pero el GE no se limita a un puñado de mapas en los que uno puede perder una madrugada completa:
una de las últimas novedades del programa es un simulador de vuelo (se activa presionando
ctrl+alt+A) y es apenas otro de los
juguetes que más de una vez consiguieron que el amanecer (real) me sorprenda recorriendo
las calles de Tokyo o Bagdad (virtuales).
Para vastas zona del planeta el programa añade
layers (capas) que añaden información útil. Por ejemplo, está el
layer que incluye nombres de calles y rutas; el que muestra la ubicación exacta de
restaurantes, hoteles, estaciones de servicio, cajeros automáticos o farmacias; el del clima
actualizado; el de las fronteras de países y provincias/Estados; el que añade data de Wikipedia, de
National Geographic o de la Nasa; el que muestra fotos de los usuarios (gracias a
Panoramio, un servicio
español que fue adquirido por Google); el que reproduce videos de
YouTube, y hasta los más
especializados de Greenpeace, Unicef, la crisis en Darfur, especies en peligro de extinción y hasta
el aplanado de los montes Apalaches en Kentucky, sólo por nombrar algunos.
Otra de las funciones de GE es la Vista de Calle, por el momento limitada a Estados Unidos. Con
un clic estaremos metidos en una panorámica en 360 grados que nos transporta a una esquina de
Manhattan, San Antonio o Miami, como si realmente estuviésemos parados junto a los autos.
Una de las limitaciones del Google Earth es que, al tratarse de imágenes satelitales, apenas si
se pueden ver las elevaciones del terreno (lo cual no es poco, basta echar un vistazo al Cañón del
Colorado o Rio de Janeiro), pero no aparecerán las edificaciones. Para suplir esa falencia Google
se nutre del trabajo de los usuarios. Con un poco de paciencia, cualquiera puede crear un modelo en
tres dimensiones de un edificio o un puente y subirlo a GE. Pero hay que manejar esta herramienta
con precaución: una vista de Nueva York con los edificios en 3D en una computadora sin demasiada
capacidad de procesamiento puede convertirse en una experiencia frustrante. (Se pueden descargar
más edificios creados por los navegantes en
http://sketchup.google.com/3dwarehouse)
Otro aporte interesante de los usuarios es el layer de Google Earth Community, que muestra los
lugares señalados por los navegantes en el blog de GE. Por lo general, allí se puede encontrar más
información de la que uno buscaba: hay desde museos, edificios históricos y bares hasta "la casa de
Juanita" o "la esquina donde conocí a Ernesto".
La Google Earth Community (que no es otra cosa que
el blog oficial de GE, que hace rato superó
el millón de suscriptores) tiene miles de archivos para cargar con el Google Earth que son
simplemente deslumbrantes. Algunos de mis favoritos: el que muestra los recorridos en tiempo real
de los colectivos de una zona de Baltimore (sí, en tiempo real; se pueden ver los íconos de los
ómnibus
caminando por el mapa) y el del servicio de trenes de Israel (con los horarios de
cada estación), las cámaras de la prefectura de Rio de Janeiro (las fotos se actualizan cada
minuto), las animaciones de aviones que despegan desde los aeropuertos más importantes del mundo
(alguna vez
acompañé virtualmente un vuelo que iba desde Heathrow hasta el Charles De Gaulle) y los
mapas comparativos de la deforestación de la Amazonia (que dan ganas de llorar).
Otro de los
chiches del programa es la posibilidad de dibujar rutas para luego hacer clic en el
play y emular un vuelo sobre el camino trazado. Y además se puede
consultar al GE "cómo llegar": hay que establecer un punto de partida y otro de destino, y
mostrará en el mapa la ruta más rápida y el tiempo aproximado que se demoraría en recorrerla en
auto. Aunque, claro, sólo se puede hacer en las zonas donde ya están terminados los mapas
callejeros, que no es el caso de Argentina (Google promete que en algún momento tendrán señalizado
el mundo entero). También tiene herramientas de medición, permite hacer nuestras propias marcas y
hasta emular un día completo, mostrando cómo
viaja el sol, cómo se ilumina la ciudad al amanecer y cómo se oscurece de noche. Y si todo
esto no es suficiente, también se pueden ver las estrellas y constelaciones.
La mayoría de los usuarios tenía una pregunta sin respuesta: ¿cuándo sacaron esa foto satelital?
Ahora GE añadió la información en cada mapa. Por ejemplo, las imágenes de Venado Tuerto son de las
más viejas, del 2003, las de Paysandú tienen dos años y las Rosario fueron sacadas hace muy
poquito, el 15 de enero de 2008.
El mejor consejo para los que todavía no probaron es que vayan a
http://earth.google.com/intl/es (para
la versión en español) y se bajen el programa: es la mejor manera de viajar sin moverse de la
computadora. Sólo hay una forma de superar esta experiencia: viajando.