Caracas. — Venezuela tiene la nafta ("gasolina") más barata del mundo: cuesta 3 centavos de dólar el litro, 30 veces menos que el agua mineral, y los principales beneficiarios son los sectores más pudientes.
Caracas. — Venezuela tiene la nafta ("gasolina") más barata del mundo: cuesta 3 centavos de dólar el litro, 30 veces menos que el agua mineral, y los principales beneficiarios son los sectores más pudientes.
Pero la caída en la cotización del petróleo crudo y una producción que no repunta podría obligar a reducir esos millonarios subsidios, que han garantizado en Venezuela combustible barato durante décadas.
Irán ya ha comenzado a disminuirlos, en tanto el venezolano Hugo Chávez ha mencionado la posibilidad de un aumento de precios por primera vez en 12 años, una acción impopular que hace dos décadas causó letales disturbios, el recordado "Caracazo". "Algún día habrá que ajustar esos precios. Nosotros prácticamente estamos regalando la gasolina", comentó Chávez en fecha reciente.
Subsidio en retirada. Para comprar el respaldo popular, muchos países productores de petróleo subsidian el combustible destinado al consumo doméstico. La nafta se vende a 10 centavos de dólar el litro en Irán, a 16 centavos el litro en Arabia Saudita, y a 40 centavos en Irak.
Pero la economía global vive la peor catástrofe desde la Gran Depresión de la década del treinta, y eso afecta los precios del crudo. Irán, que figura en cuarto lugar a nivel mundial por las reservas de crudo, redujo la ración mensual de combustible subsidiado a 100 litros por vehículo. Malasia, donde los subsidios permitieron una de las naftas más baratas del sudeste asiático, aumentó el año pasado sus precios en un 40%, a 61 centavos de dólar el litro, y eso desató disturbios. E importadores como Indonesia, Taiwán e India redujeron los subsidios.
Venezuela, en cambio, sigue teniendo la "gasolina" más barata del mundo, según la consultora PFC Energy, de Washington. Los líderes venezolanos han optado por no aumentar los precios del combustible desde 1989, cuando estalló el "Caracazo" y más de 300 personas murieron, tras la decisión del presidente Carlos Andrés Pérez de permitir un aumento en la gasolina y en otros productos subsidiados. El presidente Rafael Caldera, predecesor de Chávez, redujo los subsidios en 1996 y en 1997, pero aunque Chávez, que asumió el cargo en 1999, eliminó los combustibles baratos con contenido de plomo, el resto de los precios quedaron inamovibles.
El gobierno de Chávez no dice cuánto dinero destina anualmente a subsidiar los combustibles. Pero Ecoanalítica, una consultora de Caracas, estima que Venezuela destinó el año pasado 8.800 millones de dólares a estos subsidios.
Además, la producción de la estatal PDVSA disminuye, con muchas de sus refinerías que no reciben mantenimiento adecuado. Como resultado, el 11º productor mundial de petróleo se ha visto obligado a importar cantidades crecientes de nafta. Si se reducen los subsidios podría aumentar la inflación, que ya es la más alta de América latina con un 31,9% en 2008.
Personas como Daniela León, de 46 años, propietaria de un negocio, usan cotidianamente su auto, inclusive para las diligencias más breves. "No importa, porque cuesta 3 bolívares (1,4 dólar) llenar el tanque", dice León. Su esposo y su hijo, cada uno, poseen su propio auto. Esta actitud ha congestionado las calles de Caracas y otras ciudades. La venta de autos subió un promedio de 68% anual entre 2003 y 2007, al diseminarse el acceso al crédito. Las ventas cayeron en 2008 cuando el gobierno restringió las importaciones, pero todavía triplicaron los niveles de 2003.
Para los más ricos. Los críticos dicen que los subsidios a la gasolina benefician de manera desproporcionada a la clase media y alta de Venezuela. Según Ecoanalítica, el 25% de más rico consume casi nueve veces más de gasolina que el 25% más pobre. "Le están dando un subsidio a la gente que no lo necesita", dijo Abelardo Daza, un economista con la consultora Grupo ODH, en Caracas. Los economistas pronostican que el gobierno se verá obligado a subir los precios de la nafta, pero con lentitud. Eso preocupa al taxista Víctor Bolívar. "Al aumentar la gasolina aumenta la comida, aumenta todo. Pero ¿sabe qué es lo único que no aumenta?" preguntó Bolívar a esta cronista: "El sueldo de las personas".